Hoz de Marichica II

Domingo, 1 de Marzo de 2020.


Primero de Marzo de 2020, un mes que no olvidaremos jamás, ahora lo sabemos. Este año empezó a lo grande en cuanto a nuestras rutas senderistas, y nos fuimos con unos amigos a Vega del Codorno, visitamos la hoz de Marichica y lo podemos recordar en el siguiente Enlace a Marichica. El caso es que aquel terreno me gustó tanto, que no podía pasar mucho tiempo en volver con el equipo titular. Y hoy era el día elegido, preparamos la ruta, un poco diferente a la que hicimos aquel día, pero con la misma esencia.

La cuestión es que hoy nos ha amanecido un día lluvioso, y eso nos va a condicionar la marcha, pero también nos va a mostrar los mismos paisajes en dos momentos diferentes, y ese es el motivo de esta entrada, aunque parezca repetitiva, siempre es bueno conocer los terrenos en distintas circunstancias y condiciones. El agua y la niebla le dan al monte un toque especial, y hoy lo vamos a comprobar.

Empezamos en el barrio de La Cueva, subimos a la misma y remontamos el pequeño barranco que no es tal, hasta el collado del Sarracín en la cabecera de la hoz de Marichica, para hacer allí un pequeño tramo de barranco con sus divertidas trepadas, y acometer la hoz en descenso.


La hoz de Marichica, hoy con agua.

Vamos subiendo a la cueva, y la densa niebla va ocultando las casas del pueblo.

En el rincón de la Cueva, la niebla se adueña de nuestro camino.

Dejamos la cueva atrás y nos disponemos a subir por este pequeño escalerón, por aquí las aguas corren libres cuando las lluvias son abundantes.

Por detrás, todo se oculta tras la niebla, de momento no llueve.

Sobre el escalerón del rincón, la roca se abre para dejarnos paso a la parte superior, y caminar ya por terreno llano y cómodo.

Vamos subiendo, la roca está completamente mojada y hay que tener cuidado con los resbalones.

Enseguida se acaba la roca, y caminamos por estos páramos, poblados de buje y otros arbustos.

Y la niebla, hoy es fácil desorientarse.

En todo momento debemos seguir el cauce de este arroyo seco, que nos dejará en el Collado del Sarracín.

Detrás de aquellos pinos encontramos el collado en cuestión, está empezando a llover, tenemos que hacer una parada a almorzar antes de que arrecie.

Empezamos a bajar, ahora las aguas de estos vallejos vierten al arroyo de Las Salinas, que es el que discurre por la hoz de Marichica. Los viejos tocones, engullidos por el ciclo de la vida.

En uno de ellos paramos a almorzar, y vemos que la vida sigue su curso.

El pequeño pino se aferra al cobijo de su ancestro.

Según el mapa, en este vallejo se encuentra la fuente del Sarracín, nosotros encontramos algo de agua.

Y viejos troncos.

Siguen las limpias, en el monte queda mucho por hacer.

En la cabecera del Arroyo de Las Salinas, confluyen varios vallejos que finalmente le dan cuerpo al Arroyo. A la derecha de nuestra marcha encontramos dos de ellos, nos adelantamos hasta el segundo, que viene desde el refugio de la Cañada de Las Tablas, para remontarlo en su tramo más abrupto, que con alguna trepada cómoda resulta muy entretenido. Luego bajamos por el otro vallejo haciendo un pequeño bucle. Desde aquí todo bajada por la senda de la Hoz de Marichica. 


Nos metemos en el barranquete, con cuidado ya que la roca mojada es traicionera.

Una pequeña trepadita.

Paso estrecho hacia otra trepada.

Los musgos se regocijan con estas aguas.

Un pequeño empujón y arriba.

Continuamos subiendo un poco, y enseguida nos desviamos hacia la derecha, para bajar por otro vallejo y encarar la hoz.

Cuando nos disponemos a encarar la senda de bajada, hubo un cambio de tiempo repentino, el viento ganó fuerza, silbando endiablado en las copas de los pinos, y la lluvia insistente nos hizo apretar la marcha. Pocas imágenes pudimos sacar en la hoz, pero ya la hemos recordado en el enlace del principio, aquella mañana estaba soleada y los paisajes cambian mucho. Nosotros bajamos disfrutando de la humedad y el viento, que no siempre es posible.


Encaramos la senda de bajada.

Con las nieblas aferradas a la roca.

A ese corral solo le falta una buena lumbre esta mañana.

Ya en el tramo final de la hoz, el agua arrecia.

Y el arroyo allí abajo, que acoge estas lluvias con agrado.

Contemplamos y soportamos las aguas, estamos saliendo de la hoz.

Y en un momento llegamos al barrio de Los Migueletes.


La ruta ahora tenía dos opciones, volver por la carretera hasta el barrio de La Cueva, o subirnos de nuevo a la ceja que flanquea esta Vega, para llegar hasta la Cueva por el monte. El caso es que las nieblas, el viento y la lluvia, nos hicieron desistir, y optamos por agilizar la marcha en carretera. En un momento llegamos al final de la ruta.

En el barrio de La Cueva, saciamos la sed del camino a la par de la lumbre. Terminar una ruta con unos tercios en torno a una buena estufa de leña, donde secar la calazón del camino, no tiene precio. Y para rematar, un buen menú serrano junto a la chimenea, en otro de los establecimientos del pueblo. Una mañana de lujo en el corazón de la sierra, siempre valoramos estos momentos, pero en las circunstancias en que escribimos estas líneas mucho más.

Os dejamos el trazado y perfil de esta ruta serrana, muy recomendable:



Hasta aquí nuestro repertorio, esto fue a principios del mes de Marzo, luego llegó la Pandemia, el Estado de Alarma y el confinamiento. Días duros, grises, días en los que la zozobra y el desánimo viajan libres. Pero confiamos en que el tremendo esfuerzo y trabajo, de todos los que están en primera línea de la lucha, de sus frutos, y podamos volver a una relativa normalidad lo antes posible, para poder volver al monte y desde luego seguir contándolo. Nosotros de momento NOS QUEDAMOS EN CASA.



¡Gracias a todos!





Hasta pronto!!!






No hay comentarios:

Publicar un comentario