Hoz de Marichica, Vega del Codorno.

Sábado, 4 de Enero de 2020.


Si terminamos 2019 a lo grande, con el Arroyo Pedregoso, 2020 tampoco empezó mal. Como no vamos mucho por Vega del Codorno, y aprovechando la ocasión, me fui con unos amigos a conocer la Hoz de Marichica. Con el nacimiento del río Cuervo a un paso, y muy cercano al parque natural del Alto Tajo, Vega del Codorno se encuentra en un enclave estratégico para hacer multitud de rutas, nosotros no frecuentamos esta zona, pero le iremos poniendo remedio poco a poco.

El arroyo de Las Salinas, afluente del Cuervo, ha formado una hoz sorprendente, con su cabecera entre la Cañada de Las Tablas, y el collado Sarracín, seguramente que no le falta el agua, aunque imagino que en los meses más secos sufrirá bastante su caudal.

Vamos a hacer una ruta de las buenas, unos 15 km. de ruta circular por el corazón mismo de la Serranía de Cuenca, pisar estos terrenos es garantía de éxito. Empezando en el barrio de La Cueva, subimos a la misma, nos metemos en los primeros metros de galería, ahora iluminada, y seguimos marcha subiendo a la parte alta de esta especie de Muela, que flanquea el margen derecho del valle del río Cuervo entre los barrios de El Perchel y Los Migueletes,  nosotros no la recorremos entera, únicamente desde el barrio de La Cueva. Seguimos por estos páramos de buje y enebros en busca de la hoz, una vez allí la remontamos hasta las proximidades de la Cañada de Las Tablas, aunque Mariano no nos perdone el no haber llegado allí, total por doscientos metros de nada, (nos esperaba un cocido).

Estos días navideños, después de las borrascas, estamos teniendo temperaturas muy bajas, las heladas son constantes en la sierra y hoy nos vamos a encontrar las piedras de los barrancos algo congeladas, con ese hielo negro, transparente que no vemos pero que sentimos al pisar, hay que ir con cuidado en estos casos. Con los vehículos estacionados en el barrio de La Cueva, empezamos la caminata de esta mañana.


Desde el rincón donde está la Cueva del Nacimiento, Un contraluz al barrio de La Cueva.

Empezamos la ruta, subiendo a la cueva, luego tenemos que seguir camino por la parte de arriba.

Mañana soleada hoy en la Sierra, y fresca también, en la umbría se aprecia la escarcha acumulada en estos días pasados.

Subimos por el sendero perfectamente acondicionado.

Como acondicionada está la Cueva, preparada para albergar el Belén viviente que se representa aquí año tras año.
La parte exterior de la cueva, se encuentra muy bien acondicionada para la representación anual del Belén Viviente de Vega del Codorno, este año ha coincidido con las fuertes lluvias que desbordaron ríos y barrancos, lo que hizo entrar en actividad la Cueva, y el torrente que viene de la Muela de San Felipe al rincón de la cueva, con lo que la representación del Belén se vio afectada, y por primera vez hubo de celebrarse a cubierto en algún salón del pueblo. El caso es que aprovechando estas infraestructuras, se han iluminado unos metros de galería de esta cueva, haciéndola transitable cómodamente (unos cuantos metros) para profanos en Cuevas como nosotros.

Nos asomamos a los primeros metros de galería, y continuamos la marcha.
En las umbrías encontramos hielo, del que se ve y del que no vemos, pero sentimos bajo nuestros pies.



Por este rincón entra la rambla que viene de las laderas de la Muela de San Felipe, un poco mas adelante del nacimiento del río Cuervo, por aquí se puede subir fácilmente cuando no están los escalones helados, hoy nos tenemos que dar media vuelta.

Y rodearemos estos cortados por la parte izquierda de la cueva, mucho más soleados.

Los bordeamos.

Y nos metemos de lleno en medio de los bujes, omnipresentes en esta zona de la Serranía.

Y aprovechando la solana, antiguos corrales hundidos, estamos en tierras ganaderas y trashumantes.

La madera de la Serranía, muestra aquí sus cualidades para la construcción, no va a aguantar como la piedra, pero esa viga aún tiene una vida.

Hemos ganado altura y vemos atrás el barrio de La Cueva.

La escarcha se hace fuerte en las umbrías. 

A las espaldas de nuestra marcha, también queda la muela de San Felipe.

Nosotros tenemos que atravesar esos páramos de buje, alguna sabina y piedra, para llegar a la parte alta de la Hoz de Marichica, nuestro siguiente objetivo.

Y aquí lo tenemos, los primeros bordes rocosos de esta hoz sorprendente.

Con una senda en perfecto estado, vemos este tramo final que se abre hacia el valle del Río Cuervo, a la altura del Barrio de los Migueletes, con el arroyo de las Salinas en el fondo de la hoz, dentro de un rato caminaremos por esa senda.

Estamos en la salida al valle.

Ahora vamos a buscar un lugar donde almorzar, con estas vistas hacia arriba de la hoz, caminaremos por este margen izquierdo hasta la cañada del cura.

Y en el fondo el arroyo.
Con estas vistas del tramo final de la hoz, paramos a almorzar. Ahora seguiremos por la parte alta de esta margen izquierda hasta llegar a una cañada, que en los mapas viene como del Cura, y nos meteremos en la segunda parte de la hoz, un poco más arriba de esa segunda parte, muy cerca ya de la Cañada de Las Tablas,  remontamos un pequeño tramo de barranco con alguna trepada divertida.


