Circular en Garcielligeros, visita a Los Tilos.

Domingo, 26 de Agosto de 2018.


Entre unas cosas y otras, nos hemos presentado en el final del mes de Agosto. Estamos teniendo tormentas de verano, y el ambiente esta mañana es fresco y húmedo. Hoy, a petición popular, nos acercamos a Garcielligeros. Haremos la ruta circular que normalmente no presenta problemas, caminamos por la cornisa del cañón del Júcar, y luego por la vieja vía de saca que transita junto a los centenarios Tilos. La cuestión es que, como casi todos los días, nos estamos encontrando grandes dificultades en algunos puntos del monte, debido a la gran cantidad de pinos volcados a raíz de la gran nevada de la pasada primavera. El tramo final de la ruta se hace hoy algo tedioso. 

Aprovechando el final de vacaciones para los jóvenes de la familia, vamos a pasar la mañana entre Cortados, Buitres, Tilos y pinos volcados, todo un lujo para terminar Agosto.

Dejamos los vehículos muy cerca del cruce de la carretera que conduce a la Ciudad Encantada, la ruta de hoy discurre paralela a la carretera CM-2105, uno de los ejes principales de comunicación de la Serranía, y nos dirigimos hacia la bajada al manantial de Los Baños, para coger la vía de saca paralela al gran cortado calizo del cañón del Júcar, luego volveremos remontando el cortado, por el gran tajo en la roca, por donde bajaban los materiales al gran sifón de Royo Frío.


Y es que estos viejos Tilos merecen una visita de cuando en cuando.

Estamos sobre el cortado de caliza tableada, sobre el cañón del río Júcar. Luego caminaremos por allí abajo, ahora empezamos ruta en dirección contraria.

Con el grupo un poco disperso.

Y abajo el cañón del Júcar, con el canal zigzagueante, y al fondo La Muela, 

De repente nos encontramos con la avanzadilla.....

Del numeroso comité de bienvenida, que nos aguarda pacientemente.

A pesar del aspecto ya reseco de la hierba, la tierra está bastante húmeda este verano, las tormentas están siendo bastante generosas en toda la sierra. Se está preparando una buena temporada micológica este año.

Por el otro lado del Valle, asoma La Zomatilla.


Hoy tenemos brumas, y unas nubes que al final terminarán despejando.

Y entre brumas, vemos por donde venimos caminando.

En el fondo del Valle, el Júcar, que este año lleva un caudal a estas alturas muy bueno. 

Por allí caminamos hace muy poco.

Estamos llegando a la altura del paraje de Los Baños, tenemos que buscar el carril de bajada.

Hacia abajo, vemos Villalba, el depósito del canal, el campichuelo al fondo. nosotros tenemos que avanzar hasta estos pinos que tenemos delante para bajar hacia los baños.

Mientras tanto, los buitres han levantado vuelo, huelen carne!!!

Empiezan a levantar las nubes, y nos dejan unos reflejos en la roca que dan mucho juego.

Dejamos la parte alta de los cortados, y nos metemos en la vía de saca que nos acerca a nuestro objetivo.

Ahora vemos el Júcar un poco más cerca, y con el zoom, mucho más. Este verano el río viene muy alegre.

Lo dejamos allí abajo y seguimos adelante.

Pasamos junto al viejo pino doblegado por los años y las tempestades hace ya algunos años.

Curiosamente, en su corteza ha arraigado un joven ejemplar, ya veremos hasta donde llega.

Esta ruta para el verano es muy adecuada, por esta vía de saca caminamos siempre a la sombra.

Estamos llegando a la zona en que se encuentran los grandes Tilos.

Con sus característicos troncos añejos.

Y sus hojas de un verde tierno y puro.

Los frutos del tilo, están ya sobradamente maduros, antiguamente se recolectaba gran cantidad de Tila, hoy en día esos aprovechamientos de los recursos de los montes están completamente en desuso. 

Ahora el aprovechamiento de estos parajes es más lúdico que otra cosa.

A la sombra de este gran ejemplar, pararemos a reponer fuerzas. Es media mañana y toca almorzar, que mejor lugar que este.


Cobijados bajo las huesudas ramas del Tilo.

Y el denso dosel que forma su copa.

A través del cual vemos el puntal de Peñarrubia, en la finca de La Losilla.

Y un poco más abajo, el canal de La Toba.

Hemos parado un rato, con el Tilo como testigo hemos saciado el hambre mañanero, y ahora continuamos marcha en busca de otro ejemplar tremendo. Los cielos han despejado y tenemos el sol en todo lo alto.

Y llegamos al siguiente punto de la ruta, un recodo en el camino, donde nos encontramos varios ejemplares con distinto porte.

Donde destaca sin duda este inmenso Tilo, centenario, impresionante.


Viendo pasar año tras año, desde su rocosa ladera.

Hasta aquí, la ruta es un agradable paseo, normalmente a partir de esta zona tampoco hay grandes problemas para avanzar, hay una senda que se puede seguir fácilmente hasta llegar a la bajada a Royo Frío, pero como venimos comentando en las últimas entradas, muchos de los montes que frecuentamos, se han vuelto de difícil tránsito tras la última nevada de primavera. La gran cantidad de pinos volcados que nos encontramos, convierten cada mañana en una auténtica gincana, ni en Pilates se ponen en marcha tantas partes del cuerpo.



De momento seguimos viendo al fondo el canal, copiando fielmente cada recodo de la montaña.

Y si miramos hacia atrás, vemos el camino que traemos bajo el cortado calizo.

Al otro lado del Cañón, los abrigos y corrales bajo la Zomatilla.


Entre la vegetación de la zona encontramos también Mostajos.

Con sus frutos todavía en verde.

Como en cada ruta por esta zona, destaca sobremanera el Picón de Royo Frío.

Y bajo aquel, el canal con su gran sifón.

Y de repente nos topamos con el infierno, tenemos por delante aproximadamente un kilómetro de obstáculos, que ponen a prueba a los más jóvenes y poco acostumbrados al monte, si superan esto los tenemos ganados!!!. Aunque para ser justos hay que reconocer que esto acaba con la paciencia de cualquiera. 

Al final de la prueba, hemos saltado, esquivado, reptado, "malparido", y alguna liebre que otra mas tarde... volvemos a ver la luz.

Siempre se ve la luz al final, llegamos al gran tajo que hicieron en la roca los trabajadores de las obras del canal, por aquí bajaba la vagoneta con los materiales necesarios. Obras faraónicas a principios del siglo pasado.

Tenemos la prueba superada, estamos en lo alto de los cortados una vez mas.

Echamos una última mirada al valle.

Inmortalizamos a esta Sabina, superviviente como pocas, sentada sobre la roca.


Y con esta vista del Puntal de San Roque y La Modorra....

Vamos terminando la ruta de esta mañana, unos metros más allá tenemos los vehículos, pondremos rumbo en busca de los tercios de rigor, que la mañana lo pide a gritos.

Al final, otra mañana más en el monte, hemos disfrutado y padecido a partes iguales esta naturaleza única y desbordante. El verano está dando sus últimos coletazos y se barrunta temporada de setas, veremos como viene la cosa.


Hasta pronto!!!


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