Fragmentos (VII)

 



Unas líneas más arriba recordaba que, por lo general, esto del monte, La Serranía, lo llevamos muy dentro de nosotros. Y eso es lo que nos ha llevado a salir, siempre que nos es posible, a pasar un rato sumergidos en la naturaleza que nos rodea. De pesca, a por hongos, a ver la nieve, a dar simplemente una vuelta a ver los colores del Otoño, siempre hemos salido al monte. Todo evoluciona, y finalmente estamos en esto de caminar. Y caminando, es como mejor apreciamos y valoramos este privilegiado entorno que nos rodea, ya sea a kilómetros de la capital, o simplemente dejándonos llevar por las sendas que parten de cualquier barrio en dirección al campo, por que no se si os habéis fijado, pero casi desde cualquier calle de Cuenca, se puede ver al final un trocito de monte, de esos benditos cerros que nos rodean. En Cuenca somos afortunados.


Gracias al grupo, a La Piña, por hacer de cada mañana en el monte, una aventura única. No vamos a entrar en detalles. Y gracias a esa red periférica de apoyo, que también la tenemos, y que tanta alegría aporta al grupo en cada uno de los eventos que realizamos, (siempre al margen de caminar, se entiende). 





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