Rambla grande de Monteagudillo. Serranía de Cuenca.

 Domingo, 27 de Febrero de 2022.


Terminamos Febrero con otro barranco, la Rambla Grande de Monteagudillo. Uno de esos barrancos que vierten aguas al Júcar, más concretamente a la altura del Embalse de La Toba, en este caso desde los parajes de Tierra Muerta. Un poco más allá de la base contra incendios de Prado de los Esquiladores, encontramos el punto de inicio de nuestra ruta, en la cabecera de la Rambla en cuestión. La idea es bajar hasta el embalse o sus proximidades y volver por la parte de arriba, pegados a Monteagudillo y Cabeza Gorda. En principio una ruta fácil, con sus cosillas.

Hoy tenemos una mañana nubosa, el ambiente está húmedo, pero hace falta tanta agua en estas tierras, que lo poco que cae no hace ni barro. Y mira que este terreno es muy dado al atasco, cuando de llover se trata. El caso es que parece que será un buen día para caminar, dejamos los vehículos en la cabecera de la Rambla, y empezamos la aventura de esta mañana.


Rincones sorprendentes.

Amanece un día gris en Tierra Muerta.

Ya empiezan a notarse síntomas de Primavera, en forma de pequeñas flores.

Vamos caminando, la rambla empieza a manifestarse.

Con esa roca tableada, característica de esta zona de la Serranía.

Y las sabinas, en todos sus formatos.

De repente, algo muy típico en estas rutas de exploración. Un cortado que nos impide el avance. Habrá que buscar otro camino para bajar a la rambla.

Delante de nosotros la rambla se abre, con unos imponentes cortados a ambos lados.

Robles y musgos, colonizan estas paredes.

Nos asomamos  a la parte izquierda del barranco, pero vemos que debemos buscar el avance por la otra parte, la derecha del cauce.

Captamos el momento.

Y continuamos marcha por el margen derecho del barranco.

Y desde aquí vemos el cortado en el que hemos estado hace un momento, donde hemos dado la vuelta.

Monteagudillo, un habitual en las rutas por estas tierras, inconfundible. Nosotros vamos ahora a bajar a la rambla, hemos encontrado un paso por las rocas. 

Empezamos a bajar pegados al cortado.

Y nos descolgamos por la empinada pendiente, en un momento estamos abajo.

Y aquí empieza lo de siempre, un festival de obstáculos. 


Solo hay que ver como están las laderas de la Rambla.

De pronto encontramos esta especie de altar. 

Con su tapiz de musgos.

Y decidimos hacer aquí nuestra parada al almuerzo. No se nos ocurre mejor lugar para esta mañana.

A media mañana, siempre es pertinente hacer una parada, recobrar el aliento, y dar un bocado. Después de un rato de charla,  continuamos la caminata hacia la parte baja de la Rambla, llegaremos muy cerca del embalse.


A partir de la parte intermedia del recorrido, la roca empieza a hacer acto de presencia en el fondo del barranco.

Un cauce seco, por el que solamente baja agua en época de lluvia abundante.

Cada barranco tiene su encanto, y este nada envidia a otros. Ahora si, es de fácil caminar, cosa que se agradece.

Con unas losas en el fondo, muy estéticas. 

Vamos gestionando los pasos.


Y en esta parte más baja del barranco, aparece algún resto de agua, a punto de ser engullida.

Estamos ya muy cerca del embalse de La Toba, y vamos a buscar una salida por la parte izquierda de la Rambla, para ir volviendo por un viejo carril a las faldas de Monteagudillo y Cabeza Gorda. En este primer intento no encontramos salida, pero en su lugar vimos una de esas formaciones de roca sorprendentes. Las laderas del barranco son muy verticales, y hay que emplearse a fondo entre la densa vegetación, nada nuevo.


Cuando llegamos a la pared de roca, vemos que no va a haber ningún paso, pero vemos esta torre de piedra.

Como un gran corte de aquellos helados.......

Una gran pared a la que no encontramos una explicación lógica. 

Algo asombroso.

El caso es que ha sido un intento fallido, damos media vuelta y bajamos de nuevo al fondo del barranco, seguiremos descendiendo hacia el embalse. Un poco más abajo, se suavizan las líneas en el mapa y podremos salir sin dificultades.


Aquí ya se abre el barranco, y se rebajan los flancos. Nosotros vamos a girar aquí a la izquierda y emprendemos la vuelta.

Frente a nosotros, al otro lado del embalse, la Muela. A la derecha, la ceja de Peña Betaya. 

Empezamos a ganar altura, subiendo en suave pendiente, vamos buscando el viejo carril coincidente con el sendero Pr Cu 108. Volvemos a mirar atrás.

Sacamos como siempre la foto de rigor al viejo del lugar, al final de su tiempo.

Y atravesamos pedregales como este.

Pasamos junto a Monteagudillo.

Y aprovechando el Pr, ahora el avance lo hacemos rápido.

En un momento estamos ya de vuelta, con los vehículos allí en el horizonte esperando.

Al final, otra gran mañana en el monte, recorriendo barrancos y conociendo nuevos rincones de la serranía, siempre hay algo nuevo que ver. Como es costumbre, vuelta y tercios para terminar la mañana como está mandao. 

Os dejamos el enlace con el trazado de esta ruta:

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/rambla-monteagudillo-96349797


Hasta pronto!!!

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