Arroyo del Ojuelo, junto a Valsalobre, un valle de ensueño, y unas viejas Sabinas de propina.

 18 de Abril de 2021.


Mediados de Abril, cuando tenemos el alma en vilo, tendemos a refugiarnos en nuestra "zona de confort", y eso es lo que venimos haciendo estos días. Hoy damos un paseo por las inmediaciones de la finca de Valsalobre, muy cerca del pueblo de Las Majadas.

Vamos a bajar por el arroyo del Ojuelo, hasta llegar al cercado de la finca de Valsalobre, que en un valle de ensueño, se abre al despertar de la primavera. Luego subiremos hacia el ojuelo, según el mapa, para contemplar las vistas, y daremos la vuelta muy cerca de Cerro Gordo, para hacer una pequeña ruta circular por los excelentes pinares de la Serranía de Cuenca. 

Aprovechando que estamos por la zona, os dejamos también unas imágenes que tomamos unas semanas atrás, de las tremendas sabinas que podemos contemplar muy cerca de la Fuente de la Tía Perra, dos joyas serranas que tenemos ahí a tiro de piedra.


Cuando hablamos de Sabinas centenarias, esto no sabemos como catalogarlo.


Pero, por empezar por el principio, dejamos el vehículo en el cruce del parque del Hosquillo, y nos encaminamos a la cabecera del Arroyo del Ojuelo. Para la mañana de hoy se anunciaban buenas temperaturas, pero el día está engañoso, un impertinente y fresco viento hace recordar que todavía estamos al comienzo de la primavera como aquel que dice. Vamos a caminar por el verde prado antes de encaminarnos hacia Valsalobre.


Y empezamos nuestra ruta, así, tan alegremente.

Por que estar aquí solamente nos puede producir alegría.

Vamos hacia abajo, allí un poco más adelante, giramos a la derecha, por donde las aguas del Ojuelo se descuelgan hacia Valsalobre.

Y nos encontramos con esta declaración de intenciones, no va a se fácil amigos!!!!!!

Pero si, claro que es fácil. Empezamos a descender por el Arroyo del Ojuelo, apenas unos pequeños saltos de roca fácilmente salvables, algún pino volcado que nos hace ejercitarnos, pero lo que nos impide el avance realmente es el vallado de la finca de Valsalobre. Luego continuaremos al hilo de vallado para subir al ojuelo a contemplar las vistas del valle, un lujo serrano.


Encontrar pequeños saltos en la roca con sus aguas de alguna tormenta pasada, es un lujo mañanero.

El arroyo se descuelga suavemente hacia el valle.

Aquí el agua solamente fluye, cuando las lluvias son persistentes.

Discurre el vallejo, siempre flanqueado por Bujes. Hoy hemos tenido suerte, ya que el viento ha secado el buje después de la tormenta de ayer.

Los restos de la tormenta de nieve de hace unos años, siempre están presentes en los lugares menos transitados de la Serranía.

Y hacen que, transitar por estos lugares, sea algo bastante entretenido.

Hasta que llegamos al vallado de la finca de Valsalobre. Ahora tenemos que seguir nuestra ruta al hilo de la valla, para ganar altura.

Dejamos el viejo tronco, y continuamos la marcha.

Vamos a ir subiendo hacia el Ojuelo, según el mapa, y desde allí ya tendremos una buena vista del valle.

Con los Robles empezando a renacer, la casa de Valsalobre se asoma al valle desde una posición privilegiada.

El valle se abre allí abajo, la primavera está empezando a despuntar.

Siempre nos ha llamado la atención esta casa, que es visible desde muchos puntos de la sierra, en su privilegiado enclave.

¿o no?

En el fondo del valle, otras construcciones ligadas a los usos ganaderos o cinegéticos de la finca.

Nosotros vamos a tener que buscar la zona de parada al almuerzo, y esta cornisa nos parece de lo más acertado. Estamos al sol, hoy se agradece, y tenemos unas vistas privilegiadas del valle.

Sin quitar ojo al refugio.

Tiramos de prismáticos, que hacía años que no los sacábamos de las mochilas.

Y luchamos con la barrera de Robles por unas vistas.

El Arroyo de Valsalobre, vierte sus aguas al de Las Truchas, que viene del Maillo, para terminar entrando en el parque del Hosquillo donde se unen al Escabas, una buena madeja de arroyos que crean uno de los cauces más limpios y virginales de la Serranía.


