Barranco del Cerro Pajarero, Las Majadas, Serranía de Cuenca.

 Domingo, 20 de Febrero de 2022.


Hace unos años, así como seis, el tiempo pasa volando, estuvimos explorando la cabecera de este Barranco del Cerro Pajarero, muy cerca de Las Majadas. Aquella mañana de Marzo, la nieve lo cubría todo, una nieve blanda que hizo muy pesado el caminar. Cuando la nieve está en el momento de ir fundiéndose la cosa tiene su dificultad. Lo podemos recordar en este Enlace a la ruta

A mitad de recorrido decidimos salir del barranco, el hielo lo estaba haciendo peligroso, el caso es que cerramos una ruta circular, con el propósito de volver. Seis años después volvemos a este barranco, pero ahora para remontarlo. Bajaremos al punto donde este se encuentra con el Barranco de la Rocha, e intentaremos remontar el mayor tramo posible. Esta mañana también hay hielo, pero como estamos en un invierno muy seco, al menos a mi me lo parece, el cauce y sus rocas están muy transitables, así es que vamos a ver hasta donde podemos llegar.

Dejamos el vehículo un poco  mas adelante del paraje de Los Altos, y empezamos a caminar por un viejo carril, llaneando hasta un puntal que en el mapa viene nombrado como Peña del Águila, una de tantas que hay por la Serranía, los topónimos son así de caprichosos. En este punto, empezamos a bajar para meternos de lleno en el barranco, bajamos por una ladera empinada, muy cubierta de vegetación, lo normal en estos casos, nada a lo que no estemos acostumbrados. En el fondo del barranco, veremos lo que nos encontramos. Vamos allá.

A primera hora de la mañana, las sombras son alargadas.

Tenemos por delante un buen rato de camino, las aproximaciones son así. 

Hasta que nos asomamos al Barranco de La Rocha, remontando este vallejo que vemos, llegaríamos al pueblo de Las Majadas.

Ahora vamos a bajar, vamos a intentar encontrar pasos de animales, aunque al final la cosa terminó campo a través, bajando como pudimos.

Desde este punto, mirando barranco abajo, vemos por donde viene el de La rocha, y aquí delante, detrás de estas ramas difuminadas tenemos nuestro objetivo, que remontaremos hacia la parte derecha de la imagen.

Después de penar un poco cerro abajo, estamos ya orientados en el buen camino.

Aquí lo tenemos, un poco de agua que apenas corre, vamos hacia arriba.

En las zonas de más umbría, el hielo se hace fuerte.

Y el barranco va enseñando sus credenciales. 

Aquella copiosa y recordada nevada de Abril de 2018, dejó buena parte de la Serranía con un buen número de pinos tronchados o arrancados de cuajo. En los lugares más accesibles, en buena medida se ha limpiado bastante, pero en barrancos y otros puntos más complicados, la cosa es bien distinta. Una y otra vez nos topamos con la tozuda realidad.


Por momentos nos tenemos que salir del barranco, e intentar progresar por las laderas, que también tienen lo suyo.

Si volvemos al eje del cauce, mas de lo mismo. 

Estos musgos nos traen recuerdos de otros entuertos que hemos pasado.

Cuando el buje se apodera del entorno, la salida es incierta.

El caso es que en este primer tramo de barranco, nos hemos topado con la cruda realidad. Los planes nunca son perfectos.

Para desviar un poco la atención, en un momento en que paramos a pensar, vemos que la procesionaria está haciendo estragos también en este punto de la Serranía.

La primera parte de este recorrido por el barranco, no ha sido fácil. Ahora entramos en un tramo más despejado, tenemos menos impedimentos, pero la mañana se nos escapa. Vamos a seguir un poco más, al final ya haremos un pequeño tramo por el que bajamos en la ocasión anterior, luego hemos de buscar una salida para poner rumbo de vuelta.


Entramos en una zona más abierta.

Con saltos y pozas, hoy secos, que nos hacen buscar mejores pasos o hacer alguna trepada sencilla. 

La poca agua que vamos encontrando en este punto, es en estado sólido.

Otro efecto del choque térmico, es el empañado de lente, habitual en las frías mañanas de invierno y primavera.

Llegados a este punto de la ruta, tenemos que narrar un sucedido. Una de esas cosas que pasan a lo largo de las mañanas serranas, y fue plasmado en imágenes con la "mejor de las intenciones", aunque finalmente no se dio la circunstancia que todos esperábamos. A buen entendedor.... jajajajajajajajaja. El caso es que nadie resultó dañado en esta secuencia. No cunda el pánico que está todo controlado.


Cuando los barrancos están orientados en zona de umbría, es un hecho normal y placentero encontrarnos con pozas completamente congeladas.

