Por El Maillo. Primavera 2024. Serranía de Cuenca.

Sábado 20 de Abril de 2024.

Una mañana de primavera, pongo rumbo a tierras del Maillo. Hoy voy solo y quiero caminar por terrenos conocidos para evitar líos. Solamente dar un paseo por estos terrenos que ahora están en modo primavera, ya merece la pena. Recordando una entrada de Toni Virtudes en su blog, El Maillo y sus dos pequeños Castros. Me creó la necesidad de visitar la ceja que siempre vemos desde abajo, y a la que curiosamente nunca habíamos subido, a pesar de las decenas de rutas que hemos hecho por estas tierras.

Dejando el vehículo estacionado en el paraje de la Peña del Acebo, me dispongo a disfrutar de las soledades serranas.

En aquella entrada, nos habla de un primer posible Castro, muy cerca de la Casa Quemada, este lo descarto, ya que hace unos años estuvimos almorzando allí mismo durante el transcurso de una de nuestras rutas. Así es que caminando por el carril, paso junto a la Casa Quemada y continúo en busca del segundo enclave. Una mañana soleada y cálida para ser Abril.

Nada que decir sobre estos montes que tenemos en nuestra serranía.

Es Abril y están puestos en verde.

Aunque siempre hay alguna baja.

Y la fauna.

Cielos velados, hoy por la serranía.

Dejo atrás el paraje donde se encontraba la casa forestal, y camino ahora paralelo al valle del Maillo, que lo tendríamos a nuestra derecha. Voy buscando el punto de encuentro con esas cejas.

Con ayuda de los medios técnicos, veo que me tengo que desviar, el objetivo lo tengo a tiro de piedra. Allí abajo, el Maillo.

Y aparecen esos viejos corrales, con sus muros aguantando el paso del tiempo.

Levanto la mirada, y allí arriba, el cerro de la Bandera. Otra cumbre imprescindible en la serranía.

Vamos a ver que hay por aquí.

Y lo que encontramos, son los restos de un gran corral, que al parecer debió tener alguna cubierta a juzgar por los pilares que quedan en pie.

Muros reconquistados por la vegetación del lugar.

Y esos pilares.

Dejamos los corrales.

Y nos asomamos al valle del Maillo, con su verde alfombrado.

Y las vacas, que pacen a sus anchas.

Y duermen sin miedo.

Ya estoy sobre esa ceja que tantas veces vemos desde la parte de abajo, cuando caminamos por los prados del Maillo.

Abajo, la vida se abre paso.

Y aquí arriba, las rocas toman formas extrañas.

Con esos contraluces.

Camino un poco por la faja inferior a la ceja.

Típicas formaciones en la serranía.

En cada estrato, una erosión diferente.

Y las vacas a lo suyo.

Este es el punto intermedio de la ruta, reconocidos estos terrenos, voy de vuelta. Bajaré a las praderas del Maillo, para luego volver a subir al punto de partida. Un buen paseo esta mañana.


Dejo estos bordes rocosos.


Con esa faja que recorrimos.


Y ya veo el verde en los prados. Una alfombra natural que nos encanta.

Antes de emprender la vuelta, paso junto a estas lagunas del Maillo.

Lagunas muy estacionales, que en primavera despliegan todos sus encantos.

Con esa vegetación acuática tan efímera.

Y tan llamativa.

Un remanso de paz.

Después de un buen rato rodeando estas pequeñas lagunas, ahora si que pongo marcha de vuelta, atravesando estos prados que tanto nos gustan en cualquier época del año. Si buscas paz, este es el lugar.


Mirando el mapa, busco un punto por el que subir de nuevo a las inmediaciones de la Casa Quemada, casa que ya no existe, en su lugar hay un pequeño refugio. Pasando muy cerca de aquel primer castro que nos contaba Toni.



Cuando vamos ganando altura, las vistas cogen fuerza. Los paisajes de alta montaña dominan los horizontes.

Aunque no hace falta mirar tan largo, a nuestros pies, las orquídeas serranas, están en su mejor momento.

Enseguida llego al final de mi ruta de hoy. Una mañana de primavera, soleada y cálida. Un día para cargar pilas. De vuelta, unos tercios en Uña, ponen el broche a la caminata.


Una ruta sin complicaciones apta para todo el mundo, no va a ser siempre barrancos!!!!!


