Un poco de Guadazaón.

Domingo, 3 de Diciembre de 2017.


Este fin de semana ha salido andarín, después del paseo de ayer por Las Catedrales en Uña, hoy seguimos buscando la nieve. Nos hemos acercado a Beamud, para recorrer un pequeño tramo del Guadazaón y si se tercia subir al Collado Bajo, ya veremos si da tiempo. Hoy ha amanecido despejado y ventoso el día, con una helada bastante generosa, la fina capa de nieve caída estos días ha desaparecido en estos lares, nos conformaremos con los hielos y el paisaje de rodeno de esta sierra de Valdemeca.

Pasamos Beamud, donde acaba toda carretera, y seguimos en dirección a Valdemoro de la Sierra, vamos al encuentro del Guadazaón. En un vadeo de la carretera dejamos el vehículo y empezamos a caminar río arriba.



Estamos en la sierra de Valdemeca con sus rocas areniscas características.

Iremos por el cauce pedregoso, hoy con hielo mucho cuidado con los resbalones.

Junto a la carretera, el cauce completamente helado.


Miramos hacia abajo, aquí el río toma camino hacia Valdemoro.

Muy poca nieve queda ya, apenas una pelusilla.

Remontar este Guadazaón supone ir vadeando de orilla a orilla constantemente, pero con facilidad, apenas lleva agua.


Losas del cauce completamente congeladas.

Y alguna pequeña poza que invita al patinaje.

Llama la atención el cauce en este tramo, entre lajas de roca.

Como acostado en piedra.

Dejamos la gran losa de roca, salpicada en nieve.

Y nos aparece esta gran roca, modelada por la erosión de aguas y vientos.

Voladiza sobre el cauce del Guadazaón.

Llegados a este punto, nos damos cuenta que de seguir por el cauce no llegaremos a subir al Collado Bajo, así es que por uno de los vallejos que bajan desde la cresta de la sierra, nos decidimos a emprender el ascenso, elegimos la Hoz Oscura, que nos dejaría directamente en el Portillo Hermoso, junto a la cima del collado, aunque finalmente no fue posible llegar, se nos echó la mañana encima sin darnos cuenta.



Empezamos la subida por lo que parece una antigua senda o camino, muy invadido ya por la vegetación.

Rodeados de pino rodeno con sus escobas de Brujas correspondientes.

Y con todo el monte bajo propio de estas sierras.

Con el sol de la fresca mañana estrellándose en el Rodeno.

Y los más atrevidos que nacen donde quieren!!!

Aunque vamos ganando altura, vemos que la nevada por aquí fue muy escasa. En un punto intermedio del ascenso, vimos que no nos daba tiempo a llegar a la cima, con gran pesar tuvimos que dar media vuelta.

Pero el monte es muy agradecido y nos topamos con estas grandes losas de arenisca.

Salpicadas de nieve.

Y de pinos que aprovechan cualquier resquicio para medrar.

Por viejos carriles casi perdidos, en un momento nos pusimos de vuelta al punto de partida.

Al final nos salio una buena ruteja en esta sierra que frecuentamos poco, pero que nos sorprende cada mañana. Había que comer en Cuenca, no sin antes refrescarnos convenientemente como siempre.


Hasta pronto!!!





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