Volando en globo, crónica de una ruta diferente (II)

Sábado, 22 de Febrero de 2020.


Después de sufrir vientos, tempestades y otras circunstancias, tal y como podemos recordar en la Primera parte de esta aventura, llegó la calma. Nos presentamos en el día 22 de Febrero, día de vuelo, tras la inspección a los cielos a primera hora de la mañana, respiramos tranquilos. 7:30 am. hora de quedada con el equipo de A Vista de Globo, todo va bien, nos vamos para el punto de despegue. De camino, vamos viendo el amanecer en la hoz del huécar, hay una luz especial en estas mañanas tan despejadas, pronto el sol hace acto de presencia en los farallones. Antes de montar el Globo, un nuevo control a los vientos, todo en orden, ¡Hoy si!.

Parece que hoy si se dan todas las condiciones, habrá vuelo, antes de nada unas nociones sobre seguridad en el vuelo, y empiezan las labores de montaje e inflado del globo, la vela enseguida gana volumen y se levanta del suelo, mientras tanto la cesta permanece amarrada al suelo, subimos tal y como nos han indicado, todo listo, despegamos.

Y ahora viene lo difícil, ¿como explicar esto?, pues resulta muy complicado expresar lo que se vive en esa cesta, es una mezcla de sensaciones. Ahora a toro pasado, nos damos cuenta de que la larga espera, no ha hecho si no realzar esas sensaciones, y yo creo que lo hemos vivido más intensamente que si hubiésemos volado el primer intento, es una percepción mía nada más, así es que "no hay mal que por bien no venga".

Nosotros vamos a intentar desgranar a base de imágenes, esas sensaciones. Hoy el reportaje es extenso, quizás demasiado, pero a ver que foto quitamos, yo ya he recortado todo lo posible. El caso es que cada persona que lea esta entrada, ha de hacer un ejercicio de "teletransportación" e intentar ponerse en el lugar en que nosotros nos encontramos, la cesta de un globo aerostático suspendido en el aire, desde el que vamos a contemplar esas maravillas que tantas veces hemos visto a nivel del suelo. Solamente así, conseguiremos sentir algo parecido a un Vuelo en Globo. Así es que, pinchad en cada imagen y transportaros a ese mundo de sensaciones.


Y es que esta ciudad, la mires desde donde la mires, quita el sentido.

Pero como lo primero es antes, empezaremos por el principio. En el punto de despegue, hay que bajar la cesta del globo y desplegar la vela sobre el suelo para empezar a llenarla de aire, y posteriormente calentar ese aire para que gane volumen y levante la vela. Cada miembro del equipo de A vista de Globo tiene su cometido en estas operaciones, cometido que cumplen coordinadamente a la perfección. Pero hoy nuestro hombre es Javi, el piloto, que con gran habilidad, y naturalidad revisa cada uno de los elementos esenciales para el desarrollo del vuelo.


Aquí lo tenemos, desplegando la vela, con la cesta en posición y el gran ventilador que llenará de aire el globo.

El globo va cogiendo volumen, y es el momento de cerrar el paracaídas, esa gran tapa que cierra el globo en la parte alta y que sirve para desalojar el aire caliente cuando el piloto quiere descender.

En un momento tenemos la vela llena de aire, esto va tomando forma.

Y desde aquí, el interior del globo, con el entramado de cables que unen nuestro habitáculo con la vela. 

Una vez lleno de aire, entra en juego el quemador, que en dos soplidos calienta lo suficiente como para poner en pie esa bola amarilla.

Pero ahora que me doy cuenta, nos hemos saltado un paso importante. Antes de desplegar la Vela, nos subimos a la cesta en el orden establecido por los técnicos, para recibir la charla de seguridad. La cuestión es que el grupo tenía un poco de incontinencia, verbal, por supuesto, a otros les da por otro tipo de incontinencias, a nosotros nos dio verbal, y Javi se las vio negras para hacernos escuchar sus juiciosas indicaciones.


Claro, con Alejando revoloteando con el móvil y sus directos, pues tampoco ayuda. Jajajajaja.

El caso es que al final, escuchamos atentamente a Javi y sus explicaciones sobre el vuelo, como ubicarnos en la cesta, y las distintas maneras de aterrizar, cosa que es fundamental para el buen desarrollo de la mañana. 

Un poco de postureo mañanero antes del despegue.

Y Javi dando gas, con la vela a punto de elevarse. Esto está que arde.

Rápidamente el globo se pone en pie, es el momento de embarcar definitivamente, ya no hay vuelta atrás. La presión del aire caliente, hace entrar en tensión la amarra que une el globo a tierra, y en el momento preciso Javi suelta amarras, estamos en el aire.


Allá vamos, el globo gana altura para superar la primera linea de pinos, y suavemente se deja caer al interior de la hoz.

A partir de este momento se acabaron los miedos, las incertidumbres y los nervios, ahora solo queda disfrutar de esta experiencia única por la hoz del Huécar, o donde nos lleven el viento y la pericia del piloto. Acordaos de la teletransportación, este es el momento.


