Barranco de Santa María, Villalba de la Sierra.

Domingo, 26 de Noviembre de 2017.




Estamos a finales de Noviembre, hoy teníamos prevista una ruta diferente, pero de vez en cuando cambiamos sobre la marcha y una vez más ha merecido la pena. Teníamos pendiente remontar el barranco de Santa María, en Villalba de la Sierra, siempre que pasamos por aquí ha sido por el sendero de la Piedra yunque, pero nunca nos habíamos parado a recorrer el laberinto de callejones que podemos ver en este barranco. Cuando pasamos por el sendero, apenas a cincuenta metros, tenemos un verdadero entramado digno de ver.

Aparcamos los vehículos en el carril de entrada a los túneles de Villalba, y junto a la carretera nos metemos de lleno al barranco de Santa María. Este barranco baja normalmente seco, únicamente veremos agua en épocas de lluvia, va a ser difícil verlo con agua este año. Lo que si vamos a encontrar son zarzas y espinos a mansalva, únicamente los callejones que limpiaron para la carrera de montaña de Villalba, están transitables sin pinchos, el resto es más áspero. Pero estamos acostumbrados a ello, luego unos días de "despinche" y listos para la próxima.




Finales de noviembre y todavía tenemos colorido otoñal.

Desde la carretera de Villalba a Uña, nos asomamos al barranco.

Y nos metemos en él.

Empezamos a remontar, hay pequeños estrechamientos que salvamos sin problemas.

Y tramos mas abiertos, es un barranco fácilmente transitable, a pesar de los espinos.

De vez en cuando aparecen pocejas con agua de algún chaparrón reciente.

Los robles están en todo su apogeo otoñal.

En el centro de la imagen intuimos la senda por la que baja el Pr de la piedra Yunque, luego haremos la bajada más rápida por ella.

Seguimos remontando roca.


Estamos cerca del Lapiaz donde encontraremos los laberintos de roca, de momento los pozos son algo más grandes.

Llegados a este punto, no podemos seguir por el cauce, una poza con agua delante de aquel escalón, nos impide el avance.

Nos hacemos la foto de familia de esta mañana, estamos en un rincón de gran belleza.

Tendremos que volver cuando las aguas recuperen este cauce.

Salimos del cauce para continuar ascendiendo y buscar un nuevo paso.

Desde la parte de arriba de las rocas esta es la vista del fondo del barranco.


Empezamos a ver parte de los callejones que se formaron en este Lapiaz, a base de erosión.

El caso es que nos tenemos que volver a meter ahí abajo, entre callejones y espinos.

En este punto, mas o menos mitad de la ruta que llevamos hoy, hacemos una parada para almorzar, hoy no se trata de hacer una ruta larga, si no de explorar y disfrutar de este paraje bastante desconocido. Buscamos un lugar al sol, va entrando la mañana y tenemos un día casi primaveral, sin viento, con lo que el sol empieza a calentar.


Después de la parada, volvemos de nuevo al cauce.

Y nos encontramos con pasos imposibles sin medios de escalada, solo podemos imaginar el paso del agua por estos saltos.

Y encontramos también parte de la fauna autóctona, asociada al barranco.  jijiji.

Salimos de nuevo, para encontrar otro paso.

Lo encontramos, estamos ya en el laberinto de callejones por el que pasa la carrera de montaña de Villalba.

Pero antes hay que hacer un poco el trepa!!!

Nada insuperable, con cuidado vamos subiendo hacia los laberintos.


Van apareciendo callejones.

Y arcos rocosos.

Cruzando el arco nos metemos en los callejones, que a partir de aquí están limpios de vegetación espinosa.

Alguno con pinos.

Este con desprendimientos.

Otros se estrechan impidiendo el paso.

Y desde luego que se prestan a la fotografía.


Por este gran pasillo, salimos del laberinto de callejones.

Estamos en el punto en el que, al barranco de Santa María, se unen el de La Casilla y el de El Covacho de la Parra. Es aquí donde abandonamos el barranco, para volver al punto de partida, esta vez por el sendero Pr- Cu 33. En un momento nos ponemos de vuelta en los coches.



Salimos al camino, vemos ahora desde lo alto los callejones que hemos recorrido.


Y hacia arriba, el barranco de La Casilla.

Por la senda caminamos a buen ritmo, los tercios nos esperan en Villalba.



A pesar del otoño tan seco, el monte nos ofrece estos colores propios de la fecha.

A la vuelta del collado, tenemos ya la carretera y nuestro punto final de la ruta.

Un poco de umbría y fin del trayecto.


Hoy no se trataba de hacer kilómetros, hoy queríamos pasar la mañana recorriendo este singular paraje, tan cercano como desconocido. Al final ha salido una ruta curiosa y entretenida, con sus sorpresas y sus enganchones, como debe ser en cualqier barranquete que se precie.

Hoy no tenemos enlace al trazado de la ruta, pero mirando el mapa no tiene pierde!!

Hasta pronto!!!








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