Nacimiento del Trabaque, por fuera y por dentro.

 Domingo, 21 de Marzo de 2021.


Cuando cogemos una linde, no hay quien pueda con nosotros, jajajajaja. Este año tenemos el cerviñuelo claveteado, por estas rutas con vistas a Los Olmos, y otras que nos hemos guardado para nuestro archivo personal. El caso es que estos terrenos son un buen reclamo para el senderista, a pesar de que se despierte cierto rechazo por parte de otros sectores que ahora no vienen a cuento.

En esta entrada de hoy vamos a ver dos rutas a la cascada del Trabaque, junto a la Casa de Los Olmos, la primera en Febrero y la segunda en Marzo. Dos mañanas espectaculares por estas tierras que no nos cansamos de recorrer una y otra vez. En Febrero seguimos el curso del Río Trabaque, desde su nacimiento hasta la cascada. En Marzo, hicimos una ruta más directa por terrenos más andaderos, para meternos en las mismísimas entrañas de la cascada. Dos días, dos momentos, pero las mismas sensaciones.

En febrero las  mañanas son frescas, y en el área recreativa de la fuente de la Tía Perra, donde hemos dejado los vehículos, la escarcha se hace presente en los prados.

Subimos por el sendero del parque natural, que parte del aparcamiento. Vamos a subir a esta muela que tenemos sobre el Cerviñuelo. Es zona de umbría y los neveros aguantan. 

Ha pasado más de un mes desde que Filomena nos dejase la gran nevada, pero después ha caído alguna que otra nevada más ligera, esto es agua y vida para la Serranía.


Cuando el sendero llega a la parte alta de la muela, lo hace justamente donde las aguas empiezan a encauzarse hacia el Trabaque, por lo que podemos considerar que nace aquí arriba. Dejamos el sendero señalizado y empezamos ahora un suave descenso por la margen derecha del arroyo, entre bujes y demás vegetación de la zona, el agua corre levemente por aquí arriba, el arroyo se encajona en una maraña de vegetación que nos obliga a seguir la ladera un poco más arriba del cauce, luego buscamos una bajada muy cerca ya de las praderas junto a la Casa de Los Olmos.


Según vamos bajando junto al arroyo, las aguas se tornan más cantarinas. Intentamos acercarnos, y desde allí arriba, con el zoom, nos aparece esta pequeña cascada, el río va tomando cuerpo.

Pero por la parte de arriba, por donde nos vamos abriendo camino como podemos, la cosa tampoco tiene desperdicio. El agua rebosa por todas partes, y a cada paso nos sorprende un manantial. Otra pequeña cascada, sale a nuestro encuentro. 

Esos pequeños rincones que están fuera de cualquier recorrido conocido, en mitad del monte. Si no caminamos monte a través nunca veremos cosas como estas.

La ruta discurre según lo previsto, estamos ya muy cerca de la zonda donde este arroyo se abre a las praderas junto a la Casa de Los Olmos, un paraje al que volvemos una y otra vez, y como hoy, siempre encontramos un nuevo motivo para repetir.


Tenemos los prados a tiro de piedra y un poco escarchados, bajamos y continuamos río abajo hacia nuestro siguiente objetivo, la popular cascada del Trabaque.

Las aguas se alborotan justo antes de descolgarse definitivamente.

Y en un momento, forman este prodigio de la naturaleza, el agua y el abismo siempre han hecho buenas migas.

Junto a la cascada principal, en épocas de muchas lluvias como es el caso,  se forma otra pequeña cascada secundaria. 

Con el principal objetivo de la mañana cumplido, seguimos ruta. Ahora pasaremos junto a la Casa de Los Olmos, para buscar la subida por otro de los vallejos hacia la parte alta de la Muela, donde enlazamos de nuevo con el sendero y bajar al punto de partida.



Imagen imprescindible en esta ruta.

Vamos para allá, atravesando estos prados que rebosan agua por los cuatro costados.

La Casa de Los Olmos, está en un estado ruinoso, como es normal y aquí se produce el extraño caso de las piedras rodantes. 

Yo tengo una teoría, pero ya os la contaré otro día. Nosotros seguimos ruta.

Lo que está fuera de toda duda, es el carácter fotogénico de cualquiera de estas ruinas serranas

Miramos hacia abajo, los prados están encharcados.

Y seguimos poniendo el objetivo en estos restos que forman parte de nuestra historia.

Con esos muros.

Y esas viejas vigas, fijaos la fuerza de la madera de nuestros montes, el muro desaparece, y ahí siguen los viejos maderos.


Hasta aquí la primera visita al Trabaque, desde este punto cogimos un vallejo por la parte derecha de esta construcción, y subimos a la muela para enlazar de nuevo con el sendero, bajamos por donde hemos subido desde la fuente de la Tía Perra, y rumbo a Cuenca a los tercios. Otra buena mañana en el monte.

En Marzo, volvimos. Una mañana de domingo, como siempre, hoy un poco cortos de efectivos, volvemos a poner rumbo a Las Majadas. Pero esta vez para entrar a las mismas entrañas de la cascada del Trabaque. Mis compañeros de hoy nunca han estado allí abajo, vamos a poner solución a tal circunstancia.


Bienvenidos al día de la Marmota...... jejejeje. Bueno, que no es para tanto, no nos importa volver a este paraje una y otra vez. Empezamos la ruta en el mismo punto que la anterior.


