Subida al Poste, en La Frontera, la bajada.... ya tal.

Domingo, 14 de Julio de 2019.


Este verano está siendo muy cálido y extremadamente seco, pero de vez en cuando refresca un poco y hoy hemos tenido la suerte de disfrutar de una bajada térmica, después de una semana de órdago.

La verdad es que lo vamos a agradecer, hoy nos metemos en un berenjenal de los nuestros, y si el calor afloja, todo va mejor.

Como suele ser habitual en verano, no preparamos mucho las rutas, vamos haciendo algo ligero sobre la marcha para ir pasando las canículas lo mejor que podemos. Y hoy ha surgido la posibilidad de subir al Poste, en La Frontera, esta zona no es habitual para nosotros y nos ha hecho gracia la ruta, trazada en el mapa no pinta mal, aunque hay líneas de nivel que auguran grandes esfuerzos, y algún que otro imposible.

El Poste, ha resultado ser un alto con una cresta muy estética, aunque poblada de pinos, sus cuchillos nos han cautivado. Con 1430 metros de altitud, es un buen mirador al campichuelo, a la puerta de la Alcarria y parte de la Serranía, cuando los pinos nos dejan atisbar.

Hoy, como cada día que pisamos terrenos nuevos, ha sido una constante sorpresa. Dicho esto tenemos que hacer alguna advertencia.

  • No hacer en casa bajo ningún concepto
  • Manténgase fuera del alcance de personas no acostumbradas a ver truncadas sus espectativas
  • No dejar al alcance de los niños
  • Consultar con personas cabales antes de emprender estos retos
  • Tomar unos tercios al terminar, todo se ve mucho mejor, ¡donde va a parar!

Que nadie se asuste, que nos vamos a explicar. La ruta de hoy nos ha parecido espectacular, terrenos nuevos y paisajes diferentes, que no hacen mas que confirmar la gran riqueza de nuestra serranía. Llegamos a La Frontera y cogemos unos caminos que nos acercan a la montaña que viene desde el Campichuelo hacia Cañamares, destaca el alto Poste, aquí se celebra una carrera por montaña, y prácticamente nosotros vamos a hacer un recorrido muy similar al de la carrera, aunque en sentido inverso, cosa que al final tiene su importancia.

El primer hallazgo de la mañana, cuando cogemos los caminos,  es la gran dehesa de Robles con la que nos topamos. Robles sobradamente centenarios, no acertamos a saber que nos sorprende mas, si su edad o la cantidad de ejemplares que nos encontramos, otra de esas joyas que no tenemos valoradas suficientemente, algo espectacular.

Dejamos el vehículo en la Dehesa, y empezamos a caminar por un viejo carril, en busca de la senda del Poste, una vieja senda que nos va adentrando en el barranco que nos sube al Collado Moreno, hasta aquí todo bien, Robles centenarios, sendas ancestrales, y una subida constante aunque llevadera. Desde el Collado Moreno acometemos la subida al Poste campo a través, y llegamos a la cresta y vértice geodésico, donde paramos a almorzar, la ruta va bien, pero ahora hay que buscar la bajada.

Y es a partir de este momento, cuando empiezan nuestros quebrantos. Lo iremos viendo poco a poco.



Pero lo primero es antes, y estos Robles nos han dejado boquiabiertos.

Hemos estacionado y vamos a empezar la caminata por este viejo carril en busca del camino del Poste.

Algunos de estos robles acusan ya el paso de los años y presentan parte de sus copas con notable deterioro.

La mayor parte de ellos conserva todo su vigor de antaño.

Solamente este paseo ya merece la pena, podríamos estar horas deambulando entre estos gigantes.

Impresionante.

Pero tenemos que seguir nuestro camino, vamos a enlazar con la senda.

Y como la senda va ganando altura, alcanzamos a ver el estrecho de Priego, con el cerro de La Degollá y el mirador del Rodenal presidiendo sus flancos.

