Garcielligeros en Primavera.

Sábado 20 de Mayo de 2017


El día 12 del pasado mes de Marzo, hicimos esta misma ruta para ver la maravilla que cobija el cañón del río Júcar. Aquel día, invierno todavía, encontramos la vegetación de hoja caduca totalmente desnuda, el caso es que pensamos que esta joya teníamos que verla en todo su esplendor, para lo cual debemos volver en primavera y otoño. Hoy volvemos en Mayo para ver los impresionantes Tilos cubiertos de hoja, todavía primaveral, pero que hace cambiar el panorama de una manera increíble. La ruta anterior la podemos recordar, con su aspecto invernal en el siguiente Enlace, hoy tenemos una mañana casi veraniega con los tilos cubiertos de hoja y los gamones en plena floración. Una gran mañana de campo con una compañía a la altura del momento. 



Y es que aquí los tilos tienen un porte espectacular.

Hoy empezamos la ruta sobre el cortado calizo, donde se asoman sabinas y gamones al vacío de la hoz.

Iremos recorriendo este borde calizo hasta llegar a la entrada del carril que baja a los baños.

Enfrente de nosotros queda la Losilla y el canal que conduce el agua del embalse de la Toba hasta la central del salto de Villalba.

Por estas laderas de umbría caminaremos mas tarde.

Hoy la ruta es un ir y venir en paralelo, vamos por la parte de arriba y volveremos por debajo del gran tajo.

buena zona para el Buitre.


Es muy común en la sierra encontrar todo tipo de puestos de caza, pero este cual casa en el árbol, se lleva la palma. Nos lo encontramos en una zona de bajada hacia el río.

Pero nosotros a lo nuestro, nos deleitamos con estas cornisas cubiertas de pinos.

Después de recorrer parte de estas cornisas, llegamos a la entrada hacia los baños. Cogemos el carril que baja hasta el río, y un poco más adelante la vía de saca que nos llevará hasta los tilos. Hoy vamos ya sobre seguro, la ruta se convierte en un plácido paseo inmersos en esta joya de la Serranía.


Y entre el denso pinar, empiezan a aparecer los frondosos y tiernos verdes de los tilos, y demás vegetación de hoja caduca que en esta umbría encuentran su hábitat.

Un verde tan resplandeciente que deslumbra.

Ahora cobran vida estos grandes "dinosaurios" serranos.

Llegados a este punto, lo difícil es salir de aquí. Este es un paraje que nos envuelve, y a pesar de la cercanía a la carretera, da la sensación de estar a cientos de kilómetros de cualquier indicio de civilización, todo es tranquilidad y silencio, roto únicamente por el canto de los pájaros que se encuentran en medio de sus trajines primaverales. Nos detenemos un rato para hacer unas fotos a estos grandes ejemplares, y bajo su agradable sombra tomaremos el almuerzo.



No hay más que verlo.

Unas líneas más arriba hablábamos de la compañía de esta mañana, Rebeca y Victoria, que se han prestado a acompañarme esta mañana de mayo, están disfrutando como yo de este lugar y las maravillas que nos vamos encontrando.

Parece que las va a engullir, pero no.

Un poco más arriba otro ejemplar.

Con su doble tronco.



No encontramos momento de continuar la marcha.


Junto al camino encontramos este otro individuo.


Robusto y sano como el primero.

Y este fue el dosel que nos atrapó definitivamente.

No hubo mas remedio que parar a almorzar bajo este gran ejemplar.

Sus envejecidas ramas, soportan el peso de nuevos brotes.

Cumplido el trámite del almuerzo, continuamos nuestro camino entre Gamones, hoy están en su punto justo de floración.

Y Tilos, acaparando el sol en sus copas.



También hay ejemplares mas jóvenes, que garantizan la continuidad.

Y centenarios como este, al final del tramo "tilero", junto a nuestro camino, nos despedimos de ellos.



La vieja vía de saca, ya está casi totalmente naturalizada, pero nos sirve para caminar sin problemas en esta ladera.

Igual que en la ocasión anterior, subiremos por el gran tajo en la roca que sirvió para bajar la vagoneta con materiales a la obra del canal. Podemos recordarlo en el enlace a la otra ruta, que vimos al principio de esta entrada. Ahora tenemos un pequeño tramo entre la abundante vegetación de este monte, para llegar a la parte alta del cortado y en un momento llegar de nuevo al final de la ruta disfrutando con las vistas y los Gamones.


