Poco a poco nos acercamos al final del año, y hemos decidido volver a esta ruta, que fue una de las primeras que realizamos en 2.013, cuando todavía no dejábamos constancia de ellas en este blog, que pretende ser un pequeño archivo de nuestras andanzas y lugar de encuentro para recordar tan buenos ratos como pasamos, aunque en ocasiones hayamos visto el peligro de cerca, como en esta ruta realizada el 20 de Enero, tras unos días lluviosos, aquella mañana amaneció con una pequeña nevada en Cuenca, no esperábamos lo que luego nos encontramos, vamos a hacer un poco de historia:
A poco de pasar Villalba comenzamos a ver la nieve en las crestas, y, cuando llegamos a la entrada de la hoz del Trabaque, nos encontramos con un gran caudal y mucha nieve en la zona. la ruta la comenzamos en dirección al barranco de los albogones, para subir al mirador del pico Picayo, poco a poco se va ganando altura y la nieve era mas abundante, hasta aquí todo iba bien.
El vídeo está tomado desde el Picayo, con una gran vista sobre el estrecho del Trabaque. Desde aquí es cuando comenzó nuestra pequeña odisea, ya que comenzamos un pronunciado descenso por laderas llenas de nieve y con gran vegetación, que no dejaba ver las señales del sendero ni nos permitía encontrar senda alguna.
En el anterior enlace está gran parte del trazado de aquel día, hasta que los aparatos se quedaron sin batería, se puede ver como, en la boca de la hoz tuvimos que retroceder y dar un gran rodeo para evitar vadear el río, que con el deshielo llevaba un caudal digno de un torrente pirenaico, no disponemos de imágenes de aquel momento por que eran ya muchas las horas de caminata y no podíamos malgastar baterías, el caso es que la ruta prevista de unos 15 km. nos salió de unos 24 km. en medio de la nieve, subiendo y bajando cerros, con la dificultad de la nieve y el barro, y terminamos con calambres y tirones en las piernas.
La verdad, es que una vez visto el recorrido en esta ocasión, sin nieve y con un gran día, nos ratificamos en lo dificultosa de la ruta, al menos en el tramo del estrecho del Trabaque.
EL objetivo en esta ocasión, casi un año después de la aventura, era encontrar el enlace entre los dos tramos del sendero, ya que en la zona de Cañada morena, se nos perdió la pista de las señales y no logramos conectar, para ello comenzamos la ruta por el estrecho, y valla si es bonito, es muy aconsejable para visitar en verano, ya que imagino que no faltará agua y es un paraje realmente singular.
Miedo da imaginar el agua que por aquí bajaría aquel día.
Y por aquí. En este punto dimos la vuelta, ya que para continuar hay que ir por dentro del río, y no estaba la mañana para baños, vimos los -6º C. pero nos hicimos una idea de el caudal que el deshielo trae por la zona.
Entonces comenzamos el ascenso para salvar el desfiladero, por una senda-torrentera, con losas de piedra, y mucha grava suelta, en medio de una exuberante vegetación, hasta llegar a una zona de solana, en dirección al collado pajar.
Antes una mirada atrás, para contemplar el pueblo de Arcos de la Sierra, en el fondo de la imagen.
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Y con estas vistas, el almuerzo.
Aquí volvemos a perder las señales del sendero, ya que unas de ellas nos han subido a esta zona y por la parte del fondo de la imagen anterior vemos estacas del sendero, pero no encontramos conexión. De todos modos, nosotros con los planos, brújula y GPS, no solemos tener gran dificultad para encontrar el camino.
Desde aquí hicimos un poco de campo a través, para llegar a los tormagales del collado del pajar, y ya por un camino volver al punto de inicio, no sin antes desafiar a un grupo de mastines bastante animosos, que defendían sus ganados.
En este enlace está el trazado de esta ruteja, que nos ha salido algo corta, pero ha cumplido con su objetivo principal que consistía en recordar la de comienzo de año. Finalmente pues las cervecillas de rigor en Cuenca y a comer.
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