Una mañana de Otoño por las hoces de Cuenca.

 Octubre de 2022


Terminada nuestra odisea pirenaica, aterrizamos en Cuenca. Para abrir boca, un fin de semana de Otoño, toca pasear por las sendas que rodean el Casco Antiguo de la capital. Paseos habituales de los sábados, y cada uno de los días vemos unos paisajes completamente diferentes. 

Hoy, empiezo la ruta desde el Recreo Peral, pasando por la pasarela sobre el Júcar hacia San Antón, y remontando el Huécar, enlazo con el sendero de los hocinos para subir a las antenas en el Cerro de San Cristobal.

El recorrido que tenemos hoy, resulta espectacular en cualquier día del año, pero las condiciones de esta mañana, hacen que merezca la pena el esfuerzo de coronar esos picos de Cuenca.


Es otoño recién estrenado, y el tiempo va dando sus síntomas. Esas nieblas estaban haciéndose de rogar.


Desde la pasarela sobre el río Júcar, echo un vistazo hacia atrás. El otoño va dejando leves pinceladas.


Tras el ramaje, la iglesia de la Virgen de la Luz. 

El tramo urbano de la ruta, lo paso rápidamente, para enseguida empezar el ascenso por el sendero de los hocinos. Un sendero indispensable en las rutas por la capital.


Y que mejor manera que empezar bajo las Casas Colgadas. Col ga das.

Al otro lado de la hoz del Huécar, nuestro primer pico. El Cerro del Socorro. Grandes rutas por allí. 

El antiguo convento de San Pablo.

Y la luz de esta mañana de cielos aborregados.

Empezamos el ascenso hacia el barrio del Castillo con este colorido escenario.

Cuando subimos por este sendero de la Hoz del Huécar, es difícil no parar una y otra vez para admirar lo que nos rodea. Esa Cuenca colgada a la hoz, nos deja muy buenas imágenes.



No hace falta decir nada más.

¿a que no?

Siempre que subimos, ganamos en vistas. Esta sobre el claustro del parador, nos deja ver las Casas Colgadas, y parte de la ciudad moderna. Siempre con permiso de las nieblas.

Pero no es necesario mirar mucho más allá, para ver esos pequeños detalles que aderezan esta ruta.

Seguimos.

Y en un momento nos ponemos sobre los miradores del barrio del Castillo. Las nieblas de Octubre cubren buena parte de la ciudad moderna.

Un conjunto en el que vemos buena parte de los edificios más emblemáticos del Casco Antiguo.

Desde el Barrio del Castillo, seguimos ruta hacia el cerro de San Cristóbal. 

Cuanto más arriba, mejores vistas.

Y ese contraste de luces, que luchan por ganar la partida.

Desde las antenas, vemos ya la hoz del Júcar.

Donde también quieren entrar esas nieblas desde el Campichuelo.

Pero realmente, lo que parece es que se van retirando.

Hoz del Júcar con su bosque de ribera, sus puntales y miradores.

Y la luz del Huécar.

Convento y Puente de San Pablo, Casas Colgadas, Catedral.........


Desde el Cerro de San Cristobal, donde se concentran las antenas de todo tipo de comunicaciones que dan servicio a la ciudad, tenemos una visión privilegiada hacia ambas hoces, Júcar y Huécar, benditos ríos que abrazan a Cuenca. Pero podemos ver mucho más allá, aunque hoy no va a ser posible por el mar de nubes que tenemos a nuestros pies, y a los pies del monumento al Sagrado Corazón. Os dejo varias fotos del momento, no se cual quitar, o todas o ninguna..... jajajajaja.


Momentos difícilmente repetibles.

Con esos juegos a contraluz.

Siempre es bueno madrugar, esto no se ve a media tarde.


Fenómenos especiales, yo lo disfruté como nunca. 


Desde aquí, la bajada la hice rápida, descenso por la misma senda hasta la plaza del Trabuco, y por la vertiente de la hoz del Júcar, bajar hasta el Recreo Peral donde tenía el vehículo estacionado. Pero esto no fue todo en este finde de otoño.


A la mañana siguiente, domingo para todo el día, no teníamos ruta prevista, así es que me di una vueltecilla por la hoz del Júcar para ver como iba entrando el otoño. 

Bajo el santuario de Las Angustias, la cosa pinta bien.

Caminando río arriba, bajo los farallones del Júcar.

Los Arces, se dejan querer.

Y ese bosque de galería del Júcar, que nos cautiva año tras año.

En los escarpes rocosos, más de lo mismo. Nos pone el otoño.

Desde el paraje de Las Grajas, pongo rumbo de vuelta hacia Cuenca. Volveré por la senda que discurre sobre los cortados del margen derecho del Júcar hasta el paraje de San Julián. Desde allí, suave descenso hasta el punto de inicio de la ruta. Hoy no vamos a ver este tramo, ya prepararemos otra entrada a la altura de la Hoz del Júcar.


Las choperas que acompañan al Júcar están tomando forma.

Arropan al río en su discurrir hasta la capital.

A nosotros nos gustan esos espejos en agua.

Luz y color en la hoz del Júcar.

La senda se acerca al paraje de la ermita de San Julián el Tranquilo, patrón de la capital conquense, que quedaría aquí a la derecha de la marcha. Esos arbustos espinosos captan nuestra atención para terminar esta entrada.

Y es que el Otoño en las Hoces, es algo que no podemos dejar de sentir.



Pasamos junto a la ermita de San Julián, y seguimos por el sendero hasta el punto de partida. Ya digo que haremos otra entrada con más detalle de la hoz del Júcar, pero esta mañana ya nos ha dejado preparados para acometer la semana, y es que estos paseos por las hoces, nos recargan las pilas a cada paso. No dejéis de venir a conocer Cuenca y sus hoces en cualquier estación del año, pero si lo hacéis en otoño, seréis abducidos inmediatamente por el espíritu de la Serranía de Cuenca, y eso ya será para siempre.


Hasta pronto!!!!   (que nos ponemos muy moñas)






1 comentario:

  1. Preciosa cuenca y magistral descripción, enhorabuena!! Hace ya algunos años que estuve por ahí y es cierto me quedé encantada de lo preciosa que es...incluso en el Huecar le salve la vida a una trucha!!! Jajaja saludos!!

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