Una vez arriba nos asomamos para ver una vez más el puente sifón de Royo Frío.

Y el Picón, imponente vigía del cañón.

Aquí abundan las Sabinas, enraizadas directamente sobre la roca.

Las senderistas de hoy siguen impresionadas con lo que hemos visto.

En esta imagen apreciamos perfectamente el cambio de color entre Pino y Tilo, tendremos que volver en Otoño para concluir esta trilogía.

Aún a riesgo de ser cansinos, no podemos dejar esta entrada sin hacer referencia al río Júcar y el precario caudal que presenta esta primavera, reseca como pocas.

Antes de terminar, jugamos con las imágenes que nos brindan estas cejas llenas de gamones, hacia adelante.

Y hacia atrás, viendo por donde venimos caminando.


Y con esta alineación perfecta entre Gamón, gamonito, y Molatilla nos despedimos por hoy.

Al final unos nueve kilómetros en plena naturaleza, hoy ruta cómoda para alimentar los sentidos. Cuando vinimos la primera vez, dejamos pendiente visita en primavera y otoño, la primera ya la hemos cumplido, prometemos cumplir la tercera para así cerrar todo el ciclo natural en este paraje. Ya lo contaremos en su momento. 


Hasta pronto!!!


Pino y cresta del Ocejón, en la sierra de Valdeminguete.

Domingo, 14 de Mayo de 2017.


Estamos a mediados de Mayo, poco a poco avanza el año y la temporada primaveral está en todo lo alto a pesar de la sequía que tenemos. El monte es muy agradecido, y a la menor oportunidad que le brindan cuatro gotas, saca sus galas a oreo.

Hoy vamos a hacer una ruta circular en la sierra de Valdeminguete, lo normal aquí es subir al cerro de San Felipe y visitar el nacimiento del Júcar en los Ojuelos, pero hoy cambiamos de objetivo. Siempre que venimos por estos lares nos encontramos los indicadores hacia el Pino monumental del Ocejón, pero nunca le hemos hecho una visita, así es que hoy toca ir a verlo y continuaremos hacia el puntal del Ocejón para encaramarnos en la cresta que nos va a conducir de vuelta a San Blas, después de bajar por la senda ancestral de las Pegueras. 

Total, que tenemos todos los ingredientes a punto para pasar una gran mañana de senderismo en el mismísimo corazón de la Serranía de Cuenca. Pinares mixtos de negral y albar, verdes praderas, roca, agua, y un sol radiante, nos van a acompañar en nuestra caminata de hoy.



La tremenda copa del pino en cuestión no cabe en objetivo alguno, luego lo veremos de cuerpo entero.

Hacia las nueve de la mañana estamos en ruta, hemos llegado a la fuente de San Blas, aquí dejamos el vehículo y empezamos a caminar. Al principio nuestro camino es una buena pista forestal, aunque vamos atajando monte a través, luego continuamos por un viejo carril que nos sube a la cresta del Ocejón, recorremos unos kilómetros de cresta rocosa sin ningún peligro y con buenas vistas de la sierra, en el tramo final enlazamos con una senda ancestral que ya vimos en otra ocasión para bajar de nuevo al estrecho de San Blas. 



El estrecho de San Blas ya merece una visita por si solo, hoy nos recibe en modo primavera.

Cielo azul y la luz de la mañana tomando posesión en el estrecho.

Esta fuente de aguas frescas y limpias nos ha sacado de algún apuro más de una vez. El Júcar viene jovenzuelo por la izquierda.

El nacimiento del río Júcar, unos cientos de metros más arriba pasado el estrecho del infierno, hoy no lo vamos a ver. Este año ha sido seco y seguramente que no habrá mucha agua en los Ojuelos. Aquí vemos como va cogiendo caudal a base de surgencias que van aportando sus aguas al río en este estrecho de San Blas.

Y de repente nos encontramos en medio del monte, pinares inmaculados en esta sierra de Valdeminquete.

Vamos avanzando en busca del Pino del Ocejón, y en un momento que volvemos la vista atrás, aparece el que va a ser punto de referencia toda la mañana, el Cerro de San Felipe.

