Cuenca, Molinos de Papel, Cuenca. Para terminar el año.

 Domingo 27, y Jueves 31 de Diciembre de 2020.

Ahora si que llegamos al final de este 2020. Y bien que nos vamos a recrear en este esperado final. Hace dos años, en 2018, hicimos esta ruta para terminar el año, y pensamos que bien podría ser costumbre terminar así los sucesivos. El caso es que en 2019, un buen temporal de lluvias nos hizo cambiar de ruta y subir a la sierra para ver los efectos del agua. Ahora, en 2020, vamos a reeditar esta gran ruta circular entre Cuenca y Molinos de Papel. Una ruta que debería estar señalizada dentro del programa Senderos de Cuenca, como reclamo del turismo senderista. Los parajes que recorre, y los paisajes de la hoz del Huécar que vamos a disfrutar, lo merecen.

Y como digo, nos vamos a recrear en esta ruta, por que realmente la hice dos veces en cuatro días. La ruta oficial el domingo 27 de Diciembre, cerraba el año, nos juntamos casi todos los habituales en nuestras rutas, y de buena mañana nos pusimos en marcha partiendo desde el aparcamiento del barrio del Castillo. Todo en orden, hasta que un problema técnico amenazó con dejarnos sin documentación gráfica del evento, y así fue. Claro está, aquello no podía quedar así. Así es que el jueves 31,  aprovechando la mañana libre de fin de año, y con el firme propósito de hacer hueco para los excesos de la noche, me dispuse a repetir la ruta para poder recopilar material con el que confeccionar esta entrada. Y aquí viene el segundo problema, que igual me he pasado de material, pero a ver que foto quitas!!!!!!


En esta ruta, es inevitable echar un vistazo a las Casas Colgadas, magnífica obra sobre el Huécar.

En esta ocasión, la ruta circular la vamos a empezar desde el barrio del castillo. Al despuntar el alba, nos convocamos en la parte alta de Cuenca, estamos en los días más cortos del año, no en vano acabamos de pasar el solsticio de invierno. Bajaremos por el sendero de los Hocinos, para cruzar el puente de San Pablo y emprender la subida al Cerro del Socorro, desde allí rumbo a Molinos de Papel. Pero vamos poco a poco a desgranar esta magnífica ruta de fin de año.

A las ocho de la mañana, la luz todavía es escasa.

Poco a poco, en el fondo de la hoz, empieza a clarear el amanecer.

Y se irán apagando las luces en el Casco Antiguo.

Empezamos la ruta bajando por este mágico rincón hacia el sendero de los hocinos. La cámara de fotos va dando signos de fatiga, y saca esta imagen algo fantasmagórica.

En este punto nos quedamos sin imagen. Tarjeta de memoria llena, no me extraña. El caso es que ese pequeño contratiempo, no nos privó de disfrutar de una mañana extraordinaria recorriendo este sendero. Además, de vez en cuando viene bien caminar sin hacer fotos, esas imágenes quedan grabadas en nuestro recuerdo.

Pero esto no podía quedar así, habría que volver para deshacer este entuerto. El día 31 por la mañana, volví a la carga y a partir de aquí este fue el resultado. 


Otra vez, a primera hora de la mañana, desde el aparcamiento del barrio del Castillo, empezamos ruta. Hoy nos encontramos con los restos de una pequeña nevada en estos días. El tiempo está coqueteando con la nieve, ya veremos en que queda la cosa.

Esta mañana nos acompaña la luna llena.

Y Cuenca.

Con el sol empezando a reflejarse en la Sierra del Bosque, y los tejados salpicados de nieve, empezamos la caminata.

De nuevo el serpenteante sendero, hoy vacío.

Vamos a cruzar el arco, para meternos de lleno en la hoz.

Con la imagen de las Casas Colgadas siempre presente en este tramo del sendero.

Y la iglesia de San Pedro, el Archivo Histórico.......

El puente de San Pablo, que no falta en ninguna foto que se precie en la hoz del Huécar.

Pasamos bajo la parte trasera de la Catedral.

Echamos una mirada al camino que estamos recorriendo.

Y nos disponemos a cruzar el puente, un poco helado, pero seguro.

En este punto hay que parar, y volver a admirar esto.

