Siete picos desde Cercedilla. (Sierra de Guadarrama).

Domingo, 24 de Junio de 2018.


Finales de Junio, hoy volvemos a la Sierra de Madrid. El 5 de Noviembre del pasado año, nos acercamos a la sierra de Guadarrama para recorrer la cresta de Siete Picos, aquella mañana encontramos unas condiciones meteorológicas algo complicadas y decidimos que teníamos que volver en otra ocasión con tiempo más estable, podemos recordar la ruta en el siguiente enlace: Siete Picos. El caso es que casi nos encontramos con el otro extremo, después de la larga, húmeda y fresca primavera, recién estrenado el verano, nos topamos con un día de calor que casi nos hace zozobrar. 

Como el viaje es de ida y vuelta, toca madrugar. A las ocho de la mañana estábamos en una churrería de Cercedilla desayunando, avanzamos un poco por la carretera de Las Dehesas,  en el Valle de La Fuenfría, y un par de kilómetros más arriba estacionamos y nos pusimos a caminar. La ruta de hoy es circular, y con un gran desnivel positivo acumulado, partimos de unos 1.250 metros de altitud, y llegaremos a los 2.138 metros del pico más oriental de la cresta. 

En este valle de La Fuenfría, encontramos el Arroyo de La Venta, lo remontamos un poco en busca de un vadeo, pasamos junto al embalse de Las Berceas, y empezamos el ascenso hacia Siete Picos.




Hoy si hay buenas vistas desde la cima, allí abajo Cercedilla.


Encontramos un buen paseo fluvial junto al arroyo, con más de un puente para cruzar.

Un bello arroyo de aguas frías.


Pasamos junto al embalse Arroyo de la Venta, o Las Berceas.

Todo esto es nuevo para nosotros, y vamos buscando las sendas por las que ir subiendo hacia Siete Picos. De haber continuado remontando el arroyo, habríamos enlazado con el sendero Pr 4 por el que podíamos haber subido igualmente. Nosotros dejamos el valle para seguir subiendo por otro barranco y enlazamos con el Pr 6 y la carretera de la República, desde allí por el Camino Schmid llegamos al Collado Ventoso, donde paramos a almorzar.



Subimos por una ladera cubierta de Albares y Helechos.

Aunque también encontramos alguna otra especie de hoja caduca.

Vamos por el arroyo de Cerromalejo.

Hasta ahora, los senderos impecables.

Vamos ganando altura, y los Albares empiezan a tomar formas extrañas.


Pasamos por prados de montaña, de un verde que dan ganas de darle un bocado.

Empiezan a aparecer grandes bloques rocosos, estamos muy cerca de enlazar con la carretera de la República.

Los Albares brillan al sol de la mañana, hemos subido hasta ahora prácticamente a la sombra del pinar, por una ladera orientada al oeste, a partir de aquí quedaremos más expuestos al sol implacable.

A medida que subimos ganamos en vistas, alcanzamos con nuestro zoom monumentos cercanos.

Pero a nosotros lo que nos interesa son estos arroyetes que aparecen por todas partes.

Y los verdes de helechos, musgos y arbustos.

Un festín para los sentidos esta sierra de Guadarrama.

A punto de enlazar con el sendero Scmind, por la ladera sur del Cerro Ventoso, los albares relucen esbeltos.

Dejamos de lado el 7º de los picos, hoy tampoco subimos allí.

Llegamos a la fuente de Antón Rubio, con sus frescas aguas, hacemos una parada a repostar, nos queda el último repecho hasta el Collado Ventoso.

Y del Collado subiremos al sexto pico, para recorrer la cresta hacia Navacerrada, aunque no llegaremos al puerto.

Verdes y amarillos nos acompañan durante toda la ruta.

Por aquí llega el Pr 7 que pasa junto al pico de Majalasna, al que nosotros no subiremos hoy.

Estamos llegando al collado.

En estas altitudes. los pinos se hacen más chaparretes.

Y alguno como este, no resisten las ventiscas y tempestades de las cumbres. Estamos en el Collado Ventoso, aquí paramos un rato a almorzar, llevamos buen ritmo aunque nos queda una buena caminata.

Después de la parada, empezamos la última subida de la mañana. directos a la cresta de Siete Picos.

Con los pinos que empiezan a retorcerse.

Y por fin aparece la roca.

Estamos en la cresta entre Piornos en flor.

Aunque hay neblina por el calor, hoy si tenemos buenas vistas, en Peñalara queda algún nevero.

Y allí abajo Cercedilla.

