Dehesa de La Losilla

Domingo, 29 de Mayo de 2.016.


Este mes de Mayo se quiere despedir a lo grande, hoy tenemos un día típicamente otoñal, con agua, viento y nieblas, más propias del otoño que de esta primavera que poco a poco va buscando su ocaso.

Este domingo vamos a dar una vuelta por la dehesa de La Losilla, nos queremos asomar a sus bordes, desde donde podremos ver el valle del río Júcar y el canal de la Toba, lo que ocurre es que hoy con estas nieblas no vamos a ver mucho, pero vamos a disfrutar de un día de esos que nos gustan. ¡El agua es vida!.


De camino a Las Majadas, aparcamos el coche un poco antes de llegar a los llanos de Navalafuente. Vamos a coger un viejo camino que nos pondrá sobre el canal. Durante todo el viaje nos ha llovido, está tan cerrado el cielo que parece otoño, nos protegemos con los chubasqueros y comenzamos a caminar. 

Lo bueno de un día como el de hoy es que podemos disfrutar de imágenes como esta.




Empezamos a caminar bajo la lluvia por este monte en el que vamos a encontrar pinos, robles, sabinas y todo el monte bajo típico de la sierra.




Robles como este.








Si no es por los cambrones en flor,  a ver quien dice que es primavera.




Nos vamos acercando a los bordes de la dehesa,  y vemos que lo de ver..... va a ser complicado.




Las nieblas pasan rápidamente, impulsadas por el viento, al fondo vemos el canal que ya recorrimos en su momento.




El caso es que hay que aprovechar días como este, que cuando llegue el calor veraniego echaremos de menos.








Nosotros vamos a avanzar por el borde de estas rocas.




Este es el rincón de los lazos, seguiremos bordeándolo. 





Las viejas casas de la dehesa de La Losilla están ya inservibles.








Levanta la niebla y nos deja ver por donde hemos venido.




La humedad, y la neblina, nos deja imágenes como esta.




Atisbando un poco, vemos el fondo del valle, con el Júcar a su paso por los baños.




La orientación de estas laderas favorece la abundancia de Robles, y vemos como contrasta el verde de sus tiernas hojas, con los pinos de un tono más oscuro.








Robles, nieblas y roca.









La niebla está tan cerrada que le da al ambiente un carácter enigmático.




En esta zona de la dehesa hay muy buenos ejemplares de Sabina.




Que agradecen como nadie estas aguas primaverales para soportar los rigores del verano que se avecina.




Llegamos al puntal de Peñarrubia, desde aquí se debería poder ver el puente del canal sobre el barranco del Molinillo, pero hoy nada de nada.




Por la falda del puntal de La Zomatilla, allí a la derecha vemos sus laderas, haremos el camino de vuelta.




Entre tanto, seguimos disfrutando de las vistas.





Ha dejado de llover y parece que las nieblas empiezan a levantar. Estamos cerca de las casas de esta finca de la Losilla, si continuamos por el borde de esta ceja llegaríamos al rincón de La Primavera y el barranco del Molinillo, aquello también lo hemos recorrido en varias ocasiones, hoy no toca.





Estos días lluviosos dejan unos colores.......










Con las nieblas levantando.





Y con alguna ojeadilla de sol.....




Vamos a dejar esta ceja para ir volviendo al coche.




Allí arriba vemos otra ceja, la que une la Molatilla con el vértice de la Zomatilla, también hicimos por allí otra ruta hace algún tiempo, la podemos recordar aquí.




Nos adentramos en el bosque de robles, una maravilla.




Estas praderas, seguramente que se cultivaban en tiempos pasados.








Echamos un vistazo a parte de nuestro recorrido, con las nieblas que se resisten a levantar.




Mientras tanto las vacas a lo suyo, esta primavera se van a hartar a verde.




De vuelta, nos encontramos de nuevo con estos cojines amarillos, eso sí, algo pinchosos.




Y con este último vistazo atrás, nos despedimos.



Ya solamente nos queda caminar un par de kilómetros, casi paralelos a la carretera, para terminar la ruta de hoy que ha sido muy cómoda, sin grandes desniveles. Pero tenemos que recordar que en días como este, con tanta humedad, debemos extremar las precauciones a la hora de acercarnos a las cejas y bordes, la piedra suele ponerse algo resbaladiza y podemos tener algún disgusto.

Nosotros terminamos con unos refrescos en Cuenca. En el siguiente enlace podéis ver el trazado de esta ruta:



Hasta pronto!!!


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