Valdeorinas, mina Pepita, Pedro Domingo.

Domingo, 16 de Noviembre de 2.014

Parece que por fin quiere llegar el otoño y este domingo amenaza agua, aunque al final nos libramos. Después de deliberar un poco decidimos buscar la mina de la que hemos oído hablar en numerosas ocasiones, que por lo visto se encuentra en el paraje de valdeorinas, y subir por fin al vertice geodésico de Pedro Domingo, que ya teníamos previsto pero que no llegaba el momento.

Con los medios que tenemos a nuestro alcance para estos menesteres buscamos en los mapas y satélites dichos objetivos, la ruta estaba muy clara.


Por un motivo o por otro siempre había pensado que la mina se encontraba en este lugar que vemos en la imagen del satélite, pero ha resultado que no es así. Esto es la casa forestal de pie pajarón.

Dejamos el vehículo junto al embalse de La Toba, bajo la ceja de Peña Betaya que ya exploramos en otra ocasión, os dejo el enlace a esta ruta: Ceja de Peña Betaya. Lo primero que pudimos comprobar es que parece que va a ser un año de procesionaria, observamos como comienzan a aparecer los nidos en las ramas de los pinos, en rutas posteriores hemos visto que la cosa va a más.



Los nidos de la procesionaria abundan ya en toda la zona.




Ceja de Peña Betaya.


Nos asomamos a ver como estaba el nivel del agua del embalse y comenzamos a caminar por la cañada real de los chorros, camino de nuestros objetivos.


Las aguas turbias delatan las recientes lluvias.


Enseguida llegamos a la casa forestal de Pie Pajarón, su estado de conservación es bastante precario, vamos que está en ruinas para ser exactos, aunque su antigua balconada con vigas y pilares tallados parece resistir bien el paso de los años.







Como ya hemos dicho en otras ocasiones es una pena que se abandone todo este patrimonio de la serranía.





La verdad es que no escatimaban en tamaño en aquellos tiempos.

Merodeando un poco por los alrededores de este enclave vimos que es sede de un retén de incendios en verano, y que la limpieza no es virtud de los ocupantes del mismo, bueno tampoco sabemos quien ha dejado aquí toda esta basura, pero quien haya sido no es muy respetuoso con la naturaleza.



Una pena.


Después del disgusto por ver las ruinas y las basuras continuamos la marcha a media ladera, entre la carretera que conduce a Las Majadas y la ceja de la Muela, pasamos por la fuente de tío Eugenio y unos kilómetros después llegamos a la mina. 



Deshechos de la mina.


Eran bien visibles los restos del trajín minero, y enseguida vimos un par de entradas a la mina, una de ellas inundada de agua. 







Una de las entradas a la mina.

Lo que es indiscutible es la capacidad de la naturaleza para regenerarse y reconquistar terrenos arrebatados por el hombre. Las casas de los mineros hoy abandonadas se encuentran totalmente integradas en el paisaje, con sus pinos, enebros y demás arbustos como nuevos inquilinos.



Esto es camuflaje natural.





Los chicos también se integran en el medio.





La verdad es que la humedad y la luz de esta mañana nubosa le dan al entorno un aire muy especial.





Otra de las entradas a la mina, en esta no hay agua y se puede ver un poco mas el fondo, aunque nosotros no somos muy de meternos en estos agujeros.







Junto a la boca de la mina y a la vera de este viejo tronco paramos para el tentempié mañanero. El primer objetivo estaba cumplido, bueno dos objetivos, la mina y el almuerzo.










Después de la parada debíamos subir a la ceja de la muela, en poco terreno salvamos el desnivel que nos dejaba muy cerca del siguiente punto de la ruta.


Desde la ladera se ven restos de otras construcciones de la época ya abandonadas.



Una vez arriba y siguiendo un antiguo camino llegamos al cerro de Pedro Domingo con 1.513 metros de altitud, tomamos "posesión"de el y continuamos marcha hacia la ceja de Peña Betaya, por donde debíamos buscar una bajada hacia el embalse, donde estaba nuestro vehículo.











Hechas las fotos del momento, cruzamos el barranco de la sorquilla y llegamos al barranco de la cueva del pie, hay que ver...... a todo le ponían nombre, por este barranco encontramos la bajada a duras penas. En el momento de terminar la ruta salió el sol a nuestro encuentro.


De vuelta bajo las buitreras de peña betaya.



Total, una mañana más en la que hemos conocido nuevos parajes, os dejo el enlace al trazado y perfil de esta ruta sencilla y curiosa.




Hasta pronto!!!!!






2 comentarios:

  1. Que lástima que no se conserve esa edificación, la balconada es preciosa. Y que poco cuidadosos son algunos con la naturaleza.
    Un beso.

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  2. La sierra está plagada de construcciones abandonadas, muchas de ellas irrecuperables, pero de vez en cuando encontramos alguna que no sería muy costoso recuperar y conservar.

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