Caminamos por viejos carriles y vías de saca, en esta mañana soleada que nos va haciendo entrar en calor.

Pasamos junto a esta fuente cuyo nombre desconocemos.

Solo por pasar por estos montes ya merece la pena echar un rato.

Hoy el grupo está menguante, apenas hemos podido reunir tres unidades, lo que vemos y el fotógrafo.

Pino albar, enebros y verdes praderas, dominan el paisaje en este collado.

Antes de encontrar el Ocejón, pasamos junto a estos Albares, mástiles perfectos.

Y por fin llegamos al primer objetivo del día, un imponente ejemplar de Pinus Nigra, el pino del Ocejón, para calibrar su grandeza hay que verlo in situ.

Y abrazarlo, siempre es bueno abrazar un ejemplar como este.

Cuya copa no entra en nuestro objetivo.

Nosotros continuamos nuestro camino, en busca de nuestro siguiente objetivo, la cresta rocosa del Ocejón que desde las faldas de La Mogorrita, nos conduce en dirección noroeste hacia el cerro de San Felipe, aunque nosotros no llegaremos hoy a ninguna de estas cimas.

Pero claro está, antes de nada hay que parar un rato a reponer fuerzas.
Estamos más o menos a mitad de la ruta, un pequeño descanso en medio de este gran pinar y continuamos la marcha, a partir de aquí nos ponemos sobre la cresta que venimos buscando y desde donde se puede contemplar buena parte de nuestra sierra e incluso de las de Guadalajara y Teruel.

Según subimos nos encontramos de nuevo con la cima de San Felipe.

Por fin llegamos al comienzo de la cresta que tenemos que recorrer, aparece la sabina rastrera, estamos por encima de los 1700 metros de altitud en esta zona.

Y desde aquí vemos también La Mogorrita, muy buen recuerdo de nuestra última subida a su cima, lo podemos recordar en este Enlace, aquella mañana hacía más fresco.



Va apareciendo alguna nube, pero el día es ideal para caminar.

Tras el pino podemos ver todo el cortado calizo de la Peña del Halcón, justo debajo está Tragacete.

Imagen muy propia de estas altitudes. 

De nuevo el San Felipe, no le quitamos ojo esta mañana.

Pero como desde aquí tenemos tan buenas vistas de la sierra, vemos allí a la izquierda el punto desde donde empezamos a bajar al Masegar, en nuestra ruta anterior. 


Ahora caminamos por esta cresta, la verdad es que no tiene mucho peligro, pero en días de mucho viento o con la roca mojada es mejor caminar por la parte de la izquierda, donde hay un viejo carril.




La sierra de Valdemeca también se divisa desde aquí.



Echamos la vista atrás y vemos la Mogorrita perfectamente alineada con nuestra cresta.


Finalmente acaba la zona más rocosa y continuamos entre el pinar y las sabinas rastreras.

Tenemos que buscar una senda ancestral que baja desde la zona de Las Pegueras hasta el estrecho de San Blas, ya la conocemos y es de las cosas que se deberían recuperar en la serranía.



Seguimos entre pinares.


Como en el Gps nos aparece la senda, cogemos un atajo para acortar el camino.

Bajamos por una zona de roca muy degradada.


A pesar de la sequía, los prados empiezan a reverdecer.

Y llegamos a la senda.

Siguiendo por ella, enseguida llegaremos al camino.

Vemos como la vegetación se ha adueñado del sendero.




Allí abajo vemos ya el camino que sube al estrecho del infierno, nosotros continuamos hacia la izquierda para llegar a San Blas.


Y no podíamos terminar el recorrido de hoy más que con la imagen de la fuente de agua fresca y limpia que tanto nos gusta.



Hoy ha salido una gran ruta, 15 Km. en pleno corazón de la Serranía de Cuenca, disfrutando como siempre de todo lo que nos ofrecen estos montes. Una ruta sin grandes desniveles, apta para cualquier persona un poco habituada a salir al monte. Al final tomamos los refrescos pertinentes ya de vuelta en Cuenca.

Hoy no tenemos enlace con el trazado de la ruta, pero consultando los mapas se puede seguir sin problema.

Hasta pronto!!!