Remontando el Océñigo.

Domingo, 6 de Julio de 2.014.

Este domingo hemos remontado el arroyo Oceñigo, que ya hemos recorrido en dos rutas anteriores, pero en esta ocasión desde su desembocadura en el arroyo del cambrón. Os dejo enlaces a la ruta en época lluviosa con el arroyo en todo su esplendor Enlace. Viendo el agua que bajaba aquel día nos podemos hacer una idea de como estaría el tramo que hoy recorremos.
 
Mañana entre nubes y claros, pero con una buena temperatura para caminar. Nos acercamos con el coche hacia las inmediaciones del cercado de la finca del valle del Cambrón, donde se juntan los dos barrancos, y comenzamos a descubrir el pequeño tramo que nos quedaba por ver del océñigo. Enseguida comprobamos que se trata de un encajonado torrente, hoy seco, que en época de lluvia debe ser bastante infranqueable.
 
Es un tramo corto, no creo que llegue a los 1.000 metros, hasta llegar a la zona que ya conocíamos, con pozas profundas y paredes verticales, que pusieron a prueba nuestras escasas capacidades para la escalada. La verdad es que lo de escalar no es lo nuestro.
 
 
Se observa perfectamente el efecto de la erosión en la piedra caliza, formando pequeñas cascadas y pozas.

Esto con agua debe ser una gozada, pero totalmente intransitable, ya que las paredes de piedra se hacen resbaladizas y como podemos ver no hay otra manera de pasar que la escalada.
 
 

Poco a poco íbamos remontando este angosto barranco, descubriendo sus pozas y rápidos.




Al fondo vemos lo angosto del tramo y en el cauce un poco de agua.
En alguna ocasión hubo que "aberroncharse" al rocaje.


Esto ni en desafío vertical!!!!!!!!!

En fin, como el miedo es libre, esto es lo máximo a lo que me comprometo en lo que a escalada se refiere. Enseguida comprobamos que este pequeño tramo tocaba a su fin, y se abría el barranco conforme ganábamos altura, hasta llegar a la zona donde todavía corre el agua antes de filtrarse en la porosa caliza.
 
 
Mansas y frescas aguas éstas del Oceñigo.

Junto a las tranquilas aguas paramos para tomar el tentempié de rigor, y planificar el resto de la ruta, que consistía en abandonar el barranco para asomarnos a una de las cornisas del valle del Cambrón, frente al mirador del pico de la grulla, que también vimos en otra ruta anterior, enlace al pico de la grulla,

Tras el breve descanso y una pequeña ascensión, comenzamos a ver el mencionado valle, hoy finca privada destinada a la caza.
 


Obras en las edificaciones del valle.

La orografía del terreno nos regala miradores privilegiados como este.

No debemos olvidar que nos encontramos junto a la Ciudad Encantada, y las rocas se esfuerzan por mostrar gran variedad de formas.

Aquella cornisa que aparece frente a nosotros es donde se encuentra el mirador del pico de la Grulla.
Tras admirar brevemente estos magníficos paisajes pusimos rumbo de vuelta siguiendo estas cornisas hasta bajar de nuevo a la desembocadura del océñigo, y terminamos como siempre con unos refrescos para rematar la mañana.





Total, una nueva aventura por nuestra serranía, que apenas a unos cuantos kilómetros de la capital, esconde rincones indescriptibles y de extraordinaria belleza.

Hasta la próxima!!!


2 comentarios:

  1. Tenemos que volver, a ver cuando se puede. Y tengo unas ganas de visitar la Ciudad encantada, eso si en plan tranquilo...
    Bss.

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    1. Ya se os espera por estas tierras, no te preocupes que lo de la Ciudad Encantada va a ser un paseo maravilloso, ya lo verás, calzado cómodo y pasamos una mañana de las buenas.

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