Hemos parado un rato, hemos almorzado, y hemos tenido ese rato de charla indispensable en cada salida serrana. Ahora ya no tenemos más pretensiones para esta mañana, que completar la ruta circular por estos excelentes pinares. Cada día tiene su afán, y hoy ya no pedimos más.


Seguimos avanzando en dirección al parque del Hosquillo, ahora vamos por la parte alta del ojuelo, y mirando el mapa nos salen parajes como el rincón de los Villares y fuente ramondia, muy cerca de Cerro Gordo, donde se encuentra la torre de vigilancia contra incendios. La podemos recordar en esta Entrada antigua, cuando nos acercamos hasta Cerro gordo.

Hoy no vamos a subir a Cerro Gordo, pero caminamos embebidos por estos pinares extraordinarios.

Ponemos rumbo de vuelta, estamos muy cerca de la carretera que baja al Parque del Hosquillo, solo tenemos que caminar en paralelo a ella para terminar la ruta.

Hoy es puro disfrute, ruta casi llana, sin barrancos incómodos ni plantas espinosas, todo un recreo.

Un poco más adelante, ya divisamos las cornisas de la muela sobre la Fuente de la Tía Perra, no salimos de aquí ni a tiros.

Con los corrales y tinás, debajo de la covacha del agua, estamos terminando ruta.

Caminamos ahora entre el monte mixto de pinos y sabinas.

Como esta junto a la carretera, muy cerca de donde tenemos el vehículo.


En un momento terminamos ruta, otra buena mañana en el monte, caminando por prados y pinares, y asomándonos a valles de ensueño. No pedimos mucho más, solamente poder llegar a los tercios, como así fue. El momento tercio siempre es una buena excusa para tener un rato de charla distendida, en el que se nos agolpan las rutas futuras. Luego unas salen y otras tardan más en salir, pero siempre están ahí, en la recámara.

Y ya que estamos en tierras de pino Albar y viejas Sabinas, no podemos dejar de hacer referencia a estas últimas, hace unas semanas, en otro paseo por la zona, que nos quedamos para nosotros, caminamos entre viejas sabinas, que nos hicieron dejar volar la imaginación. El caso es que hoy os dejamos unas fotos de tres de ellas, unos ejemplares sin duda centenarios, que llevan grabada toda la historia de nuestra sierra en sus viejos troncos. Poco más que añadir, las imágenes se comentan ellas solas, nosotros no tenemos palabras que reflejen lo que estos seres transmiten.



Entre tantas sabinas, llegamos a esta viejita del lugar.

Y hay que inmortalizarla.

Es algo espectacular.......

......pero vista aquella, esta tampoco tiene desperdicio.

Es inabarcable.

¿Habéis probado a abrazarlas, o al menos a tocar su viejo tronco y sentirlas vivas? No dejéis de hacerlo.

Tienen todo nuestro respeto, y cuando creíamos que lo habíamos visto todo.........

......toma ya!!!!!!

Nos topamos con este ejemplar, que resume en si misma todo lo que esta especie es capar de crear. Como no somos fotógrafos, esto es lo que hay, pero este ejemplar y su copa es digno de mejor retratista.


Pues esto es todo, un resumen de dos buenas mañanas en el monte. Como dice uno de mis compañeros, algunos días cambiamos la cantidad por la calidad, y en estos dos días así ha sido, no hace falta hacer grandes rutas ni registros kilométricos para estar sumergidos en la magia de la Serranía. Nosotros disfrutamos un montón.

Claro está, el disfrute hay que regarlo si o si. Unos tercios nunca vienen mal.


Hasta pronto!!!




El cuchillejo, loma de Poco pan.

 Domingo, 28 de Marzo de 2021.


Finales de Marzo, hoy volvemos a hacer una ruta por Uña. En estos primeros días de Primavera, y con el monte muy húmedo, se produce el mágico fenómeno de las nieblas. El valle del Júcar, y la Laguna, están completamente cubiertos por la niebla, solamente los bordes superiores de La Muela destacan por encima, los intuimos allí arriba.

Aprovechando el paso del Cuchillejo, nos vamos a subir a todo lo alto del Puntal de Peñarubia, algo mas de 250 metros sobre la laguna de Uña, empezamos caminando metidos en la niebla, y albergamos la esperanza de llegar arriba a tiempo, antes de que el sol la disipe. Hoy la cámara echa humo. Una vez arriba, caminaremos por la loma de Poco Pan, y bajaremos de nuevo por el camino de Uña a Huélamo, que nos deja directamente en el escalerón. Desde allí bajamos por el sendero hasta el pueblo.

