Barranco de la Hocecilla, ruta lineal. Las Majadas - Villalba de La Sierra

Jueves, 20 de Junio de 2019.


Jueves festivo, hoy es un día de esos que nos encontramos en el calendario, que parecen perdidos. Salimos de nuevo al monte sin rumbo fijo, pero al final nos salio una ruta..... como los espárragos esos del anuncio.

Sobre la marcha, decidimos meternos de nuevo al barranco de La Hocecilla, el de Las Majadas, que hocecillas hay muchas. En dos ocasiones hemos estado en este barranco, pero nunca de forma lineal, la primera vez remontamos el barranco hasta la parte intermedia, donde se encuentra el punto álgido del barranquismo. La segunda visita fue desde su cabecera en Navalafuente, debajo de La Zomatilla, hasta este mismo punto intermedio.

La idea de hoy no era hacerlo lineal, pero sobre la marcha, y aprovechando que teníamos un vehículo en Villalba, vimos que hacerlo entero era la mejor opción, y es que nuestra rutas fluctúan como la bolsa. Subimos a Navalafuente, y comenzamos la caminata de esta mañana.


Cuando los barrancos se quedan secos, podemos entrar a sus entrañas y ver la tremenda fuerza y paciencia de las aguas.

En la cabecera del barranco, encontramos roca dispuesta en librería, un poco mas abajo ya aparecen los grandes bloques de caliza. Esta primera parte podemos recordarla en este enlace: Barranco de la Hocecilla ll 

Bajamos entre Robles, Arces y Espinos.

Una mañana soleada pero con buena temperatura para caminar.

Cuando las aguas ocupen estas escalinatas, el espectáculo ha de ser único.

Entre sol y sombra vamos bajando hacia el punto intermedio del Barranco.

Esta primera parte del barranco es la más transitable, ahora vamos a entrar en la zona más barranquista y nos obliga a subir y bajar para poder seguir el cauce, salvando los saltos que, equipados, hacen las delicias de los amantes del barranquismo en épocas de lluvia.



Hoy no hay agua, este barranco es de aguas muy ocasionales, las filtraciones lo dejan seco enseguida.

Y lo que decimos, nos obliga a tener unas clases de Pilates en plena naturaleza. Aquí movemos partes del cuerpo que casi no conocemos.

Cuando no nos quedamos en los fondos del barranco, contemplando la grandeza de este medio.

Las aguas marcan perfectamente sus dominios.

Y nos marcan por donde van descendiendo en épocas de bonanza.

Creando sus pequeñas pozas, hoy secas.

Y sus suaves deslizares por la caliza.

Dando como resultado, una orografía algo abrupta.

De repente otro pequeño salto.

Tenemos que subir un poco, por la ladera poblada de grandes carrascas.

Y buscando estrechos pasos entre la roca, para poder seguir acercándonos al cauce.

Pasamos por los bordes del barranco, bajo viseras de caliza.

Buscamos el fondo del barranco.

Y de repente, nos encontramos en el fondo del barranco, descubriendo lugares mágicos.

Viendo por donde, agua y barranquistas, descienden en imposibles canales.

La fuerza y paciencia del agua.

En este punto central del barranco, una gran cavidad, creada a base de desprendimientos y erosiones, capta nuestra atención.

Buscamos posibles salidas.

La vemos desde arriba.

Y desde sus mismas entrañas.

Nada, debemos seguir el curso de las aguas.

Saldremos barranco abajo.

Por la gran poza hoy seca.

Y las formaciones calizas que, a base de tiempo, se van formando en estos saltos.

Junto a estas plantas, típicas de la rocalla.

Y al abrigo de estas grandes roca, paramos y hacemos el almuerzo de rigor.

Este es un buen punto para hacer una parada, nos comeremos el almuerzo como es costumbre, comentaremos las maravillas que estamos viendo, calculamos la ruta que nos queda por recorrer, y ponemos hora de llegada a los tercios. Es que estos días de verano, el modo tercio es lo más.


Salimos del fondo del barranco, y miramos hacia arriba.

Estamos en el punto intermedio del barranco.

Y seguimos hacia abajo, en este punto, un gran callejón es lo que podemos observar en el fondo, los compañeros lo están señalando. Aquí hay muchos anclajes que utilizan los barranquistas para progresar por estas canales.
Vamos a encarar la segunda parte de la ruta de esta mañana, salvando un gran desnivel, descendemos por los bordes del barranco que se va dulcificando poco a poco, ya no tenemos los grandes saltos, pero si que encontraremos pozas y pilones, con algo de agua que mana en una especie de manantial a mitad de barranco. En este enlace podemos ver como remontamos este tramo, hace unos años. Barranco de la Hocecilla. 

Al fondo, en el centro de la imagen, vemos ya el campichuelo.

Pero todavía queda barranco, estamos sobre el último gran callejón, que hemos salvado por la parte alta.

Ahora descendemos por una gran losa de piedra, con gran desnivel, aunque con una adherencia muy buena.

Y empezamos a encontrar agua en los pilones del barranco.

Una pequeña corriente, a un lado de la losa de roca, que un poco más adelante se va filtrando y desaparece.

Pero mientras tanto nos ofrece unas bellas imágenes.

Un poco de vegetación regada por esta efímera agua.


Un pequeño oasis en medio de la sequía de este año.

El agua ha sido un espejismo, de repente desaparece.

Esta rana aprovecha la última poza del barranco para pasar el verano.

Y de nuevo encontramos la más absoluta sequía.

En este tramo final del barranco el agua desaparece por completo.

Y llegamos al último salto de la mañana.

Creando unos pilones en escalera.

El agua se descuelga hasta esta última poza, hoy seca. Nosotros hemos salvado este paso, por la parte izquierda del barranco.

Echamos una última mirada atrás, y salimos del barranco.

En la entrada, una antigua tiná de ganado.
Salimos del barranco, ahora iremos junto a terrenos de labor en la ribera del río Villalbilla, por un viejo camino asfaltado llegaremos a las inmediaciones del tablazo en Villalba, donde tenemos el vehículo.


La tierra labrada, el pinar y los cielos enmarañados, una buena combinación para la vista.

Junto al viejo pino, enlazamos con el camino que nos pone en el punto final de nuestra ruta.

Pero antes de terminar, reparamos en el gran despliegue de medios, que tienen montado las arañas, este final de primavera tan seca. Veremos que es lo que nos depara el verano que comienza estos días.


Al final, otra gran ruta por la Serranía de Cuenca, fuera de sendas y caminos, buscando los mejores pasos junto al barranco, o descendiendo por el mismo cauce, hoy hemos trabajado, pero todo tiene su recompensa, solamente nos queda subir a por el vehículo que dejamos en Navalafuente y volver a Villalba a refrescar los cuerpos con los tercios de rigor.


Hasta pronto!!!









2 comentarios:

  1. Pues a mi me habéis descubierto varios paisajes que son auténticas obras pictóricas. Si os parece bien, me lo decís y sacaré dos o tres fotos de las que me han gustado para pintar. Espero que no os importe. Gracias.

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    1. Gracias Alicia.

      Puedes disponer de las fotos que te gusten, faltaría más.

      Un saludo.

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