Puntal del Romeral, por la Ciudad Encantada.

Domingo, 9 de Diciembre de 2018.


Empezamos Diciembre, hoy nos vamos a dar una vuelta en el entorno de la Ciudad Encantada y nos asomaremos al valle del Cambrón, desde el Puntal del Romeral. La sierra de Valdecabras es un gran Lapiaz, en su mayoría oculto, pero en muchos puntos está muy somero, creando grandes callejones, tormos, superficies rocosas a ras de tierra, cuevas y simas, todo dependiendo del grado de erosión que encontremos en cada zona.

Las formaciones más conocidas son las de la Ciudad Encantada, pero ni mucho menos abarcan la totalidad de superficie rocosa que podemos visitar. Nosotros hoy recorremos la parte trasera de la Ciudad Encantada, un entramado de callejones y monte bajo poco conocido. Otro elemento que abunda en esta sierra, son los corrales y tinas para el ganado, pasaremos junto a dos de ellos con una forma circular poco habitual en la Serranía de cuenca.

En Marzo hicimos una ruta similar a esta, pero aquél día acabamos bajando al Océñigo, el caso es que pudimos ver estos parajes nevados, cosa que los hace aún más mágicos, lo vamos a recordar en el siguiente enlace: Ciudad Encantada Océñigo. Un poco más adelante de la Ciudad Encantada, empezamos la caminata de hoy.


Muros sólidos, aguantando el paso del tiempo en la sierra de Valdecabras.

Pasamos junto al recorrido turístico de la finca, con todo limpio de monte bajo.

Pero enseguida nos metemos en el laberinto de rocas y monte bajo, vamos, espinos y rosal silvestre principalmente, al margen de algún alienígena que nos observa. 

Posando en los callejones.

La luz que tenemos hoy, nos deja unos colores extraños en las fotos.
Aquella mañana todo en blanco y negro.

Pasamos junto a grandes yunques.

Arcos de piedra, bien rodeados de vegetación.

Grandes proas escondidas tras el ramaje.

Luces y sombras.

¡Hay tantas formas distintas! esto parece un horno a pleno rendimiento, la luz algunas veces también ayuda.

Seguimos deambulando en medio del caos de roca.



Pasamos junto a la cerradura que ya vimos en la ruta anterior.
Véase.

Llegamos a otro gran arco de piedra, junto a otras formaciones que invitan al paseo.

Y a la charla tranquila.

Con la luz del sol que va ganando altura y empieza a entrar en estos laberintos.

Y se crean rincones mágicos.

Contrastes de luces.

Seguimos avanzando hacia el valle del Cambrón, que será nuestro próximo objetivo, antes nos paseamos por los grandes arcos rocosos, con formas a interpretar.

Hemos pasado por la otra ciudad encantada, con gran cantidad de rocas dignas de ver, aunque están muy invadidas de vegetación y no se pueden sacar las imágenes demasiado limpias, el caso es que este paraje bien merece una visita aunque nos arañemos un poco, jajajajaja. Ahora nos encaminamos a los bordes del Valle del Cambrón, nos asomamos desde el Puntal del Romeral, un buen mirador sobre el valle.



Llegamos al puntal y se abre el valle ante nuestros ojos.

A nuestra derecha, la peña del Aljibe.

Abajo el gran complejo privado, totalmente restaurado.

Extendemos la mirada hacia la entrada al Valle, y a la sierra de Bascuñana.

En estos bordes del Valle, grandes bloques de roca erguidos sobre el abismo.

Alcanzamos a ver el estrecho de Priego, con el cerro de la Degollá y el mirador del Rodenal flanqueándolo.

Y allí enfrente, el Pico de la Grulla.


Una vista del Valle.

Y ponemos marcha de vuelta.

Nunca vinimos a este puntal, sus rocas merecen la visita.

Y las de la otra parte del valle también, por allí hay buena ruta y otra ciudad encantada.

Volvemos al punto de partida en un trazado casi rectilíneo, pasando junto a los curiosos corrales redondos de esta sierra, y nos topamos con el mar de piedra de la Ciudad Encantada.



Llama la atención esta construcción circular, muy bien conservada todavía.

Muros sólidos.

Con un pequeño habitáculo adosado al corral, con toda la pinta de servir como refugio al pastor..



Al final de la ruta nos topamos con el mar de Piedra, unas aguas que casi nos atrapan, pero esto es otra historia, nuestra reputación está en juego, no podemos desvelar tan humillante trance. jajajaja.

Al final, otra mañana en el monte, un buen paseo por la sierra de Valdecabras en una mañana soleada y bien acompañados, un lujo.



Hasta pronto!!!







2 comentarios:

  1. Hola Luis.

    Vaya fotos guapas hay diseminadas por ahí. Enhorabuena!! Toda esta muela es la mejor y más grande ciudad encantada.
    He andado por ahí varias veces pero siempre se encuentra una piedra o una corraliza nueva. Ese circular no lo conocía, y es muy guapo!!

    Habéis pasado muy cerca de la Cueva de la Labrailla, que pudo ser un antiguo refugio de maquis.

    Eres experto en dejarme en ascuas con esa otra historia ;-)

    Un saludo.

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    1. Gracias Toni,

      Nada grave, un deambular sobre el mar de piedra sin encontrar una bajada, al final terminamos en la Ciudad Encantada, en dirección contraria al recorrido turístico, bajo la atenta mirada de los numerosos grupos de turistas con sus guías, hasta que encontramos una salida digna, jajajaja.

      Menudo gentío había, no en vano era el puente de la Inmaculada, en fin, otra anécdota.

      Respecto a la corraliza, hay dos muy juntas, redondicas las dos, muy curioso.

      Un saludo.

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