Sale a tomar el sol alguna lagartija.

Aquí vemos todo el recorrido que haremos por la cresta, con un firme rompe piernas, al fondo el punto más alto de la ruta, 2138 metros de altitud.

Paco tomando posesión del pico.

Otra cima típica de la zona, el alto de las Guarramillas con el centro de comunicaciones, la conocida Bola del Mundo. La cima mas occidental del cordal montañoso Cuerda Larga, estudiaremos alguna ruta por allí.

De momento seguimos entre rocas, es medio día y el sol empieza a calentar bastante.


Los pinos en la vertiente sur, se asoman al abismo de Cercedilla.

Otro pico.

Además de las flores del Piorno, otras plantas más pequeñas decoran esta cima rocosa.

Los chicos van subiendo a todos los picos y se me van retrasando un poco, estamos acumulando algo de retraso según el plan trazado.

Pero tampoco es plan de ir corriendo, que no sabemos cuando volveremos por estos cerros.

Hace un par de años coronamos la cima de Peñalara, lo podemos recordar en la entrada correspondiente, Ascensión a Peñalara.

Resulta muy curiosa la forma de estas rocas, como si las hubieran colocado así apiladas.

Detrás de este caos de roca,vemos los caminos de subida a la Bola del Mundo, y el comienzo de la Cuerda Larga, ruta de senderismo que transcurre entre los puertos de La Morcuera y Navacerrada, pasando por varios picos de mas de 2000 metros de altitud.


Ya tenemos a tiro de zoom el primer pico, con vértice geodésico y varios visitantes.

El viento levanta nubes de polen, los pinos están en plena floración.

Echamos una mirada atrás. 

Y llegamos al punto más alto de la ruta de hoy.

El grupo tomando posesión del vértice.


Desde este punto, tenemos que emprender el camino de bajada, nos dirigimos hacia el puerto de Navacerrada, pero no llegaremos allí, desde la pradera de Siete Picos intentamos coger el Pr 8, que nos llevaría de vuelta al punto de partida, aunque nosotros hicimos alguna variante libre del asunto.


Allí abajo tenemos uno de los varios embalses que encontramos en las faldas de esta sierra de Guadarrama.

Vamos bajando, y antes de llegar a la pradera de Siete Picos, nos desviamos a la derecha para buscar el sendero.

Lo encontramos y de momento parece amable.

La mañana avanza, caminamos por la cara sur de Siete Picos, el sol está en modo calor.

Pasamos junto a pinos que no soportaron los rigores de estas cimas.

Miramos arriba, hace un rato caminábamos sobre aquellos riscos.

Y abajo nuestro objetivo, Cercedilla, tan cerca y tan lejos.

El sendero se pone bravo, tenemos que ir sorteando losas de piedra, y en algunos tramos desciende bruscamente entre bloques que animan la bajada.

Menos mal que tenemos alguna sombra para descansar.

Llegamos a la fuente de Los Acebos, nos refrescamos un poco y continuamos la marcha, sufrimos un pequeño despiste y dejamos el sendero, bajando directamente por un barranco, hasta enlazar de nuevo con los senderos.

Volvemos al bosque mixto, con Pinos y Robles Melojos.

En el tramo final de descenso, encontramos una buena pista que nos acercó al punto de partida.

Después de unas ocho horas, llegamos al final de la ruta, hoy el calor la ha hecho dura, y unido al gran desnivel nos ha hecho sudar la sierra de Guadarrama. Nada que no remedien unos tercios.



Terminamos a media tarde con una estupenda comida en un restaurante de la zona, atendidos con gran amabilidad a pesar del retraso.


Al final unos 17 km bien trabajados, terminada la comida, vuelta a Cuenca. Estas salidas es lo que tienen, pasamos más tiempo en el coche que caminando, pero merece la pena. Os dejamos el trazado y perfil de la ruta de hoy:




Hasta pronto!!!


2 comentarios:

  1. Hoy ha sido una excursión de lujo, a juzgar por la fuente tan arregladita que hay en el camino. Zonas de un verde auténtico y primavera. Unos pinos como la "copa de un pino", con mil formas.....y como remate una buena comida y a casa. Estupenda excursión. Me alegro. Siempre paso envidia cochina, jajaja. Pasadlo muy bien.

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    1. Gracias Alicia, tu es que nos ves con buenos ojos!!! La sierra de Madrid es un mundo, y a un paso de la gran urbe, lo malo es que para los que no estamos acostumbrados a las masas de gente, nos viene un poco grande.

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