Villalba-Arroyo Oceñigo


Domingo, 21 de Abril de 2013.


Esta mañana tenía ese puntillo de incertidumbre de los días en que la ruta se sale de los senderos Pr señalizados o es una ruta desconocida.

Realmente, como un tercio del recorrido coincide con el Pr-33 Piedra Yunque, naturalmente en Villalba de la Sierra, sendero que ya hemos transitado en varias ocasiones, pero esta vez queríamos conocer el Arroyo  Oceñigo, para lo cual la ruta toma otra dirección.

Como digo comenzamos en Villalba  por el Pr-33 subiendo por el barranco de Santa María, en dirección al barranco de la casilla, aquí empezaron las primeras dudas.



Y se escuchó aquello de.... es imposible perderse....o....esto con los ojos cerrados......, pero tras echar un vistazo a los mapas, nos centramos y continuamos en dirección al barranco de la casilla, el cauce del torrente que por aquí discurre estaba seco, lo cual nos sorprendió bastante.



Pero enseguida fue apareciendo el agua.

Aproximada mente a unos seis kilómetros llegamos al punto en que debíamos abandonar el Pr-33 y campo através, por la loma de motos, encontrar la bajada al arroyo, fue aquí donde, con un poco de suerte, nos encontramos con un grupo de corredores de montaña, entre ellos Rober, conocido de Jose, el cual nos indicó muy amablemente por donde debíamos bajar, el paraje era muy bonito con formaciones curiosas.


Esta era la puerta de entrada al valle.





Y esta la primera vista, con el mirador del Cambrón al fondo.
En este punto almorzamos nuestro choricete y trago de vino.
Por esta zona de piedra comenzamos el descenso para encontrarnos con el nacimiento del oceñigo , cuyo sonido ya nos acompañaba desde la parte alta.



Se nota que las lluvias lo han alimentado bien, y poco a poco se va convirtiendo en un riachuelo de aguas cristalinas.




Forma pequeñas pozas y saltos cuyo rumor invade la mañana.
Desde aquí la ruta discurre por una senda junto al río, entre una espesa vegetación con grande pinos, destacando estos dos de curiosa hechura,




Lo que vemos horizontalmente es el tronco que sale de un zopetero, y casualmente hay dos exactamente iguales.
También nos resultó curioso que durante todo el recorrido de esta senda, e incluso en zonas menos marcadas había pequeños muretes de piedra, para delimitar la senda que ancestralmente se utilizaría para bajar leña o ir a las majadas del ganado.


Como estamos muy cerca de la ciudad encantada, no faltan formaciones rocosas de todo tipo.












Como esta toba junto al río
Y tras vadear varias veces el río, nos encaramamos por este cuestarron en busca de la salida hacia Villalba para refrescarnos con unas cervecillas.



Pero antes habíamos comprobado el avance de la primavera.




Con nuestra enigmática amiga me despido.

En el siguiente enlace tenéis el perfil de la ruta:


http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4336209











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