A Ñoño no es que le pique la cabeza, no. Es que lo está "viendo de venir". Está calculando los posibles daños colaterales. 

¿Qué te decía? dicho y hecho.

Claro está, que parece un profesional, repartiendo cargas!!!!. 

¡Salvados! Ya no llames, que no hace falta!!!!! 


Ya digo que al final todo en orden. Y por supuesto que todo fue comprobado científicamente antes de correr ningún riesgo 😂😂. Nosotros continuamos con nuestra ruta, que hoy nos está dejando momentos memorables. 


Estamos ya en un tramo coincidente con el recorrido que hicimos años atrás de bajada. Pequeñas trepadas, muy sencillas, nos van facilitando el paso por este barranco.

Cuando el hielo invade el cauce, hay que buscar otra opción.

O no siempre!!!!! 

La mañana va avanzando, aunque en lo profundo de este barranco no entra el sol en todo el invierno. Vamos a tener que ir buscando una salida.

Pero no dejan de salirnos al paso, rincones como este.

Y esas placas heladas que tanto juego nos están dando.

Un barranco que ha cubierto sobradamente las expectativas que despertó años atrás.

Estamos en un punto de la mañana y del recorrido, en el que tenemos que buscar la salida. Si seguimos remontando el barranco, por el tramo que ya conocemos, poco a poco se va abriendo y se hace más cómodo, pero se nos va a hacer un poco largo, por tanto decidimos salir ladera arriba para enlazar con el camino por el que empezamos ruta esta mañana. 


Por una zona en la que vemos pasos de animales, empezamos a subir.

Emboscados entre el pinar y los bujes.

Miramos una última vez al barranco por el que venimos y subimos directamente al camino, solo nos queda desandar lo andado esta mañana hasta el vehículo.

Pues hoy lo hemos pasado muy bien, otra vez. Raro es el día que no tenemos alguna anécdota que nos alegra la mañana. Una buena ruta, por un paraje extraordinario, vamos, como siempre. No pedimos mucho más. Cuando salimos del barranco, un poco de carril y de nuevo en el vehículo para poner rumbo a los tercios pertinentes, que hoy nos los hemos vuelto a ganar.


Os dejo el enlace con el trazado de esta ruta campo a través: 


Una ruta complicadilla



Hasta pronto!!!



8 comentarios:

  1. Una ruta sorprendente

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  2. Precioso reportaje fotografico!!!
    Me he emocionado mucho viéndolo, ya que mi padre ha teabajado en esa preciosa sierra, en la que hemos vivido muchos años de nuestra vida. Con él, con mi padre, hemos aprendido a amar y disfrutar de la naturaleza.
    Muchas gracias por compartirlo.

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    1. Muchas gracias por leernos y por este comentario cargado de emoción. Nosotros encantados de hacer revivir esos recuerdos.
      Un saludo.

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  3. Hola Luis.

    Veo que el equilibrio en hielo lo vais perfeccionando, jajaja. ¡Para veros en acción!

    Que grandes lugares que atesora el curso alto del Villalvilla, con el de de la Rocha y el Pajarero. La cantidad de rincones con sus losas rocosas, estrechos, pocetas y muchos tramos de barranco lo hacen un lugar para ir innumerables veces, y sí se coge con agua aquello se torna precioso.

    A modo anédótico, en un de esos carriles malos (creo que uno que bajaba al Pajarero, aunque podría ser al de la Rocha) mi padre se quedó atrapado con el coche. ¡A saber dónde queria llegar! Fue ya por la tarde y le cogió la noche. Yo era muy jovencillo y aún no tenía coche, pero al no aparecer, mi madre dio la voz de alarma y unos amigos, sabiendo que iba a estar por esa zona de las Majadas, se fueron allí ya de noche. (jejeje eran otros tiempos, y lo del 112 no se destilaba tanto, y a la guardia civil no se avisaba hasta que no quedaba otra. De todas formas, tampoco había moviles). Total, que no pasó nada, ya que al llegar los amigos a Majadas, al poco rato apareció mi padre que venía andando desde dentro del barranco. Me imagino que aprovecharían para quitarse el susto con una buena parva de cervezas. Creo recordar que al día siguiente bajó un tractor a sacar el coche de allí abajo. ¡Historietas!

    Un saludo, Luis.

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    1. Hola Toni, ya me imagino a tu padre al ver a los amigos, preguntar.... ¿Que hacéis aquí? así como si tal cosa. Jajajaja. Unos tercios siempre hacen más llevaderas estas circunstancias que quedan en anécdota, afortunadamente.

      Estos barrancos, ya los has descrito tu, solo hay que dejarse llevar, y disfrutarlos como solemos hacerlo. Vosotros también lo sabéis hacer muy bien.

      Un saludo Toni.

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