Domingo, 15 de Diciembre de 2019.
Mediados de Diciembre, y llegamos a nuestra cita lúdico festiva anual. Esta no será la última ruta de este año, pero será la ruta en la que celebramos el final de una temporada llena de buenas rutas y con buenos amigos y amigas, que nos han acompañado en algún momento de esta temporada.
Hoy ya no es momento de meternos en grandes berenjenales, no nos vamos a meter en barrancos llenos de espinos, ni vamos a "sufrir" con grandes cerros, hoy se trata de pasar un día de fiesta en el monte, y rematar la mañana tranquilamente en torno a una buena mesa. Y con este propósito, hemos escogido unas tierras que no frecuentamos mucho, pero que guardan encantos e historia a raudales.
Daremos un paseo por las Corbeteras, subiremos al alto de Peñarroya, bajaremos al collado de los Arrieros para continuar camino por Los Castellones, y terminar ruta en el imponente Castillo del Saladar. Una ruta por tierras de arenisca y rodeno, donde habitaron pueblos antiguos y donde podemos ver los restos de sus asentamientos, así como el incansable trabajo erosivo de los elementos, sobre estas rocas de arenas y conglomerados. Inmersos en un bosque de Pino Rodeno, Roble Melojo, y todo el monte bajo asociado a estos terrenos, sorteando grandes bloques de roca desprendidos, pasaremos una mañana de esas que no se olvidan fácilmente.
A la vera del río Cabriel, y debajo de los torreones del Castillo del Saladar, dejamos los vehículos y empezamos la caminata de esta mañana. Estamos en la nacional 420 un poco mas adelante del puente de Cristinas, recientemente restaurado.
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En este mar de roca arenisca, una puesta en escena muy apañada. |
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Empezamos la mañana entre nubes y claros, aunque finalmente el sol ganó la partida. |
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Aquí ya asoma y se refleja en el Rodeno. |
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Uno de los primeros puntos de interés de esta ruta, aparece enseguida en forma de gran túmulo funerario de la época Celtíbera. |
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Hacemos una parada en torno al monumento. Ya os habéis dado cuenta ¿no?, hoy llevamos una equipación extra, calidad oriental, cien por cien transpirable, "full equip". |
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Un poco más arriba, otro gran túmulo. En esta zona hay varios túmulos de gran tamaño, y muchos otros más pequeños. Nosotros continuamos la marcha. |
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Y nos ponemos en frente de estas formaciones tan llamativas, las ¿Corbeteras? ¿Corveteros? ¿Coberteras?, de todas las maneras las hemos oído nombrar, sobre un mar de arenisca emergen estas torres en equilibrios imposibles. |
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Una imagen poco habitual en la sierra, donde domina la caliza, pero hoy estamos en territorio arenisco. |
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Un mar de piedra, que fue o será corbetera. |
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Aparecen torres más recias. |
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Un paisaje de otros mundos. |
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Nos vamos acercando, esa mezcla de verdes y ocres nos persigue toda la mañana. |
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Los estratos mas resistentes, quedan en equilibrio. |
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A veces delicado equilibrio. |
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Y en cualquier resquicio de estos grandes bloques, la vida se abre paso. |
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Nosotros seguimos caminando por el lugar, hay que atravesar esta linea rocosa. |
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Subimos. |
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Y aparecen imágenes como esta, una lección de equilibrio. |
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Este lugar da para un buen rato de imágenes y sensaciones. |
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Pero tenemos que seguir. |
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Y con este contraluz, ponemos rumbo hacia el alto de Peñarroya. |
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Vamos a ir siguiendo un borde rocoso en constante ascenso, por el que podemos encontrar puntales y pequeñas corbeteras, de formas muy variadas. |
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Aquí vemos el valle del Cabriel, entre un mar de pino Rodeno, fuente de resina antaño. Podemos recordar con mas detalle todos estos bordes rocosos en esta primera entrada sobre estas tierras: Primera visita a Peñarroya |
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Con el calor que nos va dando la subida, y esos gorros super transpirables, vamos caminando en busca de un lugar donde hacer nuestra parada del almuerzo. |
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Mientras nos vamos fijando en los pequeños detalles, como este rincón arenoso que utilizan los animales para sus baños de arena. Siempre es bueno observar. |
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O estos desprendimientos, fruto de la erosión más reciente, que vamos viviendo casi en directo. |
Como no tenemos prisa, paramos un rato, almorzamos en medio de este territorio impresionante, conversamos un poco, y continuamos nuestra marcha hacia el alto de Peñarroya, lo tenemos muy cerca y enseguida empezamos a ver este gran puntal rojizo que se asoma al Cabriel.
