Paseos de Sábado por Valdecabras. Serranía de Cuenca.

 Cualquier sábado por los alrededores de Valdecabras.

Los sábados son días de paseo por las sendas de Cuenca, pero sin coger coche. Aunque si nos venimos un poco arriba, nos podemos acercar a la zona de Valdecabras, donde tenemos un buen granero de rutas por caminar. Apenas en veinte minutos nos ponemos en la zona con las mayores altitudes más cercanas a la capital, y podemos asomarnos a esos farallones rocosos, contemplar los colores de la estación de turno, o deleitarnos con el vuelo de las aves que pueblan estas cornisas.

Por contra, si lo que nos apetece es contemplar el discurrir de las aguas, en épocas de lluvias (tan escasas últimamente) solo tenemos que dejarnos llevar por los fondos de los valles que rodean la localidad, donde veremos correr el agua brava.

Y eso es, en definitiva, lo que vamos a ver hoy. El resultado en imágenes de dos de tantos paseos que nos damos por estas tierras, un día de finales de Otoño desde las cornisas de Valdecabras, y otro día por el valle de la Canaleja, con sus calizas aguas. Una pequeña muestra, pero hay mucho más, solo tenemos que dejarnos llevar por estas sendas, que no tienen pérdida.

Ahora que me doy cuenta, realmente las imágenes son de tres días distintos, y es que si pasamos el pueblo de Valdecabras, y seguimos subiendo, un poco antes de llegar a la fuente de La Canaleja, nos encontramos con un buen mirador desde el que sacar alguna que otra foto.

El pasado Otoño, que no fue tampoco de los más espectaculares.

Con falta de aguas, y a duras penas, los verdes contrastan con los amarillentos de los chopos.

Valdecabras.

En el centro de su Valle. Una localidad mágica a un paso de la capital.


Y ahora si, vamos a subirnos a las cornisas que rodean este magnífico valle, y a pasar un buen rato. Dejando el vehículo más arriba de la fuente de La Canaleja, vamos prácticamente llaneando por los bordes rocosos que encontramos sobre la carretera de subida. Un paisaje calizo típico de la serranía, a un paso de casa.


Y jugando con las perspectivas, aparece allí al fondo.....

Nuestro pueblo de referencia.


Y esa cornisa de roca desde donde lo contemplamos.

Ya digo, que este otoño pasado no fue de los más espectaculares, pero siempre se deja alguna imagen digna de ver.

Con esos prados de los huertos hoy abandonados, y esos arboles linderos.

El robledal de esta ladera, también se engalana para la ocasión.

Y las rocas, nos siguen proporcionando buenos marcos para la foto.

Pura belleza.


Un poco más adelante, otro punto clave en estas cornisas.

Días de Otoño.

Otro elemento esencial en estos lugares son las aves, y como no, el Buitre. Siempre se deja ver, y alguna vez fotografiar, aunque para eso hay que agudizar la destreza del fotógrafo.


Allí tras los pinos, se asoma este enorme carroñero.

Con su vuelo calmado y majestuoso.

Nosotros le robamos alguna imagen.

Mientras continuamos nuestro paseo desde las alturas.


Otro de esos días sueltos, y tras alguna de las escasas borrascas del invierno, me acerco al valle de la Canaleja, para ver como bajan las aguas por ese fondo calizo. Lo hemos visto en mejores ocasiones, pero ya no estamos para exigencias, con lo de hoy nos basta.



En la fuente de la Canaleja, veo que el agua brota con fuerza.

Y un poco más abajo, llena el cauce y sus escalinatas calcáreas.

Es un agua tan cargada de cal, que todo el fondo por el que discurre está completamente cubierto de esos depósitos blanquecinos.

Es final de Diciembre, y todavía veo algún níscalo.

Desde el fondo del valle, veo los cortados sobre los que caminaba días atrás-

Pero hoy hemos venido a ver el agua.

Que brota con fuerza en el manantial de los Aserradores.


Y desde aquí me vuelvo hacia arriba.

El agua es vida, hoy mas que nunca.

Hasta aquí esta pequeña muestra de lo que nos encontramos en Valdecabras, a un paso de casa. No dejéis de salir a buscar estos y otros parajes que nos reconfortan cuerpo y alma.


Hasta pronto!!!



Tal día como hoy, diez años atrás. ¿Quién lo iba a decir?

17 de Marzo de 2023.





Tal día como hoy, pero de 2013, empezamos a publicar nuestras salidas al  monte en este blog. La verdad es que viendo aquella entrada, ya veo yo que estaba verdísimo en "bloguería", aunque no creas que he mejorado mucho, un poco más de imagen, pero por todo lo demás, más de lo mismo. ¿Veis como me repito?.

