Un paseo entre setas, una mañana de Otoño.

Domingo, 23 de Septiembre de 2018.


Avanza Septiembre, y las constantes tormentas que hemos tenido este verano por toda la sierra, están empezando a dar sus frutos. No tenemos intención de ir de hongos, pero es inevitable toparse con ellos en temporadas como la que se avecina este año. Nos subimos a la sierra para dar una vuelta de reconocimiento, y caminar un poco. 

La de hoy no es una ruta al uso, vamos remoloneando entre níscalos y lepiotas, y algún Boletus despistado. Una buena mañana de campo para terminar Septiembre.



La protagonista de hoy, la macro lepiota.

Vamos a caminar por praderas, y pinares de Albar.

A primera hora de la mañana, las sombras son alargadas.

Sorprendemos a las vacas en pleno desayuno.

Y enseguida nos damos cuenta de que había que traer cesta. Hoy hubiésemos cargado, pero........

El caso es que no dejamos de encontrar familias enteras de lepiota, de tres en tres.

Familias de cuatro.

Parejas a la sombra.


Parejas al sol.


Lepiotas en todas las fases de su desarrollo.

No recuerdo haber visto tanta lepiota junta, jamás.

Seguimos caminando por las praderas de este paraje, de las mejores de la serranía.

Y cada vez que nos arrimamos al pinar.......


........festival del níscalo.

Níscalos que  brotan arropados por el musgo.......

Bajo los enebros, y sabinas rastreras.......

Y claro, sin cesta..... hay que apartarse de ese Cáliz.

Las vacas no dan crédito a lo que ven. Menudo despropósito!!!  jajajaja.

Y de nuevo la lepiota, junto al pino caído. Son muchos los pinos caídos también en este monte.




Algunos pinos quedan colgados peligrosamente unos en otros.

Vamos a ir dando la vuelta, ahora cruzamos al otro lado del monte, volveremos por aquellos pinos.

Dejamos a las vacas pastando plácidamente.

Este año la hierba, apenas ha perdido verdor en estos parajes.

Nos topamos con una familia de Boletus, que resultaron sanos y gustosos.


En esta parte del monte, hay enormes pinos volcados.

En fin, se tardará tiempo en que todo esto vuelva a la normalidad.

El caso es que está haciendo muy buena mañana, pero para lo que concierne a los hongos, esto es demasiado calor. 

Estamos terminando la ruta y nos topamos de nuevo con las vacas, que aquí no les falta tajo.

Y con este gran Espino Albar, que va cogiendo color otoñal poco a poco.


Al final otra mañana en el monte, que es de lo que se trata, hemos tenido que dejar la carga para otra ocasión, quedarán para simiente. Nosotros terminamos la mañana en Villalba con unos refrescos a base de cebada.


Hasta pronto!!!




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