Nos ponemos sobre las nieblas, que ya han abandonado el rincón de Uña, y pronto desaparecen río abajo.

Dejamos los vehículos junto al mirador de La Laguna, y empezamos la caminata subiendo por la parte derecha de la ermita de la Virgen del Espinar.

Arriba, los farallones de la Muela, reciben los primeros rayos de sol de la mañana.

Y detrás de nuestra marcha, la laguna se difumina tras la niebla.

Nosotros, avanzamos por la loma que nos lleva directos a los cortados del puntal.

Subimos un primer peldaño, y nos encontramos completamente engullidos por las nieblas.

Ahora, por la parte izquierda, buscamos el cuchillejo y nos subimos al puntal.


Hace unos meses, estuvimos por aquí también, y podemos recordar el paso del Cuchillejo en la siguiente Entrada. Aquella mañana el sol resplandecía, la ruta ese día nos llevó hasta la cueva del Gargol. Otra buena mañana en el monte.


Hemos pasado el Cuchillejo, y nos ponemos ahora ya por encima del nivel de las nieblas.

Nos van apareciendo imágenes, tan poco habituales, que no nos dejan quitar ojo. Allí al fondo destaca el puntal del Cuerno.

Y aquí arriba tenemos las primeras rocas a las que, sin dudarlo, se nos encarama este tipejo.

Y venga fotos!!!!

Calibramos lo mullido de la nube.


Y continuamos el ascenso a la parte más alta del puntal, comprobando como las nieblas se encaminan río abajo.

Si nos fijamos, ya se van dejando ver las casas del pueblo.

Y el puntal de San Roque emerge sobre el mar de roca y niebla.

El río de niebla, siguiendo el cauce del Júcar, va dejando libre el valle.

Y ya podemos ver valle arriba, La Modorra, Cabezagorda, y aquí a la derecha el Cuerno.

Inconfundible la Modorra con su caseta, que por cierto ha crecido últimamente, pero ya la veremos en otra entrada un poco más adelante. 

¡que siiiii! que aquello el puntal de Cuerno.

Con el pueblo de Uña, ya casi al descubierto, aquí en primer plano, vemos los distintos escalones que vamos subiendo, todavía nos queda otro, pero ya dejamos la roca, ahora subimos por la ladera hasta la parte más alta donde enlazamos con la loma de poco pan.

Con Monteagudillo allí al fondo sobre las neblinas, un poco de conversación, y seguimos ruta.

Última mirada a Uña. 

A la laguna.

Y al rincón, donde comprobamos la altitud que hemos cogido sobre la línea de cortados de la muela, por allí enfrente discurre el sendero del Escalerón y la Raya.

Enlazamos con la Loma de Poco Pan, ahora vamos por la cresta de esta loma hasta que llegamos a conectar con el camino de bajada.

Y aprovechamos los contraluces que nos salen al encuentro, esta mañana de principio de primavera.

Ahora el terreno es llano, hemos columbrado el punto más alto de la ruta y todo lo que nos queda es a favor de obra.

Antes de seguir ruta, una performance.

¡Que coordinación!

Tonterías aparte, la procesionaria se encuentra en plena fase de enterramiento.


El camino de bajada lo hacemos rápidamente, caminamos por en medio de un gran pinar, hasta que llegamos a la entrada del Escalerón. desde aquí ya vislumbramos el final de la ruta de hoy. Bajamos por el sendero que tantas veces hemos visto ya, uno de los senderos más transitados de toda la Serranía, donde tuvimos que hacer de guías improvisados. El cierre perimetral de la comunidad, ha traído a muchos castellanomanchegos hasta aquí, para empaparse de nuestra tierra. En un momento estamos de vuelta en el mirador.


Esta es la imagen que tenemos, cuando empezamos la bajada. El sendero va por la parte izquierda de nuestra marcha.

Pasamos junto a la peculiar fuente.

Y en un momento estamos de vuelta bajo los cortados de La Muela.

La bajada es rápida, por una zona de umbría poblada de pinos y avellanos, con la fuente que hemos visto, y todo ello por una de esas sendas ancestrales muy bien conservada, un lujo del que podemos disfrutar a menudo. Nosotros terminamos la ruta y ponemos ahora rumbo a bar, tercios y a casa como siempre, otra gran mañana en el monte, disfrutando de las nieblas y las vistas. Uña está ahí, a un paso de casa, no hay excusa para no venir a comprobarlo.


Por cierto, hoy la ruta va dedicada, si lee esto, el sabrá de lo que hablamos. Te esperamos como al agua de Mayo.


Hasta pronto!!!