Bromas aparte, estamos muy contentos con poder llegar a celebrar esta efeméride, más que por el blog, por haber podido mantener un grupo que ya venía de mucho tiempo atrás, y que aunque sea poco, hemos aumentado.

Puedo decir que en Cuenca, salgamos o no al monte, lo llevamos en vena desde que nacemos, es un patrimonio de todos, y a todos nos ha calado en mayor o menor medida. Pero no solo a los que somos de Cuenca, por que las personas que recalan en nuestra modesta ciudad por motivos diversos, son inmediatamente abducidas por el espíritu de la Serranía. Y eso ya es para toda la vida, acabes donde acabes. 

En aquel momento, la intención era dejar una pincelada de lo que hacíamos cada domingo, no teníamos ni idea de como funcionaba esto de los blogs, busqué información y esta plataforma me parecía sencilla para alguien con nulos conocimientos, así es que empecé a darle forma. Siempre mirando alrededor, para hacernos una idea de lo que podíamos hacer, y lo que había por ahí. 

El caso es que llegó el momento en el que podíamos publicar la primera entrada, y recuerdo esa sensación de rubor, al lanzar al universo de internet aquella publicación. Parecía como si aquello lo fuesen a leer hasta en la "NASA". Pobre iluso!!!!.

Pasado este primer trance, las aguas se calman y las cosas se van viendo con otra perspectiva. Poco a poco, fuimos enderezando el rumbo, y mejoramos lo que pudimos, escuchar consejos es lo mejor que se puede hacer para salir con dignidad de estos lances.

Y ahí tiene que ver mucho la presión mediática. Que si pon las fotos más grandes..... Que esto lo tienes que dejar plasmado en otro medio, que no sabemos lo que durará esto de los blogs, lo de "esa es la misma foto de siempre" ya lo hemos dicho, y a duras penas, con todas las limitaciones que uno tiene, pues este es el resultado.

Luego están los fans desatados, a uno de ellos le debo eso de dejar correr los sentimientos y emociones, él sabe de lo que estoy hablando, gracias por tu confianza.

También hay a quien no gusta que nos pasemos por sus tierras, de todo hay en esta viña. Nosotros siempre vamos con respeto, y si algo no conocemos, no tenemos inconveniente en que se nos corrija con el mismo respeto. Al final esto no son más que contingencias necesarias e inevitables, no podemos agradar a todo el mundo, cosa que por cierto, no es nuestra intención.

No recuerdo cuando empezamos a trastear por las redes sociales, pasaba lo mismo, no tenemos edad, pero nos adaptamos a todo. Empezamos a asomarnos al mundo de las redes, y enseguida aumentó la repercusión de nuestras publicaciones. Fuimos conociendo a más personas interesadas en este mundo, y compartimos días de ruta, naturaleza, y alguna que otra comilona, lo que no ha faltado nunca es el buen royo. 

Y más o menos, así es como hemos llegado hasta aquí. 

Unas líneas más arriba recordaba que, por lo general, esto del monte, La Serranía, lo llevamos muy dentro de nosotros. Y eso es lo que nos ha llevado a salir, siempre que nos es posible, a pasar un rato sumergidos en la naturaleza que nos rodea. De pesca, a por hongos, a ver la nieve, a dar simplemente una vuelta para ver los colores del Otoño, siempre hemos salido al monte. Todo evoluciona, y finalmente estamos en esto de caminar. Y caminando, es como mejor apreciamos y valoramos este privilegiado entorno que nos rodea, ya sea a kilómetros de la capital, o simplemente dejándonos llevar por las sendas que parten de cualquier barrio en dirección al campo, por que no se si os habéis fijado, pero casi desde cualquier calle de Cuenca, se puede ver al final un trocito de monte, de esos benditos cerros que nos rodean. En Cuenca somos afortunados.

Picos, praderas, barrancos, senderos ancestrales, alguna que otra pista, monte a través (que es lo que más nos gusta), lagunas, arroyos, ríos...... Esos vestigios del pasado, que han quedado en el olvido por cada rincón de la serranía. Todo eso y más es lo que nos encontramos cada día en nuestras rutas, lo hemos ido contando, y ¿Por que no? lo seguiremos contando. Si seguimos saliendo al monte, seguro que alguna entrada nueva se nos vendrá a las manos. 

Como nunca está de mas ser agradecidos, pues vamos a agradecer el seguimiento que esto ha tenido hasta ahora. Gracias por leer este blog, y gracias por esos comentarios tanto en el blog como en las redes sociales, a nadie amarga un dulce. 

Gracias a todas las personas que en algún momento han compartido una mañana en el monte con nosotros, sabemos que no somos un grupo fácil, pero cuando se ha podido, hemos compartido buenos ratos con amigos que nos han dejado huella.

