Teníamos pendiente la ruta en busca de la cascada del Fraile, y esta fue la elegida para esta mañana primaveral tras la celebración de la Semana Santa.
Un poco mas alante de las casas del Cerviñuelo, en medio de un gran sabinar, dejamos el vehículo para comenzar la búsqueda de nuestro objetivo, cerca de la fuente del vaso, donde comienza el barranco de arroyo Frío, pasamos por varios parajes, con nombres curiosos como las Derrubiadas, la Hortesilla o Despeñaperros, que nos dan idea de la orografía del terreno, un barranco con un gran desnivel, que puso a prueba nuestra verticalidad.
La umbría por la que bajamos tiene una riqueza botánica incalculable, con acebos impresionantes, y una cubierta de musgo envidiable, lo que ocurre es que no pudimos sacar fotos del momento por lo dificultoso del descenso.
Primeras horas de la mañana. |
Una vez en el fondo del valle pudimos empezar a observar el entorno con gran admiración. |
Cuando nos situamos en el fondo del valle, pudimos comprobar que nuestro objetivo estaba ya cercano, y el entorno no tiene desperdicio, en este rincón apartado del mundanal ruido, solo el musgo la piedra y el agua, se hacen dueños de la mañana.
El musgo lo cubre todo en estas umbrías. |
Curiosas formaciones pétreas en equilibrio. |
¡Estos estrechos que tanto nos gustan! |
Y el agua cumpliendo con su lenta labor. |
El arroyo, no muy caudaloso, se encajona en una maraña de vegetación y roca que hace difícil acceder a la base de la cascada, pero pudimos observarla desde miradores privilegiados.
Esto es por lo que merece la pena todo el esfuerzo. |
Como podemos ver el ambiente era muy bueno, sol y una ligera brisa que refrescaba el ambiente, con la humedad de las lluvias de la semana pasada.
Peñascos en dificil equilibrio. |
Volvimos a encontrar un buitre muerto igual que hace unas semanas, será casual pero no es habitual encontrar con frecuencia estos restos.
Nada más producirse la cascada, las aguas siguen su camino en dirección al rio escabas, por estrechos labrados en caliza y con formaciones tobaceas tan características de nuestra sierra.
El pequeño explorador. |
Tras reconocer el paraje debidamente, paramos para reponer fuerzas y acometer el ascenso de vuelta, entre pinares de esbeltos pinos entre negrales y albares, y toda la vegetación de la zona. Pudimos observar tres muflones, tan esquivos al objetivo de la cámara como siempre, que emprendieron huida tan pronto como se percataron de nuestra presencia, a pesar de que esta mañana transcurria la cosa bastante silenciosa.
La subida la hicimos por otro vallejo, de pendiente más suave, contemplando las vistas de la zona de Poyatos al fondo, con la terrible huella del debastador incendio que se puede observar claramente.
¡Que gran combinación, piedra y madera! |
Ya casi de vuelta al cerviñuelo nos fotografiamos bajo el tronco de esta sabina semi seca, un poco camuflados con el entrorno.
Siempre merece la pena explorar nuevas rutas que nos descubren parajes increibles, y es que la sierra de Cuenca está plagada de rincones dignos de ser admirados.
Os dejo el enlace al trazado y perfil de esta maravillosa ruta:
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