Hemos cruzado el puente, y desde este lado también es inevitable otra parada. 

Para contemplar.

Ahora vamos a subir al Cerro del Socorro, estamos en la zona de umbría y la nieve está congelada en el suelo del sendero.

La mañana está muy fría.

Pero el sol, que ya alcanza el barrio del Castillo, poco a poco irá caldeando el ambiente.

De momento, vamos asegurando los pasos de camino al alto.

Que ya lo tenemos a tiro de piedra.

Desde aquí las vistas típicas, El casco Antiguo, Mangana, los Rascacielos de San Martín, y a lo lejos la parte más moderna de Cuenca.

Las Casas Colgadas, el puente, toda la zona de la Calle San Pedro, todo ello bajo la proyección del Sagrado Corazón de Jesús. 

Detrás del barrio del Castillo, la zona del Campichuelo, cubierta de nieblas.

El hocino, por donde bajé hace un rato, ahora está en venta, si alguien se anima que lo diga.

Y una mirada a la hoz, por donde caminaré dentro de un rato.

Pues visto el panorama, nos vamos. Continuamos ruta en busca del camino que recorre la parte alta de la Sierra de la Pila.

Desde este collado por el que caminamos casi todos los sábados, enlazamos con el camino en cuestión. A la izquierda de la foto está la carretera que nos baja a la de Palomera. A la derecha bajamos a los barrios de parquesol y villa román, y de frente, en la parte de arriba encontraremos nuestro camino.

La mañana está brumosa en la ribera del río Moscas.

En el camino, a 1200 metros de altitud, la nieve se hace fuerte en las umbrías.

Caminamos unos kilómetros por este camino, hasta llegar muy cerca del vértice geodésico de la Pila. Un poco antes de llegar, encontramos la senda que nos bajará a Molinos de Papel, una senda muy transitada habitualmente por caminantes, corredores de montaña y ciclistas.


Estamos en la senda, la nieve continúa y ahora que vamos a entrar en la umbría, habrá que tener cuidado en la bajada.

Siempre que pasamos por aquí, echamos la vista al horizonte, aquello que vemos es el estrecho de Valdecabras, la entrada a la hoz.

La senda atesora una mezcla de nieve y escarcha muy interesante.

En estos escalerones que debemos bajar, hay que tener cuidado.

Ya vemos Molinos.

Un poco mas cerca, allí cambiaremos a solana, y cambiará el ambiente.

De momento seguimos bajando por esta senda que nos cautiva.

La senda nos encamina a los depósitos de agua de la localidad, bajamos, cruzamos el río y continuamos por el sendero pr, que nos sube a la parte alta del pueblo. Desde allí podemos coger el sendero hacia Palomera o continuar hacia la cueva del Fraile, esto es lo que haremos nostros.

Ya estamos en la otra parte de la hoz, ahora vamos a caminar un buen rato al sol.

Allí dejamos la umbría por la que hemos bajado.

Y delante de nosotros se abre la hoz del Huécar en dirección a Cuenca, este es nuestro destino esta mañana.

Dejamos atrás la pequeña pedanía de Molinos de Papel.

Y abusando un poco de zoom, nos acercamos a Cuenca, la subida al cerro de la antenas, y a la izquierda el mirador del rincón seco, pero esto todavía no está nada cerca.

Hemos bordeado el hotel, y en el comienzo del sendero de los farallones, hacemos parada en esta rice rico manantial.

Detrás de la fuente, bajo la hiedra, empieza el sendero que nos lleva a Cuenca.

Ahora vamos a caminar bajo los cortados de la hoz.

Con sus formas caprichosas.

Que se prestan a dejar volar la imaginación.

¿Verdad?

En la otra parte de la hoz, el mirador del Rincón Seco, muy buena ruta por allí, el sendero de la cueva de la Zarza es uno de los imprescindibles para los caminantes de Cuenca.

Pasamos junto a los restos del acueducto que llevaba el agua a Cuenca, desde el manantial de la Cueva del Fraile.

Pasaremos por los distintos hocinos que hay pegados a la roca.

Aquí se conservan buenos y antiguos muros.

El propietario de este hocino debió plantar pinos rodenos, que ahora tienen ya un porte extraordinario. de los pocos que podemos ver en esta zona, si no los únicos.