Hasta pronto!!!




Un Jueves Santo diferente.

 Jueves 28 de Marzo de 2024



SEMANA SANTA en Cuenca, palabras mayores. Nunca pensé poder hacer una entrada en estas fechas, pero las circunstancias mandan y el cambio climático mucho más. Si, es primavera, y en primavera el tiempo es muy cambiante. Es primavera y no es la primera vez que vemos nevar en Semana Santa. Es primavera y estamos encantados, pero lo que está pasando este año es nuevo. Una gran borrasca que se nos ha instalado sobre la península, enviando una cadena de frentes que están tirando por tierra todo el trabajo Nazareno. Si, es que en Cuenca, en general somos muy Nazarenos. Pero nos tenemos que acostumbrar, las estaciones están cambiando, y lo mismo tenemos la primavera en Enero, como este año, y el invierno crudo en Marzo/Abril. Esto va a ser muy normal a partir de ya. 

Climatología aparte, y haciendo de la necesidad virtud, esta tarde de Jueves Santo he aprovechado para hacer una pequeña ruta por el entorno de la capital Conquense. Empezando con entrenamientos y recuperaciones, una ruta corta y sencilla para abrir boca bajo la lluvia.

Subir al Cerro del Socorro es algo habitual en los paseos de sábado, pero hoy, con las circunstancias de este Jueves Santo, tiene otro sabor, y aquí os lo dejo.

Casi terminando la ruta, el pastor de las Huesas del Vasallo. Hoz del Huecar.

Empiezo la subida, desde el barrio de Tiradores, con la torre de Mangana y el calvario.

Las nieblas al fondo, presagian lluvia. 

Las aliagas, fieles a las temperaturas primaverales que venimos teniendo, lo están dando todo.

La tarde es gris, y mi objetivo aparece allí arriba. El viento es incómodo en esta cara sur de la sierra. La lluvia se va intensificando.

Estoy casi arriba.

Con el Casco Antiguo de Cuenca a nuestros pies.

Y los frentes que van pasando sobre nosotros.

Cogemos aliento.


Y emprenderemos la bajada por el viacrucis, hacia la hoz del Huécar. Ahora bajo protegido del viento, la lluvia sigue.

Y esas nieblas que se meten en la hoz.

Sin olvidar que estamos en primavera.

La hoz del Huécar, es algo que atrapa la mirada cada vez que la tenemos a la vista.


Es inevitable.


Bajando por esta cara norte, protegidos del viento, el paseo se hace mucho más placentero.

Los Guillomos, están empezando a brotar.


Y las carrascas, hacen lo propio.


Lo que está claro, es que a la primavera ya no hay quien la detenga.

El barrio del Castillo, siempre a vista desde esta parte de la Hoz.

Y sigo disfrutando del agua.

Por que el agua es la vida de estos viejos muros.

En Cuenca tenemos senderos..........

Y rincones.........

A pesar de las circunstancias, siempre hay que fijarse en los detalles.

La hoz del Huécar, está cogiendo un color verde, que enamora.

El Casco Antiguo, se abre ante nosotros.



Imágenes icónicas de Cuenca.

Ahora entramos en el tramo urbano de la ruta, y en este punto es inevitable recrearnos un poco en la hoz, aun a riesgo de ser redundantes.

Traseras de la Catedral.


Iglesia de San Pedro allí arriba y antiguo convento de San Pablo aquí a la derecha.

He cruzado el puente de San Pablo para ver al pastor de las Huesas del Vasallo.


Cosas curiosas de la arquitectura antigua.

No necesita comentar.

El agua me nubla el objetivo.

Y por fin, junto al río, que viene como pocas veces.

En este tramo urbano, es como un oasis todo el año.

Y en estas ocasiones de crecida nos deja boquiabiertos.

Con esta última vista, terminamos ruta.


En este punto de la Hoz, bajo las casas Colgadas y junto al Auditorio, termino ruta. Ahora un poco de callejeo por Cuenca para llegar a casa. Una tarde de Jueves Santo triste para los nazarenos Conquenses entre los que me cuento, pero con el buen sabor de boca de esta ruta húmeda y fresca. 

Siempre lo diré, no dejéis de salir a los montes aunque llueva, es más, si llueve, con mayor motivo. Y en Cuenca lo tenemos a mano, en dos pasos estamos en las sendas.


Hasta pronto!!!