Segundo asalto al Puig major.

Domingo, 1 de Junio de 2.014.

Todo empezó en octubre de 2.013, en el primer asalto al Puig major, como vimos en la entrada correspondiente: Enlace a la ruta. objetivo que Alfredo tenía marcado en su afán de conseguir ascensiones míticas en su curriculum como senderista intrépido.
 
En aquella ocasión ya vimos que viajó algo lesionado, pero logró su objetivo, en medio de aquel entrono tan rocoso y agreste.
 
 


Vértice geodésico y base militar al fondo.


La piedra es dueña del paisaje, no encontramos la vegetación a que estamos acostumbrados en nuestros dominios Conquenses, aunque las panorámicas son preciosas.
 
 
 




Podemos ver que en algún tramo el ascenso está equipado con un cable para asegurarse en caso de necesidad.



A mí me da vértigo solo con ver la foto.




El caso es que la ocasión la pintan calva...... y no desperdició esta que se le presentó en el puente de la virgen de la Luz, tras varios intentos de convencernos para acometer tamaña aventura...... y no obteniendo respuesta positiva alguna......(ya dijimos que el miedo es libre), se lanzó a la conquista de la citada meta, pero esta vez no estaba solo, lo acompañaba su hijo Iván.
 
Como vería la cosa para comprar hasta unas cuerdas, que nunca llevamos!!!!!!






La verdad es que siempre es bueno salir un poco de los dominios conocidos, y te encuentras con cosas tan curiosas como estas escaleras tan cómodas para salvar los cercados de las fincas de la zona, sin necesidad de abrir puertas o saltar alambradas, como pasa con bastante frecuencia en otras partes.

A continuación van unas cuantas fotos que nos enviaron como testimonio de la ruta.

Que bien pensado!!!!

Esas nieblas marcan la cumbre.

Más escaleras, y junto a la puerta!!!!!


Como es primavera, en este viaje vemos un poco más de verdor.


Cartel de advertencia de la dificultad de la ruta.

La piedra es la protagonista de la ruta.




Viejos troncos.




Arboles centenarios.



Piedra y más piedra.


Señalando el objetivo.



Curiosa vegetación de la isla.




En fin, el caso es que después de todos los preparativos, todo el entrenamiento durante la temporada de invierno, con el objetivo puesto en la cima del Puig major.....y por distintos motivos, no pudieron culminar su hazaña. Son cosas que pasan, alguna duda en el ascenso, un poco de inseguridad, son motivos suficientes como para suspender la ruta en pro de la seguridad. Una retirada a tiempo siempre te brinda la posibilidad de volver a intentarlo.
 
Os pongo el enlace al trazado de esta ruta, que a pesar de quedarse algo corta seguro que sirve para sacar alguna enseñanza:


http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6980490





Tragacete, Peña del Halcón.

Domingo 1 de Junio de 2.014.



Por fin llegó el fin de semana festivo por naturaleza en Cuenca, y aunque este año no tenemos un gran puente para planificar varias rutas como en años anteriores, no han faltado opciones para estos días. Se planteó la opción de viajar a Mallorca para acompañar a Alfredo en su segundo asalto al Puig Mayor, pico algo complicado que ya conquistó el pasado año, pero desestimamos la propuesta, no todos estamos preparados para determinados retos.
El caso es que la opción local era repetir la parte de ascensión al refugio de la halconera desde Tragacete, que ya realizamos el pasado año, y continuar en busca de la Peña del Halcón, cima que teníamos en mente varios años, una magnífica ruta circular en el corazón de la sierra de Cuenca, con punto de principio y fin en el pueblo de Tragacete. La jornada no defraudó.
Como siempre que tenemos un trazado que se sale de lo ya conocido, los mapas se hacen imprescindibles para la planificación del recorrido, ya veremos en otras entradas que nos podemos despistar en lo más conocido.


Los mapas nunca deben faltar, por sencilla que sea la ruta.

Tras el estudio del recorrido en los mapas y con el Gps en orden comenzamos la ruta, no sin antes haber enviado a Alfredo al Puig mayor, el no ceja en su empeño de conseguir grandes metas.
Por delante tenemos unos 20 km. llenos de sorpresas y paisajes serranos, comenzamos ascendiendo por una pista forestal de buen firme pero gran pendiente, junto al cerro del colmenarejo y siguiendo el trazado del sendero gr-66 que en parte recorrimos el pasado año, os dejo el Enlace a la ruta, donde se pueden ver otras imágenes de esta zona.