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Aquí lo tenemos, un caos de roca fragmentada y erosionada, colonizada por toda la vegetación de la zona, estos pinos Rodenos se agarran a cualquier parte. |
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Y podemos ver mucho más allá, yo creo que aquello que se ve al fondo, es la Peña Huérguina. |
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Frente a nosotros, el Monte Cuerda y las Cabezas. |
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Posamos en este alto, desde donde vemos todo lo anterior. |
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Pero sin mirar tan largo, tenemos muchas curiosidades a nuestro alcance, como este esqueleto arbóreo, dispuesto como para una exposición. |
Desde el alto, y una vez nos hemos ubicado con el entorno que nos rodea, empezamos la segunda parte de nuestra ruta navideña de hoy, vamos a bajar hacia los Castellones, finalizaremos ruta en el Castillo del Saladar, ha entrado la mañana en este atípico comienzo de invierno y el sol calienta como en el Cálido Otoño.
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En estos puntales, es imposible no asomarse y sacar alguna instantánea. |
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En el horizonte, la Peña Tabarreña. |
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Y en todo momento nos sentimos perseguidos y observados por los Elfos de la Navidad, que se aberronchan tras el ramaje y se muestran esquivos, pero haberlos haylos. |
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De camino hacia los Castellones, seguimos pasando entre grandes torres de roca. |
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Roca que se integra perfectamente con los Musgos, los Robles Melojos, Pinos y Carrascas, nosotros progresamos por los callejones que nos conducen a nuestro destino. |
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En los Castellones tenemos otro buen punto de observación. |
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Muy bueno también para el postureo Navideño. |
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Lo que es favorecer, no favorecen mucho estos gorretes, no se yo si pasar reclamación a quien corresponda. |
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Otra vista de la Tabarreña, ya desde mas abajo, estamos muy cerca del Castillo. |
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Y los musgos se adueñan de las zonas de umbría. |
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Y en las partes altas y más expuestas a las ventiscas, no falta algún gran esqueleto, el de rojo no es. |
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La cuestión es que a estas horas de la mañana, cuando el sol se hace presente y la ruta se asoma al final, el personal se empieza a poner en modo tercio, no en vano hoy es día festivo y está todo permitido. |
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Pasamos junto a este gran tormo adosado al Castellón. |
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E inmortalizamos el momento, con esta imagen tan azul, no se si cambiar de cámara o de figurantes. |
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Con Patro en modo reportero, continuamos nuestro camino. |
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Y de repente, aparece frente a nosotros el imponente grupo rocoso en el que se encuentra el Castro del Castillo del Saladar. |
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Avanzamos junto a las cálidas areniscas. |
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Entre un bosque de líquenes que colonizan cada rama de las carrascas, robles y pinos de la zona. |
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Bajo la atenta mirada de los Elfos, perfectamente camuflados. |
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Y sin quitar la mirada de estos grandes bloques. |
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Con la belleza de lo inerte sobre la roca. |
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Llegamos al Castillo del Saladar. |
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Antes de continuar, miramos atrás para ver esta corbetera adosada entre dos grandes bloques. |
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Y hacia delante, la gran torre exenta del Castillo. |
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Sobre el gran bloque de roca, se encuentran los restos del Castro Celtíbero, y de que nos damos cuenta ya tenemos a nuestro explorador sobre el mismo. A ver si lo encontramos. |
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Otra vista de la torre del Castillo. |
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En la que siempre nos llama la atención esta pieza que busca su encaje en el grupo. |
Esperando la bajada de nuestro explorador, nos dimos una vuelta por el entorno del Castillo, y dimos por terminada la segunda fase de esta ruta navideña.