La ruta de hoy empieza igual que la anterior, subimos a la parte alta, por el sendero señalizado, pero en esta ocasión cruzamos a la margen izquierda del Trabaque para buscar la bajada. Por un desplome en la roca sobre el arroyo de la dehesa, enlazamos de nuevo con el Trabaque, pero esta vez ya por debajo de la cascada. Misma ruta, nuevas sensaciones.


De momento es Marzo, y el monte lo sabe.

Hemos subido a lo alto de la muela, y ya hemos bajado por el desplome que nos va a conducir hasta la cascada. Los dos corzos me llevan a matacaballo.

Hace unos años, bajamos también al interior del Trabaque, pero hoy la bajada la hemos hecho un poco mas lejos que en aquella ocasión, por lo que se nos hace un poco largo el caminar por esta ladera con tanto desnivel, y con gran cantidad de piedras sueltas que hacen extremar las precauciones. Un poco más adelante, me doy cuenta de que la otra vez bajamos por otro desplome más cercano. 

Pero como no hay mal que por bien no venga, pasamos bajo estas viejas carrascas aferradas al cortado, la resiliencia de estos árboles está fuera de toda duda.

Ahí, emergiendo de manera mágica en las grietas de la roca.

Y de repente, a la vuelta del puntal nos ponemos frente a nuestro objetivo de hoy, La Cascada del Trabaque, que ha bajado mucho de caudal respecto a la ruta anterior, pero se lo vamos a perdonar.

Por que estar aquí es un lujo, y nos sentimos afortunados de vivir este momento.

Ha hecho fresco esta noche, y en esta umbría en la que se desploma el Trabaque, el hielo ha hecho acto de presencia.

Y el hielo siempre da vida a estos parajes con agua.

Nos ponemos justamente detrás del salto de agua, y nos dejamos llevar hasta el fondo del valle.

Y llega el momento en que todo esto hay que inmortalizarlo.

Y se agolpan los fotógrafos.

Y en ese momento nos fijamos en los detalles que nos deja el agua en forma de hielo.

De manera tan caprichosa.


Lógicamente, no podemos marchar de aquí como si nada. Hacemos la parada a almorzar, para poder empaparnos de la magia del lugar como es debido. Hechas las tomas pertinentes, y con el estómago reconfortado, tenemos que seguir nuestro camino. En principio, la idea era volver sobre nuestros pasos para salir del barranco, pero nos damos cuenta de que si seguimos por la parte derecha del cauce, es posible que encontremos una salida más cercana, así es que cruzamos bajo la cascada y no ponemos en la parte de solana del barranco, a ver que nos encontramos.

Miramos atrás, la cascada se deja llevar suavemente, nosotros seguimos explorando.

Y le vemos posibilidades, de momento se camina mucho mejor que por donde hemos venido, allí por la umbría.

Aprovechando la solana, es muy normal encontrarnos con restos de corrales, los hombres de antaño bien sabían donde guarecerse de los rigores serranos.

Le vemos posibilidades a este trazado, y finalmente, allí donde termina la roca, encontramos la salida del barranco.

Y nos volvemos a poner sobre el rincón por el que se descuelga el joven río.

Ahora ya podemos decir que la cascada del Trabaque tiene entrada y salida, hoy lo hemos comprobado. Nos ponemos sobre el barranco, para continuar nuestro camino. A partir de aquí, la ruta es como la anterior, junto a las casas de Los Olmos, encontramos el vallejo que nos sube a la parte alta de la Muela, enlazamos con el sendero, y bajamos al área recreativa de la fuente de la Tía Perra. Otra buena mañana en el monte, pisando terrenos espectaculares, y en muy buena compañía. Terminada la ruta, nos relajamos un rato en torno a una buena mano de tercios, que el cuerpo lo pedía.


Hasta pronto!!!





5 comentarios:

  1. Hola Luis.

    A este paso le vamos a llamar la Dehesa de los Entreorzaygamones, jajaja. La verdad que aquello no cansa nunca. Yo hubo un tiempo que iba cada dos por tres, ahora ya llevo un tiempo sin ir.

    Ese barranco trasero que forma el Trabaque se pone vertiginoso en un momento pero está chulo con esos saltejos de agua. No sé si lo sabrás, pero a la izquierda de la Casa (yendo de frente a ella) están los enormes olmos (muertos) que dan nombre al paraje. Por el tamaño, yo creo que no fue la grafiosis, sino que murieron de viejos.

    Las fotos de las gotas de agua heladas son para concurso ;-)

    Un saludo, Luis.

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    1. Pues es que yo me vendría a vivir a Los Olmos, no me canso de caminar por aquí.

      Los viejos Olmos, los hemos visto muchas veces, claro que si, pero ya me gusta dejarlos descansar, que bastante tienen con el trasiego que llevamos a la zona entre unos y otros. Que si una foto, que si ponte aquí, que me subo.... en fin, cosas mías, que merecen descansar sin que los molestemos.

      Bueno, que me vengo arriba. Será por lo de las fotos del hielo!!!!

      Un saldo Toni.

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    2. Claro está, quería decir un Saludo. El saldo está jodido!!!!!!!!

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  2. Qué bueno, jejeje. Y que haya conquenses que nunca han estado allí ¡¡¡ Bueno yo en lo que va de año ya dos veces. Por ahora jeje Gracias y un abrazo

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    1. Luis, pues todavía te quedan otras dos o tres visitas de Otoño.

      Un paraje espectacular, que merece una o dos visitas por estación, por lo menos. A nosotros nos llama a menudo.

      Gracias a ti.

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