Al fondo vamos dejando el pueblo.




Aquí lo vemos mejor.


Vista del valle del río Júcar.


Gran pendiente.
Una vez ascendido este primer tramo, buscando el arroyo de fuente Jordana, subimos por una bonita senda, plagada de jóvenes pinos y verdes praderas.


Abandonando la pista para coger la senda de ascenso.




Tiernos brotes de pino albar.



Escasa señalización del sendero de gran recorrido gr-66.


Enseguida nos presentamos en cotas próximas a los 1.600 metros, y procede una parada para reponer fuerzas, hoy tenemos todo el día por delante y no tenemos por que correr. En el comienzo del barranco de Valdehonguillo hicimos la primera parada, en medio de una incipiente ciudad encantada.





Pequeño mar de piedra.




Tras el desayuno, el siguiente punto de paso era el refugio del la Halconera, en medio de unos prados que nos cautivaron el pasado año y que nos animaron a volver.





A partir de este paraje la ruta se hace desconocida para nosotros, y como vamos ganando altura la Sabina Rastrera y las formaciones rocosas se van adueñando del paisaje, con el paso de los años (más bien siglos) aquí se formará algo parecido a la Ciudad Encantada o los Callejones de las Majadas.










Todas estas formaciones rocosas se encuentran en el entorno del barranco de Cuenca, por el que ascendimos en dirección a nuestro siguiente objetivo, el alto del Poyal y la Peña del Halcón, enseguida nos pudimos asomar a los cortados que en esta zona se forman, sobre el pueblo de Tragacete, con unas panorámicas magníficas.





En el centro de la imagen vemos el pueblo.

Los picos más altos de la derecha de la imagen son los de el cerro de la Bandera.
A partir de este punto recorrimos toda la cornisa de cortados, escudriñando cada rincón entre el alto del Poyal y el de la peña del Halcón, que dejamos plasmados en un extenso reportaje fotográfico.



A partir de aquí cortados y alguna que otra sorpresa.


Como es natural, la foto de familia, hoy algo mermada.

Pinos secos en la cornisa, castigados por las ventiscas.

Mares de piedra.



Callejones sin salida.

Cornisas sin salida.


Buscando datos.



Callejones con salida al abismo.

Comprobando el efecto de la erosión más reciente.


Curiosidad, grupo de pinos secos por la ventisca de la cornisa.
Toda la zona está plagada de piedras en equilibrio casi imposible, la verdad es que nos gustó mucho este tramo, y todavía nos esperaba una sorpresa.



Nuestro camino continúa hacia el alto de la peña del Halcón, ya es hora de comer y nos proponemos hacerlo en dicho lugar, seguimos bordeando los cortados, por una senda poco marcada ya que no hay mucho tránsito en esta zona.


En la parte superior izquierda está nuestro siguiente objetivo.



Estamos en mitad de la primavera, los cérvidos están en plena faena de cría, y cuando se recorren tantos kilómetros por estas zonas serranas pues te puedes encontrar alguna cría agazapada en cualquier sitio esperando a su madre. El pasado año ya tuvimos un encuentro similar, precisamente por estas mismas fechas, pero cerca de Uña, en esta ocasión en un recodo orientado al sol nos topamos con la joven cría, que permanece inmóvil como medio defensivo. Hicimos un par de fotos y sin tocar a la cría la dejamos en su relajado descanso.




Inmóvil.

Que sensación de paz!!!!!


Bueno, nosotros continuamos nuestro camino, paramos para comer, y emprendimos el descenso hacia Tragacete por otro sendero densamente poblado de boj, pino y musgo.


Alfombras de musgo.


Echamos un vistazo a la zona recorrida por la mañana.





Y por un paraje llamado hoya de las cortezas, bajamos al pueblo a tomar un café y dar por concluida la ruta, pero antes nos llamó la atención la abundancia de pinos "bicéfalos", que así los bautizamos, es normal encontrar alguno por cualquier ruta, pero esta ladera estaba plagada de pinos gemelos, algo poco habitual.







Total, que pasamos un gran día por estos montes que tanto nos gustan, y como es habitual terminamos en Villalba refrescándonos con unas cervecillas y planificando la ruta del día siguiente, también festivo.