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Parece raro encontrar estos rincones tan húmedos en los bloques de roca. |
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Distintos puntales en el entorno del castillo. |
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Al fondo vemos ya donde tenemos los Vehículos, bajo aquellas rocas. |
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Echamos una última mirada al castillo, con los restos de las murallas defensivas en el bloque de la izquierda. |
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Y con esta imagen de uno de los aljibes que se encuentran en la parte alta, terminamos la ruta de hoy. En un momento llegamos a la vera del río donde dejamos los vehículos y ponemos rumbo a la tercera fase de la ruta. |
Al final, una buena ruta para terminar temporada, en buena compañía, por tierras con historia, y con una riqueza geológica y botánica digna de la mayor protección. Pero al mismo tiempo que protegemos estos vestigios históricos, también pueden servir como reclamo turístico y senderista, ahora que esta modalidad está tan de moda en nuestra provincia, solo hace falta un poco de voluntad por parte de quien corresponda.
Nosotros ponemos rumbo a Cañada del Hoyo, para terminar la jornada como es debido.
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Y como es debido, en torno a esta mesa festejamos el momento, las caras lo dicen todo. |
Y así, celebramos este año que acababa, una jornada distendida con los amigos y amigas que nos acompañaron, nosotros somos así, como veis en cada entrada, y así hemos llegado hasta aquí, domingo a domingo, muchos años ya, y ahora es tarde para cambiar nuestras costumbres. Conseguir un pequeño grupo que funcione a bloque en el monte no es fácil, y solamente se logra con voluntad y compromiso, dos ingredientes que ponemos todos cada día para que esto sea una realidad. Pasamos muy buenos ratos, lo vamos contando y así seguirá siendo, hasta ahora hemos hecho de este Blog un diario de nuestras salidas, no se si este año publicaremos todo lo que hagamos o únicamente lo más interesante, por no caer en la reiteración o en el desgaste del autor, en cualquier caso lo hacemos con la intención de hacer mas visibles estos rincones de nuestra serranía, y animar a todo el mundo a salir al monte. Gracias a todos!!!!!
En la entrada correspondiente a fin de año os dejamos unas palabras, pronunciadas en torno a esa mesa de amigos, y para que el escarnio hacia mi persona sea ya completo, jajajajajaja, os las vuelvo a compartir aquí, dedicándoselas a Patro, principal responsable de aquel momento íntimo.
Hasta Pronto!!!
Celebrando la vida.
Hoy, después de un gran año de rutas y vivencias, celebramos el final de esta temporada, con una ruta impresionante, que nos ha llevado por estos paisajes de Rodeno y arenisca, y nos ha transportado a tiempos pretéritos, cuando los Celtíberos poblaban estos territorios. Pero no solo celebramos el final de temporada, celebramos mucho más.
- Ese... ¿y mañana que?
- Ese... Yo si puedo....
- Ese... ¿que ruta hacemos?..... pues ya veremos......
- Ese cambio sobre la marcha, que tan buenos resultados nos da.
- Esos tercios reparadores de cuerpo y espíritu.
Y nos ponemos en marcha, como un Domingo normal, pero nuestros Domingos no son normales, nuestros Domingos son nuestra vida. Por que lo que celebramos esta mañana es, en definitiva, la VIDA.
- La vida que nos hizo coincidir.
- La que nos hizo conocer a estas otras personas que nos acompañan hoy.
- La vida que nos lleva por esos cerros, por esas sendas y por esos pasos imposibles.
- Y la que nos lleva por esas otras rutas gastronómicas, por que no solo de monte vive el hombre.
Y repito, los domingos que pasamos en el monte no son normales. Cuestas interminables, Espinos en flor que "acarician" nuestro paso, Bujes empapados con ese chaparrón de la noche pasada, Pinos que se empeñan en que practiquemos contorsionismo, trepadas y destrepadas, cejas, crestas, cumbres, barrancos, praderas...... ¿acaso esto es normal?. El agua, ese hielo en las rocas, esas escarchas que pintan de blanco el monte, vientos heladores, nieblas, benditas nieblas..... ese sol implacable de final de primavera. Y por fin, un día la nieve, que complica y anima a partes iguales las mañanas serranas. Todo esto celebramos hoy.
Pero esto no acaba aquí, tenemos mucho monte por recorrer, muchas vivencias por compartir, y volveremos a juntarnos para vivirlo, sufrirlo, y celebrarlo.
Gracias por formar parte de nuestra Vida.
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