Arroyo Pedregoso. Serranía de Cuenca.

 Domingo, 12 de Junio de 2022


Avanzamos hacia el inicio del verano, y este final de primavera nos está dejando ya unas temperaturas sofocantes. Hoy vamos a meternos en el Arroyo Pedregoso, yo le llamo trabajoso. Un arroyo tan bello como poco conocido, por tierras de rodeno, que nos deja unas imágenes extraordinarias. Acostumbrados a la caliza dominante, este pequeño reducto de Areniscas en la sierra de Valdemeca, bien merece una visita de vez en cuando. La última hace ya más de dos años, un mes de Diciembre tras unas generosas borrascas, que hicieron subir su caudal. Hoy no tenemos mucha agua, pero el paraje es de ensueño. La ruta discurre por el mismo cauce del arroyo, unas veces caminando junto al mismo, y en todo momento cruzando de una a otra orilla, sorteando los bloques de roca rodena, lo que hace que ejercitemos todos los músculos del cuerpo. Podemos decir que estamos en un gimnasio natural.

La ruta comienza cerca del Molino de Juan Romero, junto al río Júcar. Nos acercamos por el carril al encuentro con el arroyo, estacionamos el vehículo, y emprendemos la caminata de esta mañana.


Y nos vamos a encontrar imágenes preciosas.

Al principio, caminamos por este margen derecho del arroyo.

Acercándonos a ver sus rocas y sus aguas.

Y esos reflejos del sol que va entrando al valle.

Un arroyo muy pedregoso, como podemos ver.

En el margen derecho, acúmulos de roca.

Y el arroyo, con ese color característico de los cauces que discurren por las areniscas.

El carril cruza el arroyo, nosotros luego bajaremos rápidamente por aquí, pero de momento vamos a volver al arroyo, allí a la izquierda.

Y lo primero que nos encontramos al cruzar el carril, es esta estética poza, con su losa de roca.

Y esos reflejos del monte en sus mansas aguas.

Aguas en calma, poca corriente y ningún  viento.

Seguimos.

A partir de aquí, tendremos que ir cruzando de una orilla a la otra, hoy no es problema, con este escaso caudal avanzamos bien.


Un Arroyo con magia.

Recuerdo que en este punto, hace un par de años en nuestra anterior visita, nos tuvimos que salir del arroyo por la parte izquierda de la imagen, el caudal del arroyo impedía pasar por este estrechamiento.

Hoy no tiene nada que ver con aquello.

Por eso decimos que hay que conocer los parajes en todas las estaciones del año. Cada una tiene lo suyo.

Una mirada hacia abajo.

Y hacia arriba, otra poza.

Y otra.

Otra mirada hacia abajo, la cámara echa humo.

Y por lo que se ve...... los móviles también. 

A los lados del Arroyo, la roca arenisca domina el barranco.

Un espectáculo.

Otro elemento característico en estas tierras, son estos grandes helechos.

Que crean tapices selváticos.

En este tramo, aumenta un poco el desnivel.

Y vamos progresando como podemos sobre la roca.

Cosa fácil.

Sin quitar ojo a estas pozas, donde se va estancando el agua.

Cruzando.

El único elemento molesto que nos encontramos en esta mañana, son unas grandes poblaciones de mosquitos, en estas zonas más umbrías, bajo los doseles arbóreos, a nuestro paso elevaban su furia, aunque no se produjo ningún tipo de ataque. Jajajajaja.

Pero en vista de esto, el balance es totalmente positivo.


Los chicos, gestionando por donde avanzar.

Aquí estoy bajo un tronco.

Por que otro de los elementos interesantes del barranco, es la gran cantidad de pinos que dificultan el avance.

A los lados, los cortados areniscos.

Y yo, bajo el ramaje de otro gran pino volcado sobre el arroyo.

Hemos pasado el encuentro con el arroyo de los bañaderos, que remontamos hace unos años también. Estamos al final de nuestra ruta de hoy. Analizando las aguas y sus habitantes.

Aguas, que según avanzamos van escaseando.

Apenas corre ya el agua. 

Llegamos a un punto en el que el agua desaparece completamente, conocemos una salida que nos puede llevar de vuelta al coche en un momento. Decidimos dejar el arroyo y poner rumbo de vuelta en modo tercio.


Hemos encontrado el paso, hemos de subir por aquí para cruzar al barranco del rodenillo, por donde baja el carril que vimos al principio.

Última vista del Arroyo ya seco en esta parte alta del cauce.

Y subimos por las resecas laderas del barranco.

Una vez arriba, solo nos queda descolgarnos por una ladera cómoda hacia la pista.

Por un denso pinar.

Y ya casi al final de la ruta, cruzamos de nuevo el Pedregoso, que estrena señalización dentro del proyecto Camino Natural del Júcar. Unos metros más adelante tenemos el vehículo. 

Hoy hemos disfrutado de nuevo en este arroyo que nos cautiva cada vez que venimos. Lo llamamos trabajoso, pero ya le vamos cogiendo el tranquillo, solo hay que dejarse llevar hacia arriba, sin pensar mucho, y disfrutar de lo que nos va saliendo al paso. Al final otra buena mañana en el monte, en buena compañía, disfrutando de la rica naturaleza que nos rodea. Tercios hubo, por supuesto.


Hasta pronto!!!





4 comentarios:

  1. Como sienpre espectacular gracias luis

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  2. Hola Luis.

    Como bien dices, ese rincon de la sierra de Valdemeca a ambos lados siempre merecen unas visitas para ver sus junglas, sus rocas y sus aguas, pero la zona esta del Pedregoso and cia que bajan todos al Júcar es muy especial.Llevo tiempo sin ir, y sí es verdad que requieren de esfuerzo y paciencia, de ahí posiblemente que no sean parajes turísticos.

    A ver si el invierno primavera este que viene trae más agua y la primavera que viene me voy allí de cabeza, para verlo en grandeza.

    Un saludo.

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    1. Hola Toni.

      Menudo pareado, jajajaja. Espectacular, yo le tengo devoción a este arroyo.
      Recuerdo que la vez anterior que fuimos, había pasado una de esas borrascas de ahora, y movió rocas y árboles de las orillas a mansalva.
      Lo bueno que tiene este arroyo es que no es difícil acercarse a el, el resto de barrancos de esta sierra, ya requieren de otros medios, si no queremos hacer rutas demasiado largas. En fin, tenemos tajo para caminar.

      Saludos Toni.

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