Peña del Acebo, Pedro Domingo.

Domingo, 27 de Enero de 2019.


Final de Enero y otro domingo al monte, hoy vamos a hacer una ruta de esas de relax, nos subimos a la Muela de la Madera, vamos a recorrer una de las grandes concentraciones de Acebos que tenemos en la serranía de Cuenca. La Muela tiene mucho que ver, sus bordes, sus lapiaces, sus simas, sus pinares....... hoy toca ver sus Acebos, aunque siempre se ven más cosas que salen a nuestro encuentro.

Venir a esta parte de la Muela es como estar en casa, Pie Pajarón, El Maillo un poco más adelante, la Fuente del Pino, son lugares en los que nos perdemos muy a menudo y desde tiempos remotos.

Dejamos los vehículos un poco mas arriba de la fuente del Pino, en la Peña del Acebo, y vamos a caminar por la Ceja de La Muela, en dirección al vértice de Pedro Domingo, punto intermedio de la ruta, desde donde volveremos caminando por el lapiaz, en toda la muela, la roca está a flor de piel y no es raro encontrarla en cualquiera de sus manifestaciones.

La primera parte de la ruta es un paseo entre viejos Acebos, poco más que añadir.


En la muela, la roca aparece por todas partes.

Empezamos temprano, con un poco de escarcha y un vientecillo molesto, el día engaña.

¡Vamos que nos vamos!

Estamos a 1500 metros de altitud, el pino albar domina estos lares y el muérdago campa a sus anchas, este ejemplar lo tiene crudo.

Por la zona del cerro de la bandera, las nieblas se agarran a la cumbre.

Y empiezan a aparecer los ejemplares de Acebo, en todos los estados de desarrollo.

Defendiéndose de los herbívoros.

Formando pequeños bosquetes.

Unos muy añejos y otros más jóvenes.

Con sus troncos huesudos.

Curiosos nudos.

Todos los arbustos que vemos por debajo de los esbeltos Albares, son Acebos.

Haría falta un buen fotógrafo esta mañana.

A falta de buenas fotos, un abrazo tampoco viene mal.

Acebos gemelos.

En fin, un catálogo interminable de Acebos.


Arropados por el pinar.

 Hoy tenemos una ruta bastante llana, como podemos ver. Esta parte de la Muela es una gran llanura desde donde parten varios de los barrancos que acaban vertiendo aguas en el embalse de La Toba e incluso en el Rincón de Uña.

Vamos caminando por la Ceja de la Muela y abajo tenemos la zona de Pie Pajarón, con los surcos de la repoblación forestal llenos de agua reluciente bajo el sol mañanero.

También encontramos en toda La Muela restos de construcciones, vestigios de faenas y oficios de antaño.

Avanzamos hacia el vértice de Pedro Domingo, uno de los varios cerros que destacan levemente en esta gran superficie de La Muela. Son cerros normalmente cubiertos de vegetación y sin muchas vistas que destacar.

Por ahí asoman sus 1513 metros de altitud.

Tomamos posesión del mismo y hacemos la parada técnica para almorzar.

Estamos a mitad de recorrido, la mañana está algo desapacible con un viento molesto y parece que empieza a nublarse, aunque al final no llovió. Paramos un poco buscando resguardo del viento, almorzamos tranquilamente y pusimos rumbo de vuelta al punto de inicio. Ahora volveremos en un trazado paralelo al que traemos, encontramos un lapiaz como no podía ser menos al estar en estas tierras, con su sima y todo, una casa forestal hundida, en fin, todos los elementos que caracterizan a esta Muela de La Madera.


Emprendemos camino de vuelta y empieza a aflorar la roca.

El agua retenida en las cavidades, congelada, elemento fundamental en la erosión de estos terrenos.

Donde se empieza a mostrar levemente la labor lenta de aguas, vientos y el paso del tiempo.

¡Hoy no será que no se nos ve!

La roca aparece y desaparece.

Esto viene a ser la cabecera del barranco de la Sorquilla, que vierte sus aguas al embalse de La Toba.

Los cielos variables están aguantando, aunque el agua está haciendo mucha falta. 

Afloran pequeñas cavidades en la roca.

Y esta gran sima, desconocemos su nombre y su desarrollo subterráneo.

Parece que esta catalogada, encontramos en uno de sus laterales una etiqueta con un número, aunque no nos quedamos con el.

Seguimos camino.

Vamos regresando y empiezan a aparecer de nuevo los Acebos.

En el camino de vuelta nos pasamos por la Casa Forestal de Caponeras, una de tantas construcciones abandonadas en la Serranía, y como casi todas en estado de ruina total. Hay muchas tinás, corrales de ganado, y varias casas forestales repartidas por toda la Muela, que nos indican la gran actividad que tuvieron estos montes antaño.



Llegamos a la balsa artificial con funciones de abrevadero.

Y detrás del pinar intuimos ya los restos de la construcción abandonada.

La casa de Caponeras completamente perdida.

Una pena.

Desde la casa de Caponeras, retomamos el camino que trajimos esta mañana, volvemos al reino del Acebo y en un momento terminamos la ruta.



Nos topamos con este gran esqueleto.

Y de nuevo los Acebos.

Vestidos de gala como demuestran estas imágenes de Juan.

Un manto perfecto.


Al final unos 11 km. de ruta por el corazón de la serranía, disfrutando de todo lo que nos ofrecen estas tierras. Y cada ruta debe tener el final que merece, ¿Habéis oído hablar del "Rigor Tercis"? pues eso. Jajajajaja.


Os dejamos el trazado y perfil de la ruta de hoy:





Hasta pronto!!!




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