Pico Peñalba y Muela de Valdemeca.

Domingo, 15 de Marzo de 2.015.


Hoy nos hemos venido arriba pero literalmente, en nuestro objetivo de ir coronando poco a poco los distintos picos que tenemos en la provincia, nos quedan algunos, el Pico Peñalba y sus 1.780 metros de altura era el siguiente en la lista. Tras estudiar la zona en los mapas y recabada la información pertinente por distintos medios decidimos hacer una jornada "mediomaratoniana", que eso es lo que al final nos resultó el día, una media maratón.

Puesto que el plan para hoy es pasar el día en el monte decidimos añadir el ascenso a La Muela de Valdemeca, una mole caliza que ronda los 1.700 metros de altitud y que a simple vista parece inaccesible. Finalmente subimos a La Muela aunque la visita fue más fugaz de lo necesario para poderla recorrer completamente, ya estamos trazando una nueva ruta por esta zona para recorrer este coloso calizo y la ceja de los Gavilanes, otra cadena de picos de 1.700 metros al otro lado del arroyo de Los Santos, más al norte.

Dejamos el vehículo en la carretera de Valdemeca, entorno al kilómetro 36 viniendo desde la carretera de Tragacete. En este punto comienza el ascenso por el barranco de La Cerrada, por un antiguo camino que pronto se torna en senda que nos deja a mitad de subida para continuar campo a través hasta la cumbre del Peñalba. Son las nueve de la mañana y comenzamos la aventura de hoy.


Siguiendo este camino nos vamos a adentrar en el barranco.




Adiós camino, ahora una senda muy antigua por esta ladera de roble y pino.

Hoy ha amanecido algo nublado pero no hay previsión de lluvia, lo que nos ha sorprendido es que todo el día ha estado cayendo una fina nieve que ni cuajaba ni mojaba ni nada de nada, pero le ha dado a la cosa su punto.



El barranco se hace más agreste cada vez.




La senda debió ser transitada antaño, todavía aguantan algunos tramos con sus refuerzos de piedras apiladas.




En algún momento vamos por el cauce seco del barranco.




Ahora debemos sortear un pequeño estrecho con salto de agua (cuando llueve), indicado por los bastones.






La ruta de hoy transcurre por terreno pedregoso en su mayor parte, con fuertes desniveles por los que enseguida ganamos altura, habiendo recorrido apenas un par de kilómetros.


El día gris y las neblinas van a condicionar la visibilidad en las cumbres.




Hoy toca profundidad.




Por aquí se despeñan las aguas.




Allí abajo se intuye de donde venimos.

Ganando altura nos encontramos con los primeros neveros, aún aguantan las nieves de comienzo de febrero, al resguardo de la umbría.






Otro barranco que cruzamos en busca del collado de las morqueras.






La idea es subir por el collado de Las Morqueras, lo que pasa es que buscando una zona con menos pendiente nos desviamos un poco del rumbo y finalmente llegamos hasta otro collado un poco más lejano, la majada de las Cabras, por una ladera pedregosa como ella sola nos situamos a una altitud similar a la del Peñalba, ahora solo nos quedará crestear un poco hacia la cima.


Desde esta ladera vemos al fondo el valle del Júcar, en dirección a tragacete.




Y ampliando un poco ya vemos el vértice buscado.




Un último esfuerzo y nos situamos en la cresta.

Estamos a más de 1.700 metros de altitud y en esta cresta se han acumulado las ventiscas en neveros, que bien le vendría otra poca nieve para llegar a primavera con reservas. Son las diez y media de la mañana y hemos llegado a este collado, habrá que buscar un sitio para el almuerzo.


















Parecen montones de sal.




La nieve nos marca el camino por esta poblada cresta.




Alguno de estos montones ronda el metro de espesor.

Se acercan las once de la mañana y paramos para almorzar, hoy no hace viento y en medio de este pinar nos encontramos al abrigo, la temperatura ronda toda la mañana los cero grados, pero la sensación sin viento es muy buena, tenemos la cumbre a tiro.




Tras la parada continuamos por el collado de Las Morqueras, otra cresta pedregosa con su sabina rastrera típica de estas altitudes.






No hay manera de verles la cara en toda la mañana, parecen corzos los jodios!!!




Un poco de autorretrato.



Aquí se empieza a apreciar mejor la pelusilla que nos acompaña esta mañana.












Parece que nos va a recibir la cumbre con algo de nieve, la cosa se anima.






Hacia las once y media llegamos a la cumbre del Peñalba, parecía que la nevada se hacía más intensa pero enseguida aflojó, era una pelusa sin agua ni gracia ninguna.

Esto no se si lo hemos dicho antes de otro lugar pero esta es una de las cumbres más bonitas de la sierra......... parece que me suena esta frase.


Tomando posesión del vértice.


La verdad es que merece la pena el esfuerzo por contemplar estas vistas, aunque hoy tenemos nieblas se intuye buena parte de la sierra.


Hemos subido por el fondo de este barranco y en el horizonte vemos otras de las cimas.




Como buena cornisa que se precie de serlo....... con su pino seco.








Entre la bruma el siguiente desafío. 

Desde luego este es un mirador privilegiado, llevábamos tiempo queriendo subir y hoy se han dado las condiciones propicias para ello, ahora no encontramos momento de bajar pero la jornada avanza y hay que hacer camino a ver si podemos coronar La Muela. 