A cada imagen, hay que pensar que estamos sobre esta cesta, suspendidos en el aire del Huécar.

Y de vez en cuando, sentiréis el cálido soplido del quemador sobre vuestras agitadas cabezas.

¿a que si?

Desde aquí las perspectivas son nuevas, con el zoom nos acercamos al mirador del rincón seco, luego pasaremos por debajo, y atisbamos el casco antiguo, con la catedral.

Bajo nuestros pies, las rocas de la hoz, por las que tantas veces caminamos.

Y sobre nosotros la vela, allí arriba el paracaídas.

Desde aquí la hoz parece mas grande.

Nos acercamos a uno de los puntales de la hoz, aquí tuvimos un encuentro con un par de Corzos, Cuenca es naturaleza y patrimonio, y ambas cosas confluyen apenas en unos metros de distancia.

Superamos el puntal y nos ponemos directamente frente al Casco Antiguo, con los primeros rayos de sol entrando en la hoz.

Una mirada atrás, gran recorrido por la Hoz.

El equipo de rescate, también hace un gran reportaje fotográfico, por allí venimos.

Pasamos bajo el puntal del mirador del Rincón Seco.

Y frente al hocino en el rincón de Mirabueno, cuantas veces hemos captado imágenes del globo desde estas sendas que recorren las hoces.

Llegamos al Casco Antiguo, un golpe de quemador ¿lo habéis notado? y superamos el puntal del parador, nos quedamos suspendidos literalmente sobre la vertical de las Casas Colgadas. Javi nos explica que hemos salido de la corriente de la hoz, y al situarse la vela del globo entre dos capas de aire, no tiene corriente, la sensación es como si hubiésemos echado el ancla.



Hemos pasado sobre el parador, nuestra sombra toma posesión de la hoz del júcar.

Y es que desde la altura en que nos encontramos, alcanzamos a ver la hoz del Júcar, la plaza mayor, la catedral, el obispado, todo el cogollo del Casco Antiguo.

Que con esta luz tempranera, reluce como nunca.

Con la altitud que ha cogido el globo, y aprovechando que estamos anclados en el aire, nos da tiempo a echar una ojeada a lo que tenemos delante. Vemos el río Júcar, el barrio de San Antón y el puente sobre el río, la subida hacia San Julian, en definitiva, el comienzo de la hoz del Júcar, otro día volamos por allí. jeje.

Estamos sobre la vertical de las Casas Colgadas, un espectáculo que no podemos ver fácilmente desde esta perspectiva.

Nos acercamos un poco más.

Nos acercamos también a la Torre de Mangana, con esta toma muy poco habitual.

Y al Júcar, con su ribera en modo invierno.

Hay que seguir camino, el globo coge viento y seguimos navegando los cielos de Cuenca. Vamos a pasar sobre el Casco Antiguo, cruzaremos del Huécar al Júcar camino de la ciudad moderna, pero mirando siempre a lo que vamos dejando atrás, que las vistas desde aquí arriba son espectaculares.


Cruzamos la calle Alfonso VIII, pero un poco más arriba de lo normal, desde aquí vemos las dos hoces.

Pedimos audiencia en el Ayuntamiento.

No me digáis que esta no es una ciudad monumental.

Lentamente nos asomamos sobre la hoz del Júcar, ¡cuantos paseos por estas sendas!

Delante de nosotros aparece ya la parte baja de Cuenca, la ciudad moderna, que vista desde aquí arriba tampoco está mal.

Pasamos sobre las curvas de la Audiencia, que en apenas cuarenta días serán escenario del evento más importante de la ciudad de Cuenca, su Semana Santa. En Viernes Santo, ver bajar por aquí a Los Cristos en la procesión del medio día es algo que hay que ver al menos una vez en la vida.
El parque del Huécar.....



Ya hemos salido del Casco Antiguo, y dejamos estas vistas atrás, los restos de muralla, la hoz del Júcar......

El bario de San Miguel.....

Avanzamos sobre el Carrero.....

Cruzamos el río Júcar y nos situamos sobre el barrio Fuente del Oro. 

Su plaza.....
Ahora hemos cogido de nuevo bastante altura, y volvemos a estar prácticamente parados, esto nos permite echar otro vistazo a todo lo que nos rodea. Desde aquí, aparece imponente la hoz del Huécar.



Y hacia la dirección de nuestro avance, la zona de Nohales.

Es un buen momento para una foto de grupo.

La torre del Telégrafo, y detrás el curso del Júcar, marcado por ese río de chopos desnudos, quisimos verlos en Otoño, ¿volveremos?.

La plaza de toros, tampoco solemos verla así.

Queríamos Otoño, pero este final de invierno está teniendo maneras de Primavera, hemos tenido la suerte de encontrarnos los Almendros en plena explosión floral.

A base de Zoom, nos acercamos el Cerro del Socorro, parece que me veo por allí caminando.

