La Mogorrita, por el barranco del Estepar.

Domingo, 21 de Enero de 2018

Tras la gran ruta de ayer por tierras de Vadillos, y con la mecánica resentida, hoy toca subir a La Mogorrita. Hay que aprovechar las nevadas de estos días, aunque no quedará mucha nieve, siempre es bueno volver al techo de nuestra serranía.

Hoy vamos a explorar un barranco inédito para nosotros, subiremos por el barranco del Estepar. Dejamos el coche en la subida del puerto del Cubillo, junto a la fuente Isabelo, y empezamos la caminata entre pinos muy afectados por la sequía y la plaga de procesionaria que asola nuestros montes. Luego la bajada la haremos por la cresta en busca de un camino que nos saca a la carretera. Nuestra idea era bajar por el barranco del Judío y volver a la fuente de partida, pero la cosa se complicó un poco, nos vimos en medio de una montería y el encuentro no fue muy amable que se diga. Al final decidimos bajar por la carretera para no tener más problemas.


En la cima de La Mogorrita, todavía queda nieve en los ventisqueros.


Fuente Isabelo, parada obligada cada vez que pasamos por aquí. A mediados de Enero todavía no habían llegado las esperadas lluvias y aguanta estoicamente el año de sequía.

Desde aquí vemos la sierra de Tragacete, con el Gamelloncillos y la Peña del Horno.

Empezamos a subir, nos encontramos esta fuente, la del Estepar. Nos dirigimos hacia ese collado de la derecha.

Gamellones llenos y un poco de nieve al fondo.

Llegamos a un pequeño salto, que salvaremos por la parte izquierda.


Encontramos evidencias de la existencia de alguna vieja y ancestral senda que remonta el barranco.

Llegamos a este rincón en el que debemos buscar paso. Será por la derecha de la pared de roca.

Buscamos un paso hacia la derecha de la imagen.

Dejamos por un momento el eje del barranco y, al hilo de la roca vamos subiendo, la cosa gana en desnivel.

Tampoco es para tanto.

No hay duda de que la sierra está plagada de bellos rincones.

La franja rocosa recorre hacia uno y otro lado las ladera del barranco.

Mirando atrás, tenemos la zona del Cerro de la Bandera, y el pinar completamente arrasado por la sequía y la maldita plaga de oruga. Estas lluvias que tenemos ahora en Marzo, sin duda ayudarán a recuperar la vida en el monte.

Caminamos entre nubes y claros.

Abusando un poco de Zoom, detrás de aquella roca tendríamos El Masegar de Huélamo.

Otra vista de la sierra de Tragacete, con el pinar marchito.


Hemos superado este gran escalón, ahora vamos a por la cumbre, el barranco es fácilmente remontable, el único escoyo es este paso.

La cosa se suaviza, y según ganamos altitud encontramos algo de nieve.

Nieve y roca.

Tenemos buenas vistas desde aquí arriba.

Es media mañana y en las faldas de La Mogorrita, paramos a tomar el tentempié preceptivo. Apenas doscientos metros de desnivel nos separan de la cima. Un poco de nieve y algo de viento nos esperan allí arriba.


Aparecen restos de la nevada de estos días.



Y en un momento nos ponemos en la cima de La Mogorrita.

Con su peculiar "silla".

 El nacimiento que ponen aquí todos los años los miembros de la asociación de montaña Dolomía, espera a ser recogido.

Hacemos la foto de grupo, hoy vamos en familia.


Y oteamos los horizontes que podemos ver desde aquí, hacia el norte la vega del joven del Tajo.

Las nieblas tapan el portillo.

Hacia el otro lado, la sierra de Tragacete.

Y por aquí la cresta por la que vamos a ir bajando.

En la vega del Tajo todavía quedan restos de nieve, las aguas de estos días seguro que la han dejado completamente inundada.

Las vistas alcanzan a todas partes, allí al fondo la sierra de Valdemeca.

Después de contemplar un rato estos paisajes, empezamos a bajar por la cresta salpicada de nieve, una nieve blanda que acusa el deshielo.

Pasamos sobre la vieja pista.

Y seguimos cresteando.

Con la vista puesta ya en el barranco del Judío, allí tenemos el vehículo. Y también empezamos a ver a nuestros pies, por la pista forestal que recorre las faldas de La Mogorrita, un gran despliegue de todo terrenos, suponemos que ellos también nos vieron.

Continuamos por la cresta, pero ya no vamos tranquilos, un disparo nos alerta, se avecina montería.

Dejamos la cresta, que hoy nos ha cautivado.

Emprendemos bajada para alcanzar cuanto antes el camino, y ponernos a salvo.

¡Que maravilla!

Según bajábamos, la comunicación cazador-senderista, se iba haciendo algo más gruesa.

Una vez en la carretera, y todos a salvo, echamos una última mirada a nuestra cumbre de hoy.

En un momento llegamos de nuevo a la Fuente Isabelo, donde casualmente nos encontramos con los Agentes Ambientales y departimos sobre el lance acaecido.


En fin, de lo acontecido con el cazador no daremos mayor importancia, el caso es que la mañana nos dejó un regusto agridulce. A ver si somos capaces de convivir todos en armonía. Por lo demás todo según lo previsto, una mañana de monte muy bien aprovechada. Al final terminamos con los refrescos pertinentes en Villalba.


Hasta Pronto!!!




2 comentarios:

  1. Lo que me llama la atención es el triste estado de los pinos. Parece mentira que hayan perdido su lustre y vigor. Esperemos que haya cambio de ciclo y se recupere pronto. Respecto a la Montería, es obligatorio señalizarla debidamente. El problema es que el monte es muy grande y los accesos también.
    Un saludo y enhorabuena x la entrada.

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    1. Hola Javi, lo de los pinos es una pena, está toda la sierra igual, entre la sequía y la oruga han llevado un buen palo.

      Sobre lo de la montería, nada que añadir, al salir por el camino, efectivamente estaba señalizada, pero nosotros llevábamos desde las nueve de la mañana en el monte y por donde entramos no vimos nada. Es un problema de difícil solución.

      Gracias, un saludo.

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