Cerro de San Felipe, empezando temporada. P.N.S.C. -S 11

Domingo, 20 de Septiembre de 2020.


El último fin de semana de este verano 2020, se presentó con tintes otoñales. La semana anterior tuvimos una pequeña borrasca que empezó a regar la serranía, y esta mañana de domingo amanece nubosa, aunque sin previsión de lluvia. Nosotros hoy tenemos previsto subir al Cerro de San Felipe, una de las emblemáticas cimas de la Serranía, un gran mirador serrano, en condiciones normales, claro está. Esta ocasión nos recibe con su cima envuelta en nieblas, ver no vamos a ver mucho, pero da igual, subiremos igualmente. 

El punto de inicio de la ruta, el habitual, la fuente de San Blas. El recorrido circular, esta vez lo vamos a variar para lo que es nuestra costumbre, normalmente subimos siguiendo el trazado del sendero del parque natural, y bajamos campo a través hacia el estrecho del infierno, esta vez vamos a hacer el sendero circular completo P.N.S.C.-S11, empezamos paralelos al Júcar, y bajaremos por El Hontanar.

El caso es que a primera hora, estamos preparados para la caminata de hoy, en esta fresca mañana con niebla y algo de viento, no le falta de nada.


En la cima del San Felipe, imágenes así no se ven todos los días.

Empezamos la ruta junto a la fuente de San Blas, un paraje idílico, por el que discurre el jovenzuelo Júcar. Avanzaremos por el camino que se adentra en el estrecho.

Esta fuente hace años que se convirtió en salvadora para nosotros, desde entonces no hay vez que pare aquí y no beba de ella.

No podemos pasar por aquí sin sacar esta imagen una y otra vez.

Normalmente, a estas alturas de año, el nacimiento del Júcar suele estar seco, y comprobamos que así es, únicamente en el estrecho de San Blas aguantan las aguas todo el año, en este punto hay una serie de surgencias que mantienen el caudal más o menos estable todo el año a partir de este punto. Cuando empiezan las lluvias otoñales, el agua va apareciendo poco a poco, cada vez un poco más arriba. Hoy comprobamos gratamente, que las lluvias de la pasada semana empiezan a hacer su labor.


En este vadeo, es raro ver el agua en todo el verano, hoy la vemos correr a las puertas del Otoño.

A las puertas del Otoño estamos, y los espinos van dando sus primeras señales de ello.



Otoño que ya no verá aquel pino.

Vamos siguiendo el sendero en paralelo al Júcar, hasta llegar a la intersección con el carril que nos sube al collado de San Felipe, muy cerca ya de la cima. El sendero está bien señalizado y no hay más que seguir las marcas.


Hay buen desnivel, pero por camino se anda bien.

Parando a coger aire, vemos al otro lado del valle del Júcar la zona de Las Pegueras, por allí hicimos alguna ruta también.

Atrás el camino andado.



Y allí más lejos, tras el marco conífero, entre la neblina y el desenfoque, la Peña del Fraile, sobre la fuente de San Blas, donde tenemos el vehículo.

Abandonamos el camino por un momento, para ir calibrando el estado de los suelos serranos, estamos en modo micológico en cuatro días.

En el collado, una parada a coger aliento. Hacia la derecha, el objetivo de la mañana, hacia la izquierda, la bajada al Hontanar, luego seguiremos por allí. 

Calibramos la intensidad de los vientos, que en este punto se pone interesante.

Y ponemos la vista en el siguiente punto de paso, la cima de San Felipe.

Allá vamos.

La última parte de la ascensión la hacemos envueltos en niebla.

Con ese halo mágico que le imprime al monte.

Pero en algún momento se levanta un poco, y nos deja intuir allí abajo el pueblo de Tragacete.

Y esta gran roca, junto a la que caminaremos en la bajada.

Tragacete entre la niebla, con lo que el zoom nos permite acercar.

Y nosotros hacia la cima, con un ambiente mágico. Sí, cuando subimos a cimas, lo que esperamos es tener buenas vistas, pero cuando caminamos mucho por los montes, estos días también se agradecen y se disfrutan.

¿O no?


Estamos muy cerca de hacer cumbre, y nos aparece uno de los viejos del lugar, que no ha resistido más a las tempestades.

Estas imágenes hablan solas.

A ciertas alturas, los pinos adoptan formas singulares.

Y esas manchas de Sabina rastrera, ofreciendo agua a nuestras espinillas!!! jajajaja.

El caso es que entre la niebla y la humedad del ambiente, estamos a un paso de la cima.

Una cima oculta.

Pero ahí está, una vez más la coronamos. Este es uno de los grandes miradores de la Serranía, hoy nos deja otras sensaciones.

Hemos hecho cumbre, así, en plan montañero. El día lo merece,  ahora nos vamos a poner al abrigo del viento para hacer la parada pertinente, almorzar como es debido, y continuar la marcha. Buscamos el cobijo de uno de los grandes pinos cercanos a la cima, hacemos la parada, y continuamos ruta hacia el Hontanar, esta parte del trazado no la conocemos, al menos la bajada hasta enlazar con el camino de las Acebeas. Este camino que viene desde el nacimiento del Río Cuervo, lo hicimos ya en dos ocasiones,  un paseo de lujo entre pinares y acebales, de un valor incalculable.


Después del almuerzo, estamos de vuelta en el collado.  Ahora vamos a bajar por allí al fondo a la derecha de la imagen, por una senda que en unos pocos metros desciende vertiginosamente hacia el Hontanar.

Y entre tanta niebla, el sol se deja ver. Hemos cogido la senda de bajada.

Poco a poco va levantando la niebla. Allí enfrente tenemos la peña del Halcón sobre Tragacete, hace tiempo que no vamos por allí, volveremos pronto.

Y en la ojeada de sol,  el monte nos ofrece esos colores húmedos de otoño.

Seguimos el trazado del sendero, bastante bien conservado.

Y ese color......

Cuando estamos llegando al camino de las Acebeas, nos sale al encuentro esta gran mole de roca.

Detrás de nosotros, el Cerro de San Felipe sigue envuelto en nieblas.


Parajes llenos de magia.

Y al otro lado, la peña del Halcón, la niebla se va levantando.

Queríamos conocer el trazado circular, ahora llegamos a la pista que viene desde la zona del nacimiento del río Cuervo hasta San Blas, Las Acebeas, ya hemos dicho que es un gran acebal denso y tupido, digno de ver. El recorrido que nos queda hasta el punto de partida no tiene mucho mas interés que el de caminar inmersos en el corazón de la Serranía. ¿Nos parece poco? pues no, aunque nos gusta caminar en medio del monte, campo a través, una mañana como esta para disfrutar, no tiene precio. Pasamos por las tinás de El Hontanar, y en un momento nos ponemos de vuelta en San Blas.


Desde el camino, nos acercamos con el zoom la Peña del Fraile.

Si, ya caminamos en modo refrescos........

Y con esta mirada a las alturas, que en algún momento habrá que explorar, terminamos ruta.

Otra buena mañana en el monte, de las que nos gustan. Niebla, viento en ocasiones y un poco de humedad, no pedimos tanto. Al final claro está, los refrescos de rigor, hoy en Villalba de la Sierra. Un día de lujo para terminar el Verano. Al Otoño le tenemos ganas, lo iremos contando.


Hasta pronto!!!





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