Después de la parada técnica, volvemos al tajo, atisbando lo que nos queda por delante.


En el centro de la imagen, se aprecia una franja de pinos de derecha a izquierda, que es la cañada que separa las dos partes de la hoz. Al fondo el segundo tramo.

Remontando, nos metemos en el buje literalmente, saldremos hacia la derecha para poder caminar y bajar a la Cañada.

Bujes y pinos volcados, tónica general en esta parte de la Serranía. Y la cámara de Mariano, tónica general en cualquier ruta con el. Luego vistas unas fotos y otras, parece que el ha estado en otro sitio, jajajajaja, ¡que arte tiene!.

Cruzamos la cañada, con el suelo bastante encharcado y congelado.

Y acometemos la segunda parte de la hoz. 

Con sus tormos de piedra caliza muy blanquecina.

Y el tajo en el fondo, por el que discurre el agua en épocas lluviosas. Hoy. la poca agua que tiene está congelada.

Ambos tramos de hoz están recorridos por una senda en muy buenas condiciones, aquí se camina de maravilla.

Muy cerca de la Cañada de Las Tablas, el barranco se estrecha y desaparece la senda, ahora hay que salvar alguna trepada, pero con cuidado, que las piedras están resbaladizas.

Estos saltos tienen el calibre justo para poder subir, con un poco de vista donde pisamos, se remonta sin mayores problemas.



Este tramo está siendo el remate perfecto para este ecuador de la ruta.

Con otra trepada sencilla.....

.......y sorteando la vegetación.....

.........el barranco vuelve a abrirse.
Pasamos el último tramo del barranco, estamos en un punto en el que debemos empezar a buscar la vuelta para bajar por la senda de la hoz. Nos quedamos muy cerca del refugio de la Cañada de Las Tablas, pero lo más interesante que veníamos a ver, ya lo habíamos conseguido. Ahora rodeamos el Puntal de Lucas, para acometer la bajada. En el ambiente empieza a sobrevolar el cocido que nos aguarda, tras los tercios de rigor.


Rodeamos un pequeño alto, en el mapa viene como Puntal de Lucas, y emprendemos la vuelta, ahora bajaremos por el fondo de los dos tramos de la hoz, recorriendo esa senda antigua.

Pasamos el tramo alto y mas corto de la hoz.

La Cañada del Cura.

Y nos metemos en el tramo bajo, que es mas largo y con paredes mas altas.

con un gran corral de ganado al abrigo de la solana.

Y los bujes, que en esta parte de la sierra son protagonistas absolutos.

Estamos en los días mas cortos del invierno, y en algunos puntos de la hoz no entra el sol en todo el día, como demuestran estos acúmulos de escarcha.

Flanqueados por paredes de roca.

Y el arroyo en el fondo del barranco.

Llegamos al punto desde donde vimos la hoz esta mañana.

Por allí arriba hicimos la parada para el almuerzo, ahora ya caminamos con los tercios en el horizonte.

La senda empieza a descender hacia la entrada de la hoz, estamos rondando el final del camino.

Salimos de la hoz, y pasamos por este manantial que ha servido de abastecimiento a los barrios de la población.

El agua siempre es vida y nos atrapa.

Llegamos al barrio de Los Migueletes, ahora para volver al de La Cueva tenemos varias opciones. Podemos cruzar el río Cuervo y caminar por una pista paralela que nos lleva hasta allí, que era la primera idéa, o podemos caminar por la carretera, reduciendo el tiempo de marcha. Finalmente, y tras una pequeña rebelión en el frente, optamos por carretera ya que se nos hace algo tarde para comer. Así es que carretera y manta.



Aunque no nos gusta el asfalto, no nos faltan las vistas de este Valle del Cuervo, con viejas tinas y corrales en desuso a lo largo de sus laderas de solana.

Echamos la vista atrás, al barrio de Los Migueletes, con la salida de la hoz, otra opción para volver a La Cueva es caminar a lo largo de los bordes rocosos de allí arriba.

Como pueblo ganadero que es Vega del Codorno, podemos ver corrales y patios con todo tipo de animales.

Conviviendo en armonía.

En el barrio de La Iglesia......

...............Pues eso, la iglesia muy bien arreglada.

Tenemos la luna en cuarto creciente, y se asoma sobre el rincón de La Cueva,  estamos terminando la ruta de hoy.

Unos 15 km. de ruta y estamos sobradamente preparados para el asalto final. Hoy hemos descubierto unos parajes sorprendentes y desconocidos para muchos, parajes que merecen ser recorridos por los trazados de senderos bien señalizados, ¡que no solo de parajes con renombre viva la Serranía!. Pero eso no nos compete a nosotros, nosotros solamente podemos recorrerlos, respetarlos y enseñarlos aquí, y si alguien se anima a venir a conocerlos, misión cumplida.


Y si luego rematamos la jornada así, pues mucho mejor.

Terminamos la ruta con una buena comida en un establecimiento en Vega del Codorno, por que si, aquí todavía hay lugares donde poder comer, que al paso que vamos, nos estamos quedando sin ese recurso en muchos pueblos pequeños que no pueden mantener sus servicios. 

Os dejamos el enlace al trazado y perfil de esta ruta sorprendente en el mismo corazón de la Serranía:



Hasta pronto!!!





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