En la hoz del Huécar todavía se trabaja la tierra como antaño. Ya está preparada para el comienzo de la nueva temporada de la huerta.

Pero no podemos dejar de mirar a la roca que lo domina todo en la hoz.

A la roca y al cielo.

Si nos fijamos bien, al fondo ya podemos ver la ciudad de Cuenca.

Mientras llegamos allí, seguimos haciendo censo de hocinos.

La mayoría en plena ruina.

Aunque otros, muy bien mantenidos, siguen albergando vida.

El sendero, tiene puntos muy serranos.

Con su dosel de Carrasca, que nos protege del sol. Ya ha entrado bien la mañana, hemos pasado sobradamente el medio día, y el ambiente se ha caldeado.

Viejas escaleras, para salir de la hoz, que también tienen su aquel.

Estamos llegando al punto culminante de la ruta. Con Cuenca cada vez más cerca.

Allí enfrente, tenemos el escalerón por el que saldremos de la hoz.

Y las viejas construcciones que se resisten a abandonarla.

Una mirada atrás, ¿quien dijo que esto no es único?

A la vuelta de esta roca, empezamos la subida por el escalerón.

Antes, echamos esta mirada a este rincón donde habitualmente hay gente practicando la escalada.  

Con el marco que nos presta este viejo árbol, nos vamos despidiendo del camino.

En la umbría todavía quedan restos de nieve.

La hoz, encuadrada entre la roca. Nosotros venimos desde allí al fondo.

Subimos este escalerón que nos deja en el primer mirador de la hoz, pasado el barrio del Castillo. Allí nos recreamos un poco más con las vistas, y terminamos en el aparcamiento, donde empezamos de buena mañana.


Desde el mirador, Cuenca y todos los años de historia en una foto. Desde lo más antiguo aquí delante, hasta lo más moderno allí al fondo, que no se si lo veremos funcionar. Pero eso es otro tema.


La nieve en la umbría del Cerro del Socorro.

El rincón de la Cueva de la Zarza.

Y aquí lo dejamos. Ruta circular muy recomendable, y si es con estas vistas no te digo más.


Al final, 17 km. de ruta con la Hoz del Huécar como eje central. Terminamos así el año, por supuesto hoy también hay refrescos, además es una hora más que apropiada para ello.

Todo esto tenemos al lado de casa, en Cuenca, sin coger el coche para nada, una mañana de monte que no tiene nada que envidiar a las rutas serranas. No hay excusa para no echarse al monte de inmediato.


Hasta pronto!!!






2 comentarios:

  1. Hola Luis.

    Gran clásico de ruta con su encanto invernal. Ahora a finales de Abril y Mayo, para mí, es su punto álgido pues estará de un verdor loco.

    Memoria tarjeta llena....vamos hombre hay que descargarlas de vez en cuando, jajaja. Esos imprevistos joroban al principio pero luego piensas pues vuelvo otra vez y chin pun!!

    El otro día me enteré que parte de la juventud de ahora le llama a la Senda de los Hocinos la senda de los Farallones. En fin, nosotros seguiremos llamándole con su nombre milenario.

    El Escalerón por donde terminaste la ruta y llegaste al parking del castillo, es el del Conde Toreno (ese resto de casa en el puntal es el hocino de dicho conde, un político del siglo XVIII). Se dice que Espronceda, el de la Canción del Pirata, escribió en ese hocino algunos de sus poemas; y mi madre me comentó que el escalerón tenía su ancho y sus lazadas bien trazadas pues por ahí bajaban y subían con tílburis.

    Un saludo.

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    1. Pues debían tener los ejes bien ajustados esos chismes, para no despeñarse por el escalerón, jajajaja.

      Cuanta historia hay en las hoces, y nos pasa inadvertida. Fíjate que con la noticia de que el hocino de Federico Muelas está en venta, se nos han despertado un montón de ideas sobre su posible uso. No estaría nada mal que hiciesen ahí algún tipo de centro histórico de las hoces, con cafetería claro está, jajaja, por lo de los refrescos.

      Sendero de los Faraones he escuchado yo nombrar no hace mucho. No digo na.

      En fin, una ruta que ya digo que debería señalizarse, como tantas otras.

      Seguimos en los senderos....

      Un saludo Toni.

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