Por la Dehesa de La Losilla. Serranía de Cuenca.

 Domingo, 17 de Abril de 2022.

Hace unas semanas, publicamos nuestra ruta por esa muela que nosotros llamamos del Cerro de San Bartolomé y La Zomatilla. Hoy, como dijimos entonces, caminamos por el piso de abajo. Nos asomamos en un bonito paseo, al cañón del Júcar, desde los bordes de la Dehesa de La Losilla. Muy cerca del pueblo de Las Majadas. Recorremos varios de los puntales que veíamos desde arriba. La primavera está avanzando, pero no termina de ser lo lluviosa que nos gustaría y sería necesario. En este momento en que redactamos esta entrada, ya hemos sufrido la primera ola de calor, este año a finales de Primavera, y contabilizamos ya miles de hectáreas arrasadas por los incendios en toda España, y no ha comenzado el verano. El caso es que ya se barruntaba algo así, el invierno también fue de los más cálidos que yo recuerdo, aunque mi memoria es bastante corta.

Empezamos esta ruta dejando el vehículo junto a la carretera, antes de llegar al paraje de Navalafuente. Bajamos hacia el rincón de los Lazos, donde nos ponemos sobre esa cornisa de roca tableada, que nos acompañará toda esta mañana. Caminando sobre esta cornisa, bordeamos la dehesa de La Losilla, nos asomamos a ver una pequeña cascada, y volveremos hacia el punto de partida. Por aquí hemos caminado muchas veces, esto es como andar por casa.


Rincones escondidos en la serranía.

A primera hora de la mañana, el sol empieza a entrar en el pinar. Ahí vemos el camino por el que bajamos al encuentro con la roca.

Que recibe los primeros rayos de sol de esta mañana.

Allí enfrente, al otro lado del valle del Júcar, la zona de Garcielligeros.

Ahora vamos a ir caminando por toda esta cornisa.

Bonito rincón este de los Lazos, lástima de primavera tan seca.

Aunque este pequeño barranco, no es de llevar agua, en las épocas más lluviosas seguro que da juego.

Los Gamones van ganando posiciones entre el pedregal.

Las grandes paredes del cañón del Júcar, desplomándose hacia el Tranco.

Un poco de postureo.

Un poco más de postureo trasero.


Y seguimos ruta, con la mirada puesta en los giros del canal.

Y en aquellos dos senderistas, con sus gemelos. Unas vistas diferentes desde allí abajo.

Nos acercamos a base de zoom, a la zona del Tranco, muy transitada en verano.

Pero nosotros caminamos en sentido contrario. Dejamos el valle del Júcar a nuestra derecha.

En los puntales, la primavera va ganando terreno.

Pero aquí lo que predomina es la roca.

Allí abajo, ya podemos ver el puente de Royo Frío, y el canal aquí abajo.

Un poquito más cerca.

Con estas vistas, lo que procede es parar a almorzar.

Hacemos la parada del almuerzo, como de costumbre. Las vistas inmejorables, y hace una mañana extraordinaria para estar en el monte. 


Allí arriba, la muela por la zona del mirador del Tío Cogote.

Y aquí las sabinas que abundan en esta dehesa de La Losilla.

Para los Robles, la primavera todavía está por llegar.

Vamos bordeando toda esta cornisa rocosa.

En el vallejo que vemos delante de este puntal, se encuentra el siguiente punto interesante de la ruta.

Pero antes de nada, a nuestro paso, se inicia un "rondo de Buitres"

De tres en tres.

En vuelos rasantes.

Dueños de aire y roca.



Un lujo, poder disfrutar de imágenes como estas.

¿O no?

Ahora, buscamos la bajada para ver una pequeña cascada, escondida, en este vallejo que vierte aguas al Júcar. 

Con muy poca agua, y más esta primavera tan seca, mantiene un caudal prácticamente permanente, es el desagüe natural de un manantial que hay un poco más arriba, cerca de la Zomatilla.

Ver agua, siempre es vida.

Mas postureo.

Desde este punto, vamos a ir buscando el camino de vuelta, por los prados de la Losilla, caminamos hasta el punto de inicio de ruta.  

Salimos del vallejo, y es inevitable sacar vistas como esta, con los puntales de La Muela, La Modorra, y el serpenteante valle del Júcar.

Dejamos atrás prados y vacas.

Y con los gamones pidiendo paso, nos ponemos en el final de ruta en un momento.

Gamones y Orquídeas, que en la serranía tenemos buenas colonias de estas frágiles plantas, tan bellas como efímeras.



Pues si, al final otra buena mañana en el monte, caminando por terrenos muy familiares, pero que cada día nos aportan algo nuevo. A un paso de Cuenca, paraísos por descubrir. No dudéis en echaros al monte, lo vais a agradecer. Nosotros buscamos refugio a la vera de una buena mano de tercios, la mañana entró en son y terminó con tintes veraniegos. 


Hasta pronto!!!



2 comentarios:

  1. Hola Luis.

    No hace mucho estuve yo triscando por el Rincón de la Primavera y la Losilla, y es que esos bordes tienen tantas posibilidades, siempre con el valle del Júcar presente, que se pueden hacer un montón de rutas distintas y todas chulas. Yo esa vez descubrí una cosa que no conocía. A ver si no tardo en confeccionar la entrada y os lo enseño.

    La cascada esa en invierno bueno en humedad tienen unos carambanos .
    cojonudos..
    A punto de verte dos veces pero no tenemos suerte en coincidir ;-)

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Joerrrrr Toni, ya me van contando, que vamos como el ratón y el gato. Jajajajaja. Bueno, ya nos veremos y me contarás esas novedades que adornan tu día a día últimamente. Mucho ánimo, que todo lleva su tiempo.

      El caso es que siempre decimos que por mucho que visitemos un paraje, siempre encontramos algo nuevo o diferente, eso es así. Yo ya he apuntado esta cascada para ir en invierno, si es que vuelve a llover y sobre todo a helar como antaño. Esperando esa entrada a ver que es lo que nos cuentas.

      Un saludo Toni.



      Eliminar