Palomera y Molinos de Papel, sendero Pr-Cu 36.

Domingo, 25 de Octubre de 2.015.

Este Domingo el grupo está algo remolón y parece que nos quedamos sin salida, pero como hace mucho que no vamos por la zona de Palomera, me decido a recorrer el sendero Pr-Cu 36, que a estas alturas del otoño nos ofrece un colorido sin igual.

Esta zona de la hoz del Huécar se presta como ninguna a la práctica de los deportes al aire libre, cercana a la capital, sus sendas y pistas forestales son frecuentadas por ciclistas, senderistas y paseantes, que disfrutamos del privilegiado entorno que la rodea.

Otro sendero que podemos recorrer es el de los Ceños, Pr- Cu 35, en este caso es de recorrido lineal entre Palomera y Buenache de la Sierra por bellos parajes, así como parte del trazado del sendero de gran recorrido Gr-66, que atraviesa la provincia.

Aparte de los trazados oficialmente señalizados el abanico de posibilidades es inmenso, desde Palomera no distan mucho las hoces del buey y San Miguel, que las vimos en esta entrada, dos parajes que merecen una visita. Molinos de Papel queda bien ubicado como punto intermedio en la ruta de los hocinos, desde Cuenca. Rutas estas que bien podrían completar el catálogo de senderos homologados. 

Estas rutas las podemos recorrer en cualquier época del año, cada estación tiene su encanto pero hoy toca otoño. Comenzando en Palomera salimos por una pista forestal que nos subiría a la sierra de la Pila, pero pronto la abandonaremos para continuar por el sendero botánico junto al Huécar.

Los ocres y amarillos van a dominar toda la hoz.

Sobre el pequeño puente que cruza el río nos paramos y vemos como sus tranquilas aguas se cubren de hojas.

Los nogales están ya casi desnudos.

Y los chopos en todo su esplendor otoñal.

Cualquier rincón se inunda de color en esta mañana gris. 

Caminamos por esta pista entre los abrigos rocosos y la densa vegetación de esta ribera.

Con los esbeltos chopos en perfecta formación.

Y las laderas pobladas de distintos arbustos.

El camino se ha tornado senda, ya no la abandonaremos hasta el final del recorrido.

Pasamos por esta chorrera, que aguanta bien tras el seco verano que hemos padecido.

Y seguimos acompañados por los chopos.

La vegetación se hace más frondosa, nos vamos a acercar al río.

Luego volveremos entre los robles de aquella ladera.

Hoy es una mañana de coloridos contrastes.

Los nogales son los primeros que han tirado la hoja.

La senda nos ha puesto a la orilla del Huécar, que baja entre hojas y musgos bajo los abundantes avellanos.

No se si se puede pedir más a la mañana.

Enseguida llegamos a Molinos, por esta senda que parece una Corredoira Gallega.

Este sendero está perfectamente señalizado, con paneles informativos en Palomera y Molinos, y las marcas blancas y amarillas en todo el recorrido, además de los postes con sus tablillas que encontramos en todo el trazado.

En Molinos de Papel cruzamos el pueblo y cambiamos de ladera, ahora vamos a volver a Palomera sobre los cortados rocosos, por una senda que discurre por la solana con muy buenas vistas de toda la hoz.

Y claro... en Molinos esta es la estampa típica.

Nos hemos puesto en camino por nuestra nueva senda, el firme es pedregoso pero muy fácil de caminar.

No podemos decir más.

Una panorámica del momento.

Caminamos por esta senda con orientación de solana, los romeros tomillos y robles son ahora los protagonistas, bueno los robles aparecerán más adelante.

Pero enfrente.........

Los apuestos chopos ocupan el fondo de la hoz.

Que sí, que ya están aquí, los robles están ahora cogiendo su color otoñal.

Tiramos un poco de zoom para ver como comienza a rezumar la humedad en los cortados de enfrente.

La verdad es que durante todo el recorrido por esta senda sobre las rocas el paisaje es indescriptible, por eso hemos abusado un poco de las imágenes, pero como dice el refrán "por mucho pan no es mal año".

A las pruebas me remito.

Creo que hoy hemos tenido mucha suerte, el otoño está en su punto álgido.

Poco a poco llegamos a la localidad de Palomera, entraremos por la zona de las eras.

Allí las vemos.

Palomera entre chopos y rocas.

Llegamos a las eras, todavía se distinguen parte de los muros que las separaban.

Desde el mirador una vista hacia el Bodegón, donde nace el Huécar.

Y volvemos a encontrar paneles indicativos del sendero.

Ya solo queda bajar al pueblo.

La bajada desde las eras atraviesa unos curiosos callejones, perfectamente adoquinados.

No perdemos de vista en ningún momento los colores de la otra ladera.

Hoy hemos visto el recorrido de este sendero en otoño, la dificultad es baja por lo que podemos recorrerlo en cualquier época del año, solo hay que venir y dejarse llevar, no os arrepentireis.

Hasta pronto!!!.