Este es el valle de Valdemeca, con la niebla no la vemos bien pero está ahí al fondo un poco hacia la izquierda y en el horizonte la sierra de Valdemeca con el Collado Bajo presidiendo.








En el fondo del valle, tras este montículo de pinos estaría nuestro vehículo, y en el resto de imagen la sierra en dirección a Huélamo y Uña.




Con un poco menos de niebla.

Hay que continuar, ahora bajaremos al arroyo de los Santos para buscar la subida a La Muela, el descenso es bastante cómodo, aprovechamos para recobrar el aliento disfrutando de estos paisajes de alta montaña que solo en estas cotas podemos contemplar.



No hay manera de echarles mano, ni subiendo ni bajando.








Que maravilla de laderas tenemos hoy.




Una última mirada atrás.




Bueno esta si que si y nos vamos.




Al comenzar a bajar volvemos a entrar en el pinar y vemos ejemplares de intrincados ramajes como este.




Otra vez el collado bajo.




En estas crestas y cornisas es fácil encontrar ejemplares de pinos que han sucumbido a los rigores de ventiscas y nevadas.




Los suelos están bastante resecos, hace falta agua ya pero ya.



Nos vamos acercando, hay que bajar a aquel carril y remontar el arroyo.




Poco antes de llegar al arroyo nos encontramos con este refugio recién restaurado, no se que utilidad se le dará pero me temo lo peor.

Hacia la una de la tarde estamos ya junto al arroyo de los santos, y nos encontramos señalizada la fuente del Prado Grande, canalizada con su tubo de hormigón y su vieja tapa de madera.






Las aguas vierten a este joven arroyo.

En este punto nos planteamos si subir a la muela o dejarlo para más adelante, decidimos subir, la tenemos delante y parece feo no intentarlo. Nos vamos a adentrar por una senda entre pinos y bujes, de esas de umbría que enseguida se empina y de que manera, es el vallejo del Pajar. 


Empezamos entre bujes y terminamos con mucha piedra suelta.

Coronando ya La Muela nos encontramos con una ladera que debió sufrir algún fenómeno puntual de fuerte viento o alguna plaga que lo dejó arrasado, con una concentración de pinos tronchados poco habitual, íbamos como en una carrera de salto de vallas.


Vista a un lado.




La ladera de enfrente también está afectada.




En esta vista podemos comprobar gratamente como la vida se abre paso de nuevo.




Subiendo por la enmarañada cuesta.




Y campo reseco en la cumbre.

Hacia las dos de la tarde coronamos esta cumbre, lo que pasa es que ya no disponemos del tiempo suficiente para recorrerla completamente. Nos asomamos sobre los Hontarrones y el Puntal del Cuerno y nos hicimos una idea de la grandeza de este paraje. Ya dije que prepararemos una nueva ruta para solventar esta circunstancia.



Arriba el Peñalba y abajo a la derecha el Puntal del Cuerno.








Luego hay que volver por allí abajo.




Desde aquí las vistas son también muy buenas.

En este privilegiado balcón hicimos un par de fotos y dimos media vuelta para bajar nuevamente por el vallejo del pajar.


Querían buscar una bajada por los Hontarrones, jajaja que graciosos.




Esto requiere una visita más pausada.

Volvemos sobre nuestros pasos para bajar a un refugio con cercado para ganado que hay junto a la fuente del Prado Grande, donde pararemos un rato a comer.


En la bajada de nuevo encontramos algún nevero.




Interior del refugio.

A las tres de la tarde hacemos la parada para comer en el citado refugio, aquí solamente se respira silencio y paz.



Para que luego digan que en la sierra no hay servicios, con nuestra mesa y todo.




El menú........ vegetal vegetal.......... no es que sea.

Solventado el trámite de la comida continuamos la marcha, ahora ya de vuelta, para terminar nuestra jornada serrana que hoy no tiene desperdicio hasta el final.






Volviendo bajo los Hontarrones.






Ahora llegamos al arroyo del Molino donde nos espera el postre a esta jornada de hoy, esta zona de la sierra es tan agreste como sorprendente.


Abandonamos la pista y volvemos a retomar sendas y barrancos.




Y llegamos al estrecho del Gollizno, con La Muela de testigo al fondo.




Un gran tajo en la caliza el que ha labrado este arroyo.




Con su salto y su poza.








Por fin les veo las caras!!!








Esto después de una semana de lluvias debe dar gusto verlo.




Una poza de aguas cristalinas.




La verdad es que este rincón es una maravilla.








Junto al viejo molino hundido la nieve vuelve a arreciar.

Dejamos atrás este pequeño desfiladero y llegamos a la fuente del molino, una construcción restaurada pero sin agua.



Que pena que no tenga agua.










Desde este punto, muy cercano ya a la carretera de Valdemeca, solamente nos restan un par de kilómetros de vuelta al coche para dar por terminada la ruta al filo de las cinco de la tarde. 

Hoy hemos pasado una gran jornada de montaña por sendas ancestrales, barrancos, estrechos y cumbres, unos 21 kilómetros que desde luego no nos dejan indiferentes. 

Para terminar nos tomamos unos refrescos en Villalba de la Sierra comentando los pormenores de la jornada.


Os dejo el enlace al trazado y perfil de esta ruta tan singular:


Hasta pronto!!!