Una pincelada por Valdecabras.

 Sábado, 21 de Noviembre de 2020.


A Valdecabras, aquí nunca se falla. Hoy es sábado y me surge la oportunidad de hacer una ruta por estas tierras, así es que no me lo pienso y allá que te va. La ruta la hemos hecho muuuuchas veces, pero siempre se ve algo nuevo, y es por ello que me he decidido a dejar constancia aquí. Y es que no se en que momento me dejé embaucar para entrar a una cueva, aunque tengo que decir que era facilona. 

El caso es que nos vamos a Valdecabras, en una mañana fresca de Noviembre, aunque enseguida la cuesta y el sol reinante caldean el ambiente. Vamos a subir a la sierra de Valdecabras, por la senda del Polvoso, recorremos las cornisas rocosas hasta el llano del Calar,  para ponernos frente a Valdecabras, nos deleitamos con el vuelo majestuoso del buitre leonado sobre el valle, y continuamos hacia la fuente de la Canaleja, aunque no llegaremos, nos bajamos por una vía de escape hacia el pueblo para terminar el recorrido de hoy.

Como estos parajes ya los hemos enseñado en repetidas ocasiones, el reportaje fotográfico va mas enfocado a la cueva, (con fotos bastante mejorable). Aunque la fotografía en condiciones de falta de luz no es lo nuestro, había que intentarlo.

Dejamos los vehículos en el cruce de Valdecabras, y empezamos la caminata hacia la fuente del Polvoso, podemos recordar la subida en esta entrada: El polvoso. Una vez arriba, no fuimos a ver esas grandes rocas que salen en la entrada anterior, seguimos por los bordes de la muela, por las rocas que vemos Aquí. En esta última entrada vemos la senda del polvoso de bajada, y todas las rocas por las que hemos caminado hoy, hasta lo que nosotros llamamos la tortuga, donde paramos a almorzar al abrigo de la roca, y continuamos marcha hacia el Llano del Calar.


Al abrigo de este mágico rincón, paramos a almorzar, solo se escucha el silencio esta mañana.

Hecha la parada del almuerzo, continuamos marcha para situarnos literalmente sobre el pueblo de Valdecabras. Subiremos a ver otras de las piedras míticas en esta ruta, y nos asomaremos a las entrañas de la tierra.

Hoy tenemos una luz espectacular, y estos cortados sobre el pueblo dan mucho juego.

Aquí lo tenemos, con el otoño dando sus últimos coletazos.

Las labores de limpieza en los huertos de la zona, inundan el valle.

De repente emprenden vuelo los buitres que descansan al sol en estas cornisas, son los dueños del valle.

Ahora seguiremos caminando por estas cornisas, en dirección a la Canaleja.

Una mirada atrás y seguimos marcha, estas cornisas dan para un buen rato de contemplación.

Ahora subiremos a esta roca, desde allí arriba hay muy buenas vistas de Valdecabras. Por la derecha de la imagen, con un poco de "espinosidades", se sube bien.

Una vez arriba, las vistas vuelven a ser inmejorables. Se puede subir tanto por la derecha como por la izquierda de la imagen, por los callejones que se forman entre las rocas. De hecho, nosotros subimos por la derecha y volvimos a bajar por la parte izquierda. Con un poco de cuidado no hay ningún riesgo.

Las hiedras abrazan la roca.

Volvemos a bajar para continuar la marcha justo por debajo de los cortados, donde se encuentran los abrigos para el ganado, toda esta zona de solana está plagada de viejos corrales, mucha vida ganadera había en este valle de Valdecabras.


Corrales que aguantan como pueden el paso del tiempo.

Y llegamos al siguiente punto clave en la ruta de esta mañana, la entrada a la cueva. 

Según la imagen anterior, a la derecha de la imagen está la entrada a la cueva, que con sus variadas formaciones, se ve en un momento. Para hacer buenas fotos en el interior de una cueva hay que iluminarla, y hay que ser fotógrafo, no es el caso, así es que haremos lo que podamos. Nos agachamos un poco en la boca de la cueva y enseguida recuperamos la verticalidad, la cavidad tiene bastante altura y no entraña dificultad más allá de algún resbalón con la humedad reinante.


El agua va trabajando poco a poco en el interior de la cueva.

Es paciente, no tiene prisa.


Una gran columna se descuelga desde la parte alta.

En su lento deslizar por la roca los depósitos calizos van creciendo.

El capricho de la naturaleza.


A falta de buenos medios, damos un pequeño garveo por el interior de la cueva, y enseguida salimos de nuevo a la luz. Ahora bajaremos al barranco de la Canaleja para terminar la ruta. Aprovechando una vieja senda, bajamos a la carretera, la cruzamos y nos descolgamos hacia el barranco, estamos a tiro de piedra del pueblo. 


Espinos y rosales silvestres, colonizan la entrada a la cueva.

Hemos cruzado la carretera, ahora enlazamos con la senda que vemos ahí abajo, y en un momento en los coches.

Hemos pasado sobradamente el medio día, estamos casi sobrepasando la hora de los tercios, pero eso no se perdona nunca. Al final una buena ruta, unos 13 Km. por terrenos conocidos, pero que cada día nos enseñan algo nuevo, esa es la grandeza de nuestra serranía, nunca terminaremos de conocerla. Valdecabras está ahí, a un paso de Cuenca, no hay excusa para no venir a conocer estos parajes. 


Hasta pronto!!!


3 comentarios:

  1. Hola Luis.

    Pero que veo!! Te has metido en una cueva!! Como te vea reptar me da algo!! jaja ;-)

    Está chula la cueva, además bien facilita. Creo recordar que es la Cueva de la Mora. Debajo de ese ceñajo corrido hay hasta tres cuevas, esta la de los Peregrines y alguna más, pero ya hace años de cuando las visite y me lio con los nombres.

    Un abrazo, espeleólogo en ciernes.

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    1. No caerá esa breva Toni, si me ves reptando habré perdido la cabeza. jajajajaja.

      La cueva, y repasando una vieja entrada en tu blog, tu la llamabas de Los Peregrines. Yo siempre había pensado, desde el desconocimiento, que era la de La Mora, como viene en el topográfico. Por eso no le he puesto nombre, que ya sabes lo que pasa luego como marres el golpe. Jajajaja.

      Un saludo Toni.

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    2. Pues fue confusión mía, porque juraría esa es la de la Mora. Llega un momento que las cabezas no pueden con tanto topónimo, jejeje.

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