Gracias al grupo, a La Piña, por hacer de cada mañana en el monte, una aventura única. No vamos a entrar en detalles. Y gracias a esa red periférica de apoyo, que también la tenemos, y que tanta alegría aporta al grupo en cada uno de los eventos que realizamos, (siempre al margen de caminar, se entiende). 

El caso es que llevamos diez años contando nuestras andanzas en este Blog, y eso es lo que hoy compartimos con todos vosotros. A partir de aquí, pues más de lo mismo, a seguir caminando por esa Serranía y a seguir contando lo que podamos. Solo nos queda repetir una vez más......



¡GRACIAS!



Un paseo de Otoño por la laguna en Uña.

 Octubre de 2022


El Otoño es un buen momento para recorrer la serranía de Cuenca, y en esta ocasión veremos, dando un paseo, el entorno de la Laguna de Uña. Una mañana de Octubre, de esos días que tienes libre y te echas al monte. 

Ir a Uña es como dar un paseo por casa, pero lo bueno es que cada día nos regala algo diferente, y hoy no va a ser menos. Las nieblas y el colorido otoñal, dan mucho juego en lo que a la imagen se refiere.

Sin un objetivo claro, lo primero es dar una vuelta por la Laguna, y luego ya se verá. El caso es que las nieblas se metieron de lleno en ella y aproveché para caminar un rato sobre el canal. A la vuelta, ya había entrado la mañana, y con la calma del viento la laguna era tal que un espejo.



Aquí las imágenes, cobran vida propia. 

Y la cosa se presta a tirar de zoom.

Y a cambiar de ángulo de observación.

Esas imágenes con la Muela allí arriba.

Y luego le vas tocando a la cámara lo de las luces.......


Apareciendo cuadros dignos de los mejores lugares del mundo.

Aguas en calma, nieblas y un fotógrafo casi inútil. 

El lugar pone el resto.

Bajo el puntal de San Roque, las nieblas ganan terreno hacia la laguna.

Un lujo para la vista.

Hay que seguir camino.

No digo nada.

El otoño en este lugar es algo espectacular.

Desde encima de las compuertas de desagüe, vemos que la niebla ha tomado la laguna.

Y le dan ese aire......

Distinguido.


Una última mirada y sigo camino hacia el canal.

En lo alto de la Muela, el sol va ganando la partida.

Paso sobre el canal.

Y ahora me encamino sobre sus muros hacia el Arroyo de la Madera. Aunque esta vista es una mirada atrás.

El bosque con la niebla y esa humedad de las lluvias, tiene una luz inquietante.

El puente sobre el Arroyo de la Madera está en obras de mantenimiento.

Abajo, el río apenas se deja ver esta mañana.

En este tramo de canal las vistas sobre el cañón del Júcar son muy buenas, pero esta mañana no podemos aspirar a mucho más.

Apenas podemos reconocer los cortados de la otra orilla del cañón.

En el punto en que llegamos a uno de los túneles cerrados, pongo marcha de vuelta a Uña.

La luz en los túneles, también da mucho juego.


Avanza la mañana, y parece que viene cambiando el ambiente, el sol empieza a entrar en son.

El Arroyo de la Madera, discurre tranquilo hacia el Júcar.

Una obra centenaria, bien conservada.

Definitivamente, la niebla se levanta.


La niebla se despide, ahora daremos la vuelta a la laguna hacia la escuela de pesca, cruzando sobre el arroyo del rincón. Una circular con vistas relajantes.


Entre tanto, los buitres aguardan allí arriba, calentando el plumaje.


Y aquí abajo, la laguna despliega todo su encanto otoñal.

Con sus colores.

Y su fauna.

Desde el observatorio de aves, esta foto es inevitable.

¿Y cual no?

Ahora el puntal de Peña Rubia ya se deja ver.

Sin encontrar momento de abandonar el privilegiado mirador.

Con esta última toma, continúo la marcha.

Por que el sendero no tiene desperdicio.

Con los Majuelos en todo lo alto.

Caminamos junto al Arroyo del Rincón.

Nada que añadir.

En las inmediaciones de la escuela de pesca, el otoño se ceba. 

En este punto, la ruta cruza el Arroyo y continúa por pista hasta llegar de nuevo al pueblo. En ese tramo donde empieza la subida al Escalerón, la afluencia de turismo es notable, y más en esta mañana tan agradable de otoño. Yo dejo la cámara tranquila y termino mi caminata de hoy.



No sin antes volver la mirada hacia arriba, estos bordes rocosos de La Muela nos atrapan sin remedio.



Otra gran mañana en el monte, con sus nieblas, luces y reflejos. Un lujo a media hora de casa. No dejéis de visitar estos lugares en cualquier momento del año. 


Hasta pronto!!!