Abrimos un poco el plano a la Sierra de La Pila.

La Sierra de La Pila, y buena parte de la Sierra de Cuenca vemos desde aquí, me atrevo a decir que hasta el Collado Bajo estamos viendo.

Esta aventura va tocando a su fin, en lo que se refiere al vuelo, vamos sobrevolando la zona del Terminillo, y los terrenos de labor remarcados por los Almendros en las lindes, nos regalan unas imágenes muy buenas.

Pero nosotros queremos aferrarnos a estas imágenes de Cuenca.

Las acercamos un poco más a base de Zoom.

Y otro poco más, como queriendo volver, pidiendo un cambio de viento que nos devuelva a las hoces.

Pero no hay nada que hacer, nos centramos en los almendros linderos.

Y nuestra sombra, por que la sombra del globo ya la hemos hecho nuestra, nos acompañará para siempre. La sombra y ese rugido del quemador, por que lo habéis escuchado.........

Es el momento de tomar tierra, el piloto va buscando un lugar despejado donde posar el globo, nos indica como hemos de actuar en este momento, el aterrizaje va a ser tranquilo, no hay apenas viento y como si de una pluma se tratase, Javi deposita el globo en tierra. Todo en orden, el vuelo ha terminado sin novedad. El vuelo ha terminado y es un placer ver como Javi maneja con mimo ese gran aparato, con soltura y naturalidad logra hacer olvidar cualquier atisbo de nerviosismo o desconfianza. Gracias Javi.


Estamos en tierra la alegría es inmensa.

Terminado el vuelo hay que recoger, seguimos las indicaciones del piloto para ir bajando según va perdiendo fuerza la vela, si no, volvería a elevarse la cesta. Con todos en tierra, hay que volcar la vela. Poco a poco pierde volumen y cae al suelo, es el momento de recogerla e introducirla en su bolsa.



El globo pierde volumen y empieza a caer a tierra.

Con el cabo corona se dirige la caída de la vela, y nos sale una imagen muy estética del globo.

Con la vela en tierra hay que recogerla, las chicas se emplean a fondo. El resto ya tal.......

Con la vela en su sitio, continúa la liturgia del evento. Entrega de diploma, brindis con cava local, y finalmente desayuno para concluir esta jornada matutina inolvidable.


El piloto es el encargado de entregar los diplomas de vuelo, ahí los tiene.

Un brindis por todos ustedes.

Y una cervecica. 

Finalmente el desayuno, nos tocó a cubierto por que todavía es invierno, cuando el tiempo es bueno se suele hacer en el lugar del aterrizaje, pero el lugar es lo de menos, lo importante es compartir este momento entre todos y cambiar impresiones sobre la experiencia y cualquier otro asunto.



Después de una intensa mañana, un momento de relax. Un buen punto final a esta mañana,  que para nosotros ha sido mucho más que una mañana, y creo que para el equipo de A Vista de Globo también, no en vano han tenido que sufrir tres cancelaciones de vuelo, con lo que ello supone, y nos han tenido que sufrir a nosotros mismos durante estos meses, jajajajajaja. Pero al final creo que ha merecido la pena,  ya digo que nosotros lo hemos disfrutado enormemente, y todos ellos parece que también,  así es que todos contentos.

Hemos superado vientos, tempestades, nieblas, agua a mansalva, y alguna otra circunstancia ajena que nos guardamos en los archivos de la memoria, pero lo que no te mata, te hace más fuerte, así que aquí estamos, y por lo que a mi respecta, seguro que repetiremos. Gracias a todos.

Por cierto, esta aventura no ha terminado aquí, pendiente queda hacer una ruta por la serranía con el equipo de A Vista de Globo, yo ya la tengo pensada, solo falta cuadrar agendas. Alejandro!!!!! 


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Siete días después del vuelo, Sábado, día de paseos por las sendas de las hoces, ruta mañanera por la hoz del Huécar, las sendas que rodean la ciudad son algo que tenemos que cuidar y promocionar, pero sobre todo disfrutar, que para eso las tenemos a un paso de casa y sin coger el coche.



Desde la senda que nos lleva a la Cueva de la Zarza, vista al casco antiguo. Ni rastro de globo alguno.

¿Habrá sido un sueño?





 Hasta pronto!!!

2 comentarios:

  1. Hola Luis.

    Una maravilla. Como lo tuvisteis que gozar. A ver mi madre que le parece. Yo me imagino que en un futuro no muy lejano terminaré probando el globo.

    En efecto, aquello que se ve es el Collado Bajo.

    Luego te comento por Facebook que tenemos este mes un domingo libre Maru y yo para uniros a vuestra compañía, a ver si lo conseguimos.

    Un saludo

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    1. Buenas noches Toni, seguro que tu madre disfrutará del viaje, es algo relajante y muy recomendable.

      El collado tiene una silueta inconfundible, lástima de otros 500 metros más de altura, jajaja.

      Pues a ver que día es ese para ir organizándonos!!!

      Hasta pronto.

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