Enseguida nos vamos adentrando en el paisaje que va a dominar el recorrido de esta mañana, monte bajo y piedra suelta, esa jodida piedra suelta.

De momento avanzamos por la vieja senda que nos sube al Poste, y nos deja unas imágenes del barranco, sencillamente preciosas.

Terrenos áridos y rocosos, cubiertos por vegetación altamente resistente a este medio.


La senda, avanza barranco arriba, con sus muros reforzados, a base de roca apilada, grandes obras serranas en aquellos tiempos.

Si miramos atrás, vemos parte del Campichuelo, los campos están en tiempo de recolección.

Y mirando hacia arriba, los chicos transitan por los caminos históricos de la serranía. ¡Que gran red de comunicaciones! ni el 5G.......

Ya se deja ver el pueblo de La Frontera tras esta cresta rocosa.

Y a pesar de lo seco del tiempo que tenemos, encontramos alguna zona fresca y húmeda aguantando los verdores, muy cerca del collado Moreno.
Desde el Collado Moreno, un poco de campo a través y nos ponemos en la cresta que nos deja en el vértice del Poste. Allí parada y almuerzo, y a plantear la bajada, que se presenta incierta. No sabemos lo que nos vamos a encontrar, aunque me lo barrunto. Tenemos trazada la bajada por el barranco de la Cañada del Royo, y presenta sobre el mapa unos desniveles que habrá que explorar.


De momento caminamos por la cresta del Poste.Cubierta de pinos.

Aquí abajo vemos por donde hemos ido subiendo.

Y de repente nos encontramos con la mesa adecuada para nuestro almuerzo. Y a la sombra, en estas altitudes corre una brisa muy agradable.

La cresta sigue, veremos hacia donde nos conduce.

De momento, allí abajo queda La Frontera.

Y más allá, entre la bruma de esta mañana de verano, la zona de la Alcarria Conquense.

Seguimos caminando y la cresta se pone interesante.

Se pone puntiaguda.

Emergen grandes bloques rocosos en forma de cuchillos, con el estrecho de Priego allí al fondo.

En fin, que la naturaleza es caprichosa.

Estrecho de Priego al fondo, buena referencia en todo momento en esta ruta. Realmente la primera idea era bajar por esta cresta intermedia que vemos delante del estrecho, pero por medio queda el barranco del Royo, bajaremos al fondo, y una vez allí decidimos descender por el si es que es posible.

De momento seguimos caminando por la cresta, nos está sorprendiendo muy gratamente, pero tenemos que hacer un pequeño inciso, y es que hoy es una mañana especial, nuestro aprendiz de montañero, (si lee esto me "espeña" por algún barranco), viene de coronar el techo de los Pirineos, el 6 de Julio hizo realidad uno de sus sueños, haciendo cumbre en el mítico Aneto, las imágenes dan buena cuenta de su estado de ánimo.



Esta, un poco más Olcade, como dice el.


Y esta otra, felicidad en estado puro. Por cierto, los cables no sujetan la cruz.......... jijijiji.




Intentamos bajarlo de la nube sin éxito.

Y continuamos sorteando bloques de roca. 

Siempre con buen acceso por un lado o por otro.

No imaginábamos que encontraríamos esta maravilla en esta sierra.

Estamos llegando a la zona en que la cresta se desploma, hacia el barranco por el que pretendemos bajar.

Vamos hacia abajo, a ver que nos encontramos.

De momento, nos situamos en el final de la cresta, que continúa en la otra parte del barranco, con similar configuración. Bajaremos al fondo.

Aquí empezamos a sufrir el elemento más molesto de la mañana, la piedra suelta, que en este terreno, es la más resbaladiza jamás vista.


Junto a este pino de curioso porte, llegamos al fondo del barranco.

Parece amable, y conserva el frescor que le aporta la escasa agua que corre, antes de ser engullida por la maldita roca.

Hacia la otra parte del barranco continúa la cresta rocosa.

Nosotros vamos descendiendo el barranco, por el calizo fondo, de momento la cosa va bien.


Bajamos los pequeños saltos sin novedad.

Un típico barranco de aguas ocasionales.

Y de repente..... nos asomamos a los abismos, aquí comienza una sucesión de saltos, con desniveles insalvables sin equipamiento de escalada. Tenemos que buscar una salida digna, por la parte izquierda de la imagen.

Por la parte derecha, tenemos una pared que nos condiciona la marcha, habría que volver atrás y subir la cresta que vimos antes, con lo que nos alargaría demasiado la ruta, y sin garantías de éxito.

Subiremos por esta otra roca, y bajaremos por la parte de la derecha, a ver si encontramos el paso. todo esto se ha convertido en un verdadero arrastraculos.

Estamos sobre suelos muy degradados, con una gran pendiente que en las fotos no se aprecia en toda su dimensión, y nos vamos asomando a distintos puntos para buscar pasos, no podemos bajar y nos toca remontar de nuevo, caminamos transversalmente a la pendiente, por pasos de animales y grandes pedreras por las que hay que extremar la precaución, un resbalón y nos vamos al garete.



Atravesamos varias zonas como esta. Llegamos a otra un poco más adelante,  en la que el paso de los animales era tan estrecho y sobre tierra suelta, que nos hizo dar otro rodeo, con la consiguiente subida y bajada, hasta que por fin encontramos una zona más segura.

Finalmente encontramos esta bajada, en la que alguno descansó las posaderas más de una vez, en todo lo blando. Investigando un poco en el recorrido de la carrera por montaña, esta es la zona por la que sube ese trazado, nosotros vamos bajando y no es lo mismo.

Salvado el tramo más comprometido, no acierto a decir por donde hemos bajado.

Al final, con mucho esfuerzo, y recordando toda la corte celestial.... conseguimos llegar de nuevo a la Dehesa, caminamos de nuevo entre Robles que nos serenan el ánimo.

Y con esta imagen del hombre, ante la gran obra de la naturaleza, nos despedimos de estos terrenos tan incómodos como sorprendentes.


Solamente nos queda buscar el vehículo, que lo tenemos ya muy cerca. Al final unos 9 Km, por terrenos nuevos para nosotros, que han puesto a prueba nuestra paciencia. Hemos conocido la gran dehesa de robles que hay en La Frontera, la cresta del Poste, y ese maldito barranco. El balance sale positivo, y después de regarlo con los tercios pertinentes, hoy bien ganados, todo se ve de otro color.

Hoy no tenemos el trazado de la ruta, pero es muy similar al de la carrera por montaña que se celebra todos los años, evitando claro está, el tramo bajo del barranco. 


Hasta pronto!!!







2 comentarios:

  1. Hola Luis and cía.

    Pues nunca he subido al Poste desde la Frontera y siempre con el motivo de la carrera me he dicho de hacerlo en plan senderista. Y esas fotos donde se ve esa senda camino que sube tiene muy buena pinta.
    Si he estado por el Poste y alrededores viniendo desde Fresneda, y lo que si conocía y es muy chulo, ademas de desconocida es la Dehesa de la Frontera, ademas es muy grande pues en dirección Cañamares sigue con hermosos ejemplares.

    Esta sierra nuestra no se acaba nunca, jajaja. Ah, y enhorabuena al que ha subido al Aneto.

    Un Saludo.

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    1. Gracias Toni, al del Aneto le tenemos que bajar los humos, que se nos viene arriba y nos da unas murgas que pa que.

      Lo de la Serranía, que vamos a decir, cada día una sorpresa, ni en siete vidas podemos conocer la riqueza que tenemos. Sendas ancestrales por todas partes, redes que no se caen como la Wiffi, donde va a parar.

      Un saludo.

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