Peña Betaya, barranco de la Sorquilla

 Domingo, 25 de Abril de 2021.


Llegamos al final de Abril, y hoy volveremos a subir a La Muela. Concretamente al Alto de la Muela, sobre la ceja de Peña Betaya, ese gran paredón que vemos en la zona ya de cola del embalse de La Toba, junto a la pista forestal de Pie Pajarón.

Nosotros hoy vamos a subir desde el borde del embalse de La Toba, dejamos el vehículo junto a la carretera, en una de las zonas donde en verano suelen acudir los bañistas en masa a refrescar sus cuerpos. Cruzamos la carretera y empezamos el ascenso que nos lleva por una loma, hasta el alto de la Muela, desde allí nos asomaremos sobre Peña Betaya y seguiremos ruta para buscar la bajada por el barranco de la Sorquilla, por aquí ya hemos subido alguna vez, pero en esta ocasión lo haremos de bajada, una ruta variada y sencilla para esta engañosa mañana de primavera.

Se anunciaban lluvias para hoy, pero al final el sol ganó la partida, en contra, un viento desagradable, nada nuevo. El caso es que emprendemos la marcha, disfrutando de los colores que han dejado las lluvias de estos días pasados, y de las vistas que vamos a ir teniendo.



Mientras nos colgamos las mochilas, nos fijamos en este puntal sobre el embalse, justo sobre una pronunciada curva donde hay un mirador al embalse. Nosotros subiremos por la parte izquierda de la imagen.

Aprovechando este paso entre la roca, vamos ganando altura.

Y empezamos a tener buenas vistas de los puntales de la Muela.

Y de las aguas del embalse, con Monteagudillo allí de fondo, inconfundible.

A nuestra izquierda, vemos el barranco de la Sorquilla, por donde bajaremos después.

Y a nuestra espalda, la presa del embalse, y la Modorra a la izquierda.

Seguimos subiendo por una especie de cresta en constante ascenso.

Y poco a poco, el sol hace acto de presencia sobre el embalse.

La cola del Boquerón, ruta muy recomendable, por debajo de aquella línea de roca, discurre un sendero que nos dirige a la Cueva.

Ganamos altura sobre el barranco de la Sorquilla.

Tanta, que nos ponemos a la altura de la corona de Monteagudillo.

Las hojas de los gamones, bebiendo agua.

En un momento, nos ponemos en el alto de la Muela.

Más que un alto, una llanura que se asoma al embalse en uno de los paredones más impresionantes de esta muela.

Claro, que si hablamos de puntales y paredones, este tampoco está mal. La Muela nos regala estas imágenes tan bellas.

Estamos sobre Peña betaya.

Con sus sugerentes terrazas asomadas........

.......al embalse de La Toba, una imagen muy refrescante.

Vamos asomándonos a los abismos.

Y vamos buscando el abrigo de los vientos, toca hacer una paradiña.


Y bota en mano, cobijados de los vientos, hacemos una parada a almorzar. Estamos más o menos en la mitad de la ruta, y vamos a recrearnos un poco en estas paredes.


Paramos un rato, almorzamos, y seguimos ruta. Ahora vamos a caminar por estos altos, para buscar una bajada al barranco de la Sorquilla. Es un barranco transitable, que no lleva agua más que cuando las lluvias son persistentes, no podemos olvidar que toda esta muela es un gran sumidero, que filtra las aguas para luego devolverlas a la luz en innumerables manantiales y surgencias.


Pasamos junto a este viejo del lugar, que ya sucumbió a los años y las tempestades.

Tiramos un poco de zoom, para acercarnos a la casa de Prado Villatejas,

La cosa hoy es cómoda, vamos por un viejo carril, buscando la bajada.

Y comprobando de primera mano, la evolución de nuestros gamones, ¡es que estamos por toda la sierra!. jejeje.

llegamos a uno de los lapiaces de la muela, y por aquí es por donde bajaremos, un pequeño vallejo que nos conduce a la Sorquilla.

De vez en cuando, la boca de una sima, en la muela hay muchísimas.

Y piedra, estamos en territorio pétreo. 

Ya en la parte alta de la Sorquilla, el barranco es dulce, nos presenta su cara más amable.

Con algún  pino volcado, pero que no nos dificulta el avance.

Pero enseguida nos enseña su verdadera esencia pétrea.

Con algún resto de aguas caídas estos días, que enseguida se filtran al subsuelo.

Y sus pequeños saltos que, por un lado o por otro, superamos sin problema.

Estamos en el tramo final del barranco.

Se encajona un poco en algún tramo.

Bajamos por estas angosturas.

Y un poco más abajo, este salto nos hace buscar un paso lateral, sin problema lo superamos y nos acercamos a su base a contemplar.

El agua aparece y desaparece.

Pero aunque sea escasa, siempre es bienvenida.

Al final se ha vuelto a nublar, y se pone la mañana amenazante.

Pero ya solamente nos resta este último escalón, para llegar al final de la ruta.

Salvado el último paso, continuamos el tramo final por una vieja senda junto al barranco.

Estamos en la senda, el barranco en este tramo se cierra mucho de vegetación, ahora por aquí se camina mejor.

Ya estamos por debajo del nivel de los paredones de la muela.


Y pasamos por la vieja carretera. Antes de ser arreglada, iba copiando cada uno de los vallejos que desembocan en el embalse, con sus curvitas correspondientes. 

Allí detrás dejamos el viejo puente, amenazando derrumbe. Estamos a escasos metros del final.


En este punto estamos finalizando la ruta, otra buena mañana en el monte, caminando por sus crestas, cortados y barrancos. Un lujo al alcance de todos. La lluvia nos ha respetado, ponemos rumbo de vuelta con parada a hidratar, en algún punto de la Serranía.


Hasta pronto!!!






2 comentarios:

  1. Hola Luis.

    Otra buena circular que nos proporciona el barranco de la Sorquilla, en este caso pasando por uno de los paredones más espectaculares de la Serranía. Por mucha foto que se haga, no superara la sensación de estar en sus bordes.

    Alguna vez se me ha pasado por la cabeza, intentar transitar por su base, pero cuando miro desde la carretera aquello muy empinado hasta la misma roca.

    Un saludo.

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    1. Pues si Toni, aquello debe ser un poco trabajoso de caminar. Pero todo es probar.

      Esta pared tiene algo que atrae a cualquiera, siempre es bueno volver desde un puno u otro. Y los barranquetes que bajan de la muela le ponen la guinda a cualquier ruta, un